viernes, enero 09, 2009

PUNTOS DE REFLEXION de George Lakoff


Este es el último libro de George Lakoff, he aqui una breve reseña de http://fcom.us.es/blogs/vazquezmedel/2008/12/07/los-marcos-frames-de-george-lakoff-puntos-de-reflexion-manual-del-progresista/ W. Paz.



“Los valores estadounidenses -afirma Lakoff- son inherentemente progresistas pero los progresistas han perdido el rumbo. Como estadounidenses tradicionales, es decir, como estadounidenses progresistas, estamos empezando a perder nuestra identidad y los valores que han hecho de los Estados Unidos un país grande y libre, un país donde la tolerancia nos ha llevado a la unidad, donde la diversidad nos ha hecho fuertes, donde actuar por el bien común ha hecho realidad nuestros sueños y donde el respeto por la dignidad humana ha multiplicado las oportunidades, liberado la creatividad y generado riqueza. Los progresistas hemos dado por sentados estos valores pero hemos olvidado cómo articular la visión progresista. Los términos del debate político se nos han escapado y hemos cedido incluso el lenguaje de los ideales progresistas —como la palabra “libertad”— para que la extrema derecha lo redefina. La derecha radical conoce bien sus valores y conoce bien su programa político. Ha impuesto sus ideas y su lenguaje. Ha dominado el debate, lo que le ha permitido hacerse con el poder”.
Me temo que lo que afirma Lakoff es tan cierto, que en muchos casos, incluso cuando formaciones políticas aparentemente progresistas consiguen el poder, es la derecha (o ciertas ideas de la derecha) la que se hace con el poder, o la que limita una verdadera y radical actuación progresista. Sepamos que casi siempre se permite que accedan al poder aquellos que, previamente, deben renunciar a todo aquello que deseaban conseguir a través del ejercicio del poder.
Y es que creo que lo primero que deberíamos denunciar en la actualidad es la falsedad de los rótulos y etiquetas (¡precisamente porque se siguen aplicando y surten sus efectos!). No es mucho lo que el DRAE nos dice del adjetivo “Progresista”: “Dicho de una persona, de una colectividad, etc.: Con ideas avanzadas, y con la actitud que esto entraña”. Lo curioso es que Lakoff -con toda razón-defiende que no sólo se es progresista por las “ideas”, y ni siquiera por las “actitudes” que esto entraña. El progresista lo es por sus principios, por sus valores, por sus convicciones frente a la vida, que se inscriben en sus marcos profundos y luego se manifiestan en otros marcos intermedios o más de superficie: es progresista estar contra la pena de muerte, luchar por el derecho de todos -especialmente los más débiles- a la salud, a la educación, al trabajo, a la vivienda, a una vida digna… lo es trabajar por la igualdad de derechos entre mujeres y hombres, por un mundo más libre, más justo e igualitario, más fraternal y solidario, en el que no sea la violencia la que prevalezca y en el que seamos respetuosos con el medio ambiente… Lo es estar en contra de la xenofobia, de la homofobia, del racismo, de la misoginia… Lo es trabajar por una sociedad laica en la que cada cual tenga absoluta libertad para articular sus creencias íntimas. Algo no muy distinto a lo que éticamente plantea Norberto Bobbio sobre la oposición “izquierda/ derecha”.
Tal vez, los peores enemigos de los auténticos progresistas sean los muchos corruptos (o corruptas, seamos también en esto igualitarios) y sinvergüenzas que se amparan en partidos, proyectos o colectivos verdaderamente preocupados por los principios arriba esbozados, pero que sólo pretenden tener más poder, más dinero, más influencias, a veces a costa y en contra de aquellos a los que dicen defender. Es el colmo del cinismo, pero moneda corriente en nuestros días.
Así que, muy bien en nuestra atención a los marcos (frames) que estructuran todo aquello en lo que pensamos, creemos, deseamos o tememos… Muy cierto que ya es hora de que quienes estén en favor del máximo beneficio del mayor número de seres humanos puedan articular sus mensajes con consistencia, con contundencia, y puedan alcanzar el poder. Pero poder para transformar este mundo, para afirmar que otro mundo es posible e inaplazablemente necesario, y para construirlo críticamente en solidaridad. Denunciando a quienes, amparándose en estos valores, a todos nos estafan y son la vergüenza misma de los verdaderos ideales de progreso.


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