jueves, diciembre 17, 2009

Teun van Dijk y su nuevo libro "Discurso y Poder"




Teun van Dijk, acaba de publicar su nuevo libro "Discurso y Poder" que contiene artículos e investigaciones sobre el discurso político, sobre todo las estrategias retóricas que emplean los políticos como los parlamentarios. Un buen texto que ayuda a comprender los complejos procesos que viven el mundo desde la perspectiva del poder y la cognición social.
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lunes, diciembre 14, 2009

Escritor puneño Carlos Calderón Fajardo: “Retorno a la semilla”


Escribe: Feliciano Padilla Cultural - 13 dic 2009

El escritor puneño Carlos Calderón Fajardo, luego de un lapso considerable, retornó a Puno a reencontrarse con los suyos y a nutrirse de la energía sideral del lago Titikaka, paqarina universal y fuente de donde irrumpe la palpitación del mundo.
El escritor puneño Carlos Calderón Fajardo es más conocido en Lima y el extranjero que en nuestra Región. Sucede este fenómeno con muchos escritores. Por ejemplo, Manuel Scorza era más conocido en Europa que en el Perú. Es razón suficiente para dar a conocer algunos rasgos relacionados con la vida y obra de este distinguido narrador

Carlos Calderón Fajardo nació en Juliaca en 1946, Luego radicó en Lima y desde esa ciudad hizo un largo periplo por Europa: Vivió en Alemania desde los 17 años, a donde viajó a estudiar medicina, carrera profesional que abandonó atrapado por la sociología y la literatura. Luego estuvo en varios lugares del “Viejo Mundo”, particularmente en Austria, recalando por muchos años en París, donde frecuentó a Julio Ramón Ribeyro, Bryce, Rose, Scorza, Bendezú y conoció a Cortázar, Donoso y otros grandes de la narrativa latinoamericana. Regresó al país y estudió en la Pontificia Universidad Católica del Perú donde se graduó de sociólogo. Actualmente, ejerce la docencia en la Universidad Nacional de Ingeniería.

Carlos Calderón Fajardo posee una larga y exitosa actividad literaria. Se trata de un prestigioso narrador peruano y muy reconocido fuera del país. Escribió varios libros de cuentos y novelas. Mencionaremos sólo algunas obras que lo consagraron como un gran escritor:*1974: Primer lugar de cuento en el Concurso Nacional José María Arguedas.*1981: Premio Unanue de Literatura por su novela “La colina de los árboles”.*1984: Premio Gaviota Roja por su novela “Así es la pena en el paraíso”.*2006: Finalista del Premio Tusquets de Novela, España, con su novela “El fantasma nostálgico”.*2009: La Editorial “Casa Tomada” presentó en el Centro Cultural de España (Lima) su “Antología Íntima” en homenaje a sus 40 años de escritor.*1999?: El Municipio de Juliaca lo distinguió como hijo predilecto de esa ciudad.*2009: El Municipio de Lampa, lo condecoró por su gran labor literaria, en el marco del II Encuentro Nacional de Escritores realizado en aquella bella ciudad.

Yo lo conocí en 1993 con motivo del II Encuentro Nacional de Narradores de Arequipa, donde cada uno de los invitados leímos, al principio del certamen, un testimonio personal sobre nuestro nacimiento y la manera cómo nos hicimos escritores. Calderón Fajardo llegó a Arequipa con los escritores limeños, pero cuando leyó su testimonio dijo sin ningún empacho (por entonces existía una perversa discriminación hacia los escritores de la Sierra) que había nacido en Juliaca. Fue entonces que Jorge Flórez-Áybar y yo nos acercamos a Carlos para ofrecerle nuestra amistad de puneños. Él la recibió y nos correspondió con un abrazo. Ese mismo año Flórez-Áybar publicó un breve artículo sobre esta novedad en Apumarka. Desde entonces tratamos de que Calderón Fajardo estuviera presente en el imaginario de la población. Más tarde se lo dijimos a René Calcín, el intelectual juliaqueño más reconocido de aquella época, para que a su vez, tratara de ofrecer esta información a los grupos de jóvenes escritores que empezaban a aparecer en aquella ciudad. Así pues, desde aquellos años, siempre se le guardó especial aprecio y reconocimiento por sus logros como escritor puneño. Prueba de ello es que un número de TOTORIA, revista de literatura dirigida por Wálter Paz Quispe, está dedicado íntegramente a su persona. Baste estas expresiones de afecto para demostrar que nunca se le olvidó, como desgraciadamente se lo han hecho creer en otros lugares.
Es de conocimiento general que, entre el 5 al 7 de diciembre del presente año, se realizó en la ciudad de Lampa, el II Encuentro Nacional de Escritores. Con este motivo Carlos Calderón Fajardo ha sido especialmente invitado. Y nuestro escritor estuvo en Lampa donde recibió un justo homenaje en presencia de las autoridades de aquella ciudad y otros famosos escritores como el poeta José Gabriel Valdivia, los escritores Vladimir Herrera y Alfredo Herrera, aparte de tantos escritores procedentes de Juliaca y Puno que estuvieron presentes.

El II Encuentro Nacional de Escritores ha sido organizado y auspiciado por el Municipio de Lampa con apoyo de tres escritores juliaqueños muy dinámicos: René Calcín, Dárwin Bedoya y Wálter Bedregal. Estamos seguros que la comunidad regional sabrá aquilatar en su medida exacta la gran labor cumplida por estos intelectuales que han trabajado duramente para lograr los éxitos del certamen. René es historiador que va buscando poco a poco un reconocimiento en la comunidad científica nacional; Dárwin es poeta y escritor de calidad indiscutible que viene promoviendo la actividad cultural de la Ciudad de los Vientos. Por su parte, Wálter ha incursionado en la narrativa y no tengo ninguna duda de que pronto alcanzará el reconocimiento de la crítica nacional. Saludo y felicito al Municipio de Lampa y a estos escritores por haber organizado un Encuentro de alcance nacional.

Por estas razones queremos subrayar la actitud de un Municipio de la periferia que ha organizado este II Encuentro Nacional de Escritores y la I Bienal de Pintura Víctor Humareda. No comento la parte de la pintura porque soy lego en la materia. Sin embargo, valga la ocasión para reconocer a este Municipio por haber solventado moral y económicamente el certamen. Los alcaldes de Juliaca y Puno tienen que entender de una vez por todas que el pueblo no sólo vive de pan. La nutrición espiritual es más importante en cuanto y en tanto es el soporte de cualquier desarrollo económico sostenido y sostenible. Y más aun, si esta actividad está orientada a consolidar la identidad cultural y a articular la literatura regional a la literatura nacional, la producción de los jóvenes escritores a la actividad literaria de los escritores puneños mayores como Vladimir Herrera, Alfredo Herrera, Carlos Calderón Fajardo y a la del poeta arequipeño José Gabriel Valdivia.

En general, el arte puneño se desarrolla sin apoyo de las instituciones estatales o paraestatales; en realidad, más como una actividad marginal. Y creo que la música, la danza, la pintura y la literatura han logrado, así, en estas condiciones desventajosas, logros que enorgullecen a nuestra tierra y al país. Pero, no estaría demás llamar la atención del INC y de las oficinas correspondientes del gobierno regional y de los gobiernos locales para que consignen presupuestos suficientes que permitan la realización de actividades como las que comentamos y que, dicho sea de paso, en épocas anteriores tuvo una especial consideración. Nada ganamos gritando a los cuatro vientos que “Puno es tierra de artistas y literatos”, cuando el INC y las instituciones ya mencionadas hacen poco por la cultura. La cultura viva es tan importante como la cultura del pasado y aquella no se circunscribe solamente a las fiestas de “La Candelaria” y de los “Carnavales juliaqueños”. En realidad, estas actividades culturales tampoco merecen apoyo y se sostienen con los recursos de los mismos conjuntos y danzarines que invierten fuertes presupuestos no recuperables, pero que sí son fuentes de ingreso seguro para los empresarios de turismo y los Municipios.

Bien, Carlos Calderón Fajardo llegó a Lampa y estuvo alojado en el hotel “Julio César” de la ciudad de Puno. Tuvimos, los que pudimos, la ocasión de compartir una grata conversación sobre literatura regional y nacional. Tiene en mente, junto con otros escritores puneños radicados en la capital, realizar la “Semana de la Cultura Puneña” en la “tres veces coronada Villa”, aproximadamente en el mes de junio del 2010. Se trata de una actividad de exhibición que comprendería danza, música, teatro y literatura puneña, además de mesas redondas y conferencias acerca de nuestra riquísima cultura. Estaremos en esa gran reunión de puneños y desde nuestra Región apoyaremos en lo que se pueda para que la Semana de la Cultura Puneña logre muchos éxitos.

Algo más: Nos sorprendió que Carlos Calderón nos hablara respecto de una supuesta enemistad de escritores puneños con escritores de provincias. No, no existe ninguna. Activamos la cultura desde esta ciudad escritores de todas partes: Omar Aramayo, Jorge Flórez-Áybar, José Luis Velásquez y Percy Zaga, de la ciudad de Puno; Bladimir Centeno, de Yunguyo; Wálter Paz Quispe, de Ácora, José Luis Ayala, de Huancané; Gloria Mendoza, de Huancané, Jóspani, de Puno, René Calcín de Juliaca, Boris Espezúa, de Juli; Luis Pacho, de Laraqueri; Juan Carlos Ortiz, de Puno. A ellos se suman Ana Pino, Sonia Molina, Christian Reynoso, Juan Palao, Elsa Aramayo, Simón Rodríguez, Oliver Sayritúpac, Luis Rodríguez, Javier Núñez, Julia Chávez; en fin, muchos intelectuales que siempre han recibido nuestra adhesión y están en todas las actividades que se organiza. Quizá lo que falte sea coordinar mejor las actividades para que los esfuerzos no se diluyan, y nada más. Sin embargo, espero que en el camino logremos mejor cohesión.

Gracias Carlos Calderón Fajardo por habernos hablado en un café de la ciudad lacustre de aspectos tan puntuales para el desarrollo cultural de Puno. Ésta es tu tierra. Sé siempre bienvenido en Puno. Los alcaldes podrían darte las llaves de las principales ciudades puneñas. Nosotros solo te damos la llave de nuestro corazón. Seguro que volverás cuantas veces te sea posible. La magia irresistible del Titikaka nos asegura que así será. Te esperamos.
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Carlos Calderón Fajardo: “La novela me sale cuando todo un mundo me habita”



Entrevista de: CAMILO H. SÁNCHEZ SERRUTO Cultural - 13 dic 2009

Carlos Calderón Fajardo (Juliaca, 1946), es sociólogo de profesión. Y nos visitó para la I Bienal de Arte en Lampa, donde fue galardonado con la Medalla “Víctor Humareda” otorgada por la Municipalidad de Lampa. Ha publicado cuentos y novelas, además de trabajos de su especialidad en varias revistas académicas y en diarios de circulación nacional.


Carlos, mucho tiempo alejado de Puno. De tus orígenes.

Bueno te cuento que yo soy juliaqueño de nacimiento. Fui engendrado en Puno y aprendí a caminar acá. Según los estudios realizados últimos de la neurología y la psicología, los tres o dos primeros años, incluso cuando uno está en el vientre materno son claves para tu vida posterior. Soy puneño y además me siento puneño.

Carlos Calderón Fajardo, es prácticamente un desconocido para todos nosotros

Sí pues, de alguna manera. Aunque no tanto porque acabo de ver que me sacaron un número especial en Los Andes, y ahora me han dado la medalla “Víctor Humareda” que se dará cada año a una personalidad del campo de la cultura puneña. Y este año me la dieron a mí por mi trayectoria como narrador. Entonces no soy tan desconocido como dices. Han podido dársela a Edgar Valcárcel, Feliciano, Jorge y tantos escritores puneños.

Siendo un escritor con más de diez títulos y una trayectoria que ha recorrido mundo, ¿cómo es que te sientes en tu tierra?

Feliz y contento con tanto reconocimiento. Tengo 12 libros publicados. Fui finalista del Tusquets, gané en Lima todos los premios habidos por haber. Pero también soy un desconocido en el Perú, y no sólo en Puno, sino también de esos escritores que se llaman de culto. La gente que sabe de literatura me estima, me aprecia, especialmente los jóvenes pero el gran público no me conoce. Tampoco me ha interesado mucho hacerme conocido.

Eres una especie de un Rubén Fonseca que no le agrada mucho la publicidad.

Algo así. Pero te digo que las cosas terminan cayendo por su propio peso. He tratado de escribir lo mejor que he podido, y lo más sinceramente. Y he podido llegar donde hoy me encuentro.

¿Cuánto tiempo en este maravilloso ejercicio de ser artesano de la palabra?

He escrito durante 40 años. Y he construido todo un mundo literario y creo que sí soy reconocido en mi país. Y lo bueno es que soy reconocido por todo el mundo. Es decir, salgo en la revista Somos y en la Primera, todos con artículos elogiosos. Y ahora esta medalla. Creo que a pesar de no ser famoso ha llegado el momento de que soy un escritor reconocido. Y las últimas energías que me quedan, y no creo que me queden muchas, quiero dedicárselas a Puno.

¿Por qué nos dices eso, así con tanta convicción, Carlos?

Porque de viejo me he dado cuenta de las cosas importantes.

¿Estarás más presente que nunca?

Así es. En Lima o en otro lugar no me necesitan. En Lima existen cincuenta mil escritores. Aquí si me podrían necesitar. Colaborar con la gente de acá. Para que Puno deje de ser un territorio ninguneado. Siendo un lugar de gran producción e inspiración espiritual y cultural.
En el altiplano: cuna de los orígenes
Claro de aquí salieron los fundadores del imperio inca, Churata, el más vanguardista de los escritores Oquendo de Amat, el grupo Orkopata, Emilio Romero. De aquí salieron muchísimos valores. Y al parecer no existimos para Lima, y eso me parece que hay que revertirlo.

Carlos, dónde está el secreto, si es que existe, para otorgarle a tus libros y cuentos títulos tan precisos.

Bueno no lo sé. A lo mejor soy un buen titulero. Por ejemplo Ciro, independientemente de que su novela sea buena o mala, llamar una novela: El Mundo es Ancho y Ajeno con eso ganó todo o Cien años de soledad.

¿Y nuestro peruanísimo Vargas Llosa es buen titulero?

Vargas Llosa no es gran titulero. Pueda que sus novelas sean interesantes. Es un gran ingeniero, un gran arquitecto. Arguedas también fue un gran titulero.

¿Coméntanos cómo trabajas tus títulos?

No lo sé. Se te ocurre de pronto, piensas en la totalidad. Claro que voy desechando títulos.

¿Qué proyectos literarios en estos momentos Carlos, que te han alejado de la escritura por breves días?

Estoy escribiendo una novela andina. Es la historia de mi bisabuelo ayacuchano, desciendo de una familia de ayacuchanos, que se le da por fabricar en porcelana que sea andina. Viaja por Huamanga para dedicarse a la porcelana, y en Cusco donde puede tener más posibilidades sufre reveses como en todas las ciudades a las que llega.

¿Ya tiene título esta novela?

Se llamará “El maestro de la porcelana”.

El apellido Fajardo tiene que ver algo con el nombre de la provincia ayacuchana Víctor Fajardo?

Mi familia Fajardo es huamanguina. Yo soy bisnieto del coronel Víctor Fajardo. Toda la familia de mi madre es cusqueña. Entonces como te explico: “El maestro de la porcelana” es la historia de mi bisabuelo que infructuosamente se dedica la porcelana en estas ciudades, y como verás esta actividad no es la expresión de la cerámica andina. Finalmente llega a Puno. Y todo esto está ligado a mis viejos orígenes huamanguinos. A mi madre que era cusqueña, y yo que soy puneño. Entonces sería la deuda que tengo con mi vida, con la literatura que es escribir una novela andina. El mundo sur andino que tiene muchos matices. Claro que yo apuesto obviamente por Puno. Aquí es donde he nacido.

Creo que es un poco chauvinista preguntarte si realmente te sientes puneño. Además ya lo aclaraste perfectamente.

Lo que siempre me ha pasado cuando yo he escrito los doce libros y los he presentado hasta en el extranjero, y siempre he aparecido como escritor juliaqueño, nacido en Puno. Pero no nunca he dicho Perú o Lima. No. No. Cuando camino por Ayacucho la gente me saluda cordialmente. Pero cuando camino por Puno me pasa algo diferente, siento que he vivido toda mi vida acá. Que este es mi hábitat.

¿Puno te está llamando Carlos para hacer la gran novela andina contemporánea?

La tierra me está llamando. Probablemente me voy a la tierra. Como el toro al momento de morir, regresa a la querencia. Tengo la necesidad de venir acá. Obviamente no voy a vivir aquí. Vendré por lo menos dos veces al año. Quiero venir, hacer talleres de narrativa, dar conferencias y ayudar en todo lo que se pueda dar a la literatura y cultura puneña.

¿Dónde te sientes mejor Carlos, en el cuento o en la novela?

No tengo preferencia pero tanto en el cuento como la novela el disfrute es pleno.

Sin embargo, eres más prolífico en el cuento.

Sí. Escribí más cuento. Acaba de publicarse mi libro de cuentos “Antología íntima. 40 años de historias”.
La construcción de un cuento requiere de pocos elementos básicos...
Me es más fácil escribir cuento, eso sí. A pesar de que es un género muy, muy difícil.

¿En cuanto a la novela?

La novela me sale cuando todo un mundo me habita. Ahí sale completa. Antes es imposible. Cuando todo un mundo de muchas cosas que no puedes meterlas en un pequeño cuento, necesitan amplia extensión. Y a mi me habita el mundo andino desde mucho antes de que naciera desde mis ancestros.

¿Entonces “El maestro de la porcelana” está habitado completamente?

Cierto. Entonces siento que mis raíces se remontan a muy antiguo. No tengo abuelos italianos, españoles. Mis ancestros tienen lugar en el mundo andino.

¿Crees que esos son tus “Fantasmas nostálgicos”?

Puede que sea así. Pueda que los fantasmas nostálgicos, sean o son mis fantasmas como creadores estén acá, llamándome.

¿El fantasma nostálgico es el título de un libro, creo que fue ganador en un concurso?

No. Fue finalista en el 2006 del Premio Tusquets de novela en España. Que me prometieron publicarla el año entrante.

Carlos, ¿por qué no tenemos tus libros en el Perú?

Primero porque la distribución de libros en el Perú es muy mala. Y en Puno peor. No tenemos una librería. Ahora que estaré con más frecuencia llegarán mis libros que yo mismo los traeré. Y si quiero que me lean que sea por mis paisanos.

Desde ahora me confieso un lector tuyo, a pesar de haber leído muy poco de tu obra, y sólo algunos cuentos que confieso me agradan mucho, y como te dije tus títulos.

Gracias. Si pues, a mi también me gustan mucho. La novela tiene que ver con la ingeniería, mientras que el cuento tiene que ser más artesanal, más artística, de trabajo en el detalle.

Carlos, no somos profetas en nuestra tierra.

Si pues. Que podemos hacer. Pero no por eso debemos negar a nuestra tierra. Uno cuando nace en algún lugar queda marcado para siempre. Y vinculado para toda la vida. Y más aun cuando has nacido en este mundo andino del lago, del altiplano a más de 4 mil metros. Naces aquí, aprendes a caminar aquí, te ha marcado para siempre. Imposible que tu imaginario, tus sentimientos no se hayan marcado.

Carlos Calderón Fajardo, el nuevo amigo, el escritor, esperamos que esta charla se prolongue en algún momento sobre tus libros y tus temas.

Por cierto. Agradezco a ustedes a pesar de no tener la trayectoria de Feliciano o de Jorge me consideren y sientan cercanos a mí eso me reconforta como escritor, como persona.

Gracias Carlos por volver y por tenerte acá.

Nuevamente gracias a ustedes.
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Walter Paz: Para escribir hay que amar, vivir y leer mucho


Semblanza de Walter Paz Quispe

Jovita Zapana Cutipa Sociedad - 13 dic 2009

En cada lugar que Walter Paz Quispe haya estado dejó vestigios en la educación, en cada hombre y niño andino que haya leído sus poemas queda un recuerdo de su nombre por ser uno de los protagonistas y renovadores de la literatura y la pedagogía en la región de Puno.


En dialogo con Walter Paz Quispe, nos cuenta de sus creaciones literarias, luchas académicas que ha emprendido a favor de la literatura, cultura, educación en los andes donde reúne su trajín por los campos semánticos, por los caminos de las metáforas y demás licencias que forman un universo poético de la realidad de la vida misma del hombre andino.
Nostálgico nos indica que sus versos y estrofas de su libro el “El obituario del búho” (publicado en 1997), son inspirados en la tristeza, dolor, sufrimiento y el amor en tiempos de violencia que presenciaba en su juventud esto por la década de los 80. Además manifiesta una temática amorosa invadida por la pérdida/búsqueda del rostro y que enciende la noche.
Hablar de cada uno de sus poemas y artículos seria cuantioso, debido a que son numerosos las publicaciones que actualmente viene anunciando en el diario “Los Andes” .Entre los más destacados son: en el campo del pedagógico, ha realizado diversas publicaciones como el libro “Educación de adultos: naturaleza y perspectivas”, junto a Lucio Valer y Kennet Delgado en el CEUPS de la Universidad Mayor de San Marcos, Lima. Sus artículos y conferencias sobre educación pueden leerse en importantes revistas especializadas en Colombia, Chile, Venezuela, Perú entre otros países.

Con sus obras ganó diferentes galardones como el “Premio Horacio”, el poema del “El obituario del búho”, ganando los juegos florales de UNA Puno, “La Infancia Zodiacal” Concurso Nacional de Literatura de Lima y Callao, con poesía para niños y otros concursos regionales, premios que de alguna manera apoyaban en el sustento durante la época de su estudio.
Comentó que el inició su vida literaria y poética profundiza la escritura en el taller de poesía “Carlos Oquendo de Amat” que estaba conformado por Boris Espezúa y Alberto Cáceres Gómez Chano Padilla y su docente de la Universidad de San Marcos entre otros personajes que él recuerda y siempre los tiene presentes.
Otras personas y personajes que influyeron en su formación literaria y pedagógica, recuerda varios nombres: la profesora Lucinda Vizcarra Aguilar le inculcó en la primaria el hábito de la lectura; Fermín Ardiles, Dante Nava, Feliciano Padilla, Jorge Flores-Aybar, Washington Delgado y Alejandro Romualdo contribuyeron en su formación literaria; José Luis Velázquez entre otros, con quienes se reúnen para hacer planes de literatura.

PLANES PARA EL FUTURO

Su sueño es contribuir a la vida académica mejorando la educación, escribir un par de libros de literatura no para entrar a un concurso, sino para que ayuden a sensibilizar la educación del niño aymara y quechua ;se habla mucho del niño suizo, norteamericano, sin embargo, no se habla nada del niño andino, además lamenta que un estudiante de Sandia no sepa de la composición química de las frutas de ese lugar, pero si sepa hablar de las jirafas, elefantes, entre otros animales que no son del país.
Con gran entusiasmo indica seguir hasta el final de sus días ,seguir escribiendo poemas que nacen de la vida, ya que escribir en su biblioteca para Walter Paz, es una alternativa para salir de la depresión, desesperación y angustia. Además de estar trabajando en la Dirección Regional de Educación en el área de Gestión Pedagógica después de haber enseñado sus conocimientos en diferentes instituciones superiores a nivel regional y nacional...

SU VIDA

Wálter Paz nació a las orillas del lago Titicaca provincia de Ácora del departamento de Puno, el 12 de octubre de 1968. Indica que sus padres son Toribio Quispe Pari y Juliana Santos Tintaya siendo el primero de los tres hermanos y además manifiesta que su tierra es lo mejor que le pudo pasar en la vida convirtiéndose en su Macondo y Cómala (ciudades ficticias de Grabriel Garcia y Juan Rulfo),
“Un aimara para otro aimara”, en su juventud contrajo matrimonio con Marlene Paye con quien concibió una hija llamada Marlene Quispe Paye. Ambos seres queridos motivan, según sus propias palabras, el desarrollo de su actividad literaria y académica.
Wálter Paz Quispe Santos estudió la primaria en la Escuela 70078 de Ácora y la secundaria en la Institución Educativa Alfonso Torres Luna de la misma provincia (de primero a segundo) y culminó (de tercero a quinto) en la Gran Unidad Escolar “San Carlos” de la de Puno. Realizó sus estudios superiores en dos instituciones académicas: Lengua y Literatura en el Instituto Superior Pedagógico de Puno y Educación (espacialidad de Lengua y Literatura) en la Universidad Mayor de San Marcos de Lima.
Prosigue sus estudios de postgrado, en Lingüística Andina y Educación de la Universidad Nacional del Altiplano-Puno, Educación Superior en la Unidad de Post Grado de la Universidad Mayor de San Marcos de Lima y obtiene una beca de la Institución FORD, mediante un concurso coordinado por el IEP (Instituto de Estudios Peruanos), para estudiar doctorado en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, España, en la especialidad de Ciencia del Lenguaje y Lingüística.

LA ANÉCDOTA DE SU VIDA

La primera obra que leyó Walter Paz fue un regalo del destino quizá porque su infancia fue humilde ;su madre no tenía mucho acceso a los libros y sostuvo que a los a los cuatro años tuvo que perder a su papa; “en la temporada de la construcción de la carretera panamericana sur, yo iba caminando ,un día de esos que había caído lluvia y de pronto veo un libro tirado en la pista , era el libro de los “perros hambrientos” de Ciro Alegría lo leí ,trataba sobre la sequia del altiplano me llamo la atención y me conmovió mucho hasta ahora lo recuerdo, yo creo que me lo puso el destino” ,dijo.

Fuente: Diario "Los Andes" 13-12-2009.

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jueves, diciembre 10, 2009

Blog de Walter Paz

 
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No todos los profesores pueden enseñar a comprender textos.

 



Walter Paz Quispe Santos.

El tema de la comprensión lectora en nuestro país pone en cuestión si todos los profesores están preparados para enseñarlo. Si existe una correlación entre las deficiencias cognitivas de los docentes con las deficiencias cognitivas de los estudiantes; dicho de otro modo, si el buen desempeño docente en la enseñanza de la comprensión produce buenos lectores comprendedores en las escuelas y colegios, incluido la universidad. Y en efecto, los estudios que se vienen desarrollándose en el ámbito internacional y nacional parecen corroborar esta hipótesis.

En un país como el nuestro, de no lectores, es sencillo constatar que existe una simulación o impostura de aparentar que se lee, cuando en realidad no existe un gusto ni vocación por la lectura en una mayoría de los maestros peruanos. Pero, sin embargo, las exigencias a leer a los estudiantes son permanentes, sobre todo ahora que está de moda el “plan lector”, aunque en realidad se necesita otro igual para ellos. Las experiencias de los procesos de capacitación, el post grado con las segundas especializaciones, las maestrías y doctorados son el mejor ejemplo de esta miseria intelectual que los envuelve en la medianía de la educación escolar y formación profesional.

Sin duda, para enseñar a comprender se necesita un perfil y una nueva cultura profesional en las instituciones educativas. Hasta hace poco no existían suficientes referencias para reconocer el nivel de lectura que se debía exigir a los educadores para una enseñanza eficiente de la comprensión lectora. En esta oportunidad me permito presentar los niveles de enseñanza de la comprensión lectora para demostrar que no todos los maestros pueden enseñar a comprender y que es penoso comprobar que existen educadores que no entienden lo que leen y sin embargo se sigue confiando en ellos la enseñanza de la comprensión lectora.

Empiezo comentándoles del Nivel “A”, es decir, el nivel de lectura óptimo del docente para la enseñanza de la comprensión lectora. En este nivel el educador es capaz de evaluar la confiabilidad de los textos, descubrir el tema de los mismos, identificar y formular hipótesis, descubrir y relacionar el desarrollo de la argumentación y la fundamentación de la hipótesis central, identificar y clasificar los distintos patrones en los que se organiza un texto, además de descubrir relaciones, contradicciones internas, ambigüedades, falacias. ¿Cuántos de nuestros docentes se encontrarán en este nivel?

Luego viene el nivel “B”, es decir, el nivel de lectura del docente para un rendimiento medio de la enseñanza de la comprensión lectora. En este nivel el educador es capaz de descubrir el tema del texto, identificar y formular hipótesis; sin embargo, no es capaz de descubrir y relacionar el desarrollo de la argumentación y la fundamentación de la hipótesis central, además no puede descubrir relaciones, contradicciones internas, ambigüedades, falacias. Menos aún explicar las habilidades de razonamiento que utiliza para realizar análisis. ¿Hay profesores con este perfil? Claro que los hay y en una buena cantidad.

También existe un nivel “C”, es decir, un nivel de lectura bajo del docente para la enseñanza de la comprensión lectora. Estos docentes son capaces para identificar algunos puntos principales o ideas claves del texto, sin embargo son incapaces para distinguir la relación de las ideas clave con el tema, la tesis y la argumentación del texto. ¿Y existen profesores en con el nivel C de lectura? Claro que sí hasta en las universidades y son una mayoría.

Hay por último el nivel “D”, es decir, el nivel de lectura del docente incapacitado para la enseñanza de la comprensión lectora. Se trata de aquellos profesores que al leer un texto sólo son capaces de identificar conceptos, algunos relevantes y otros no, pero generalmente la lectura de los textos los deja confusos. ¿Habrá profesores con este perfil en nuestro sistema educativo? Claro que sí y como dirían muchos en el argot peruano “como cancha”. Y pensar que nuestros hijos se encuentran en manos de este tipo de profesionales es obvio que se formen “perdedores” y para no comprender nada.

Hay un derecho importante dentro de los derechos humanos, el derecho a disfrutar de las bondades de la ciencia y la tecnología, las artes y la literatura, y si no nos enseñan a comprenderlo como se debe, sencillamente muchos educadores atentan contra este derecho imprescindible que la educación nos debería brindar. Necesitamos con urgencia promover un debate en torno a la profesión, profesionalización, profesionalismo y profesionalidad del profesorado para que al menos el nivel de lectura docente sea el más eficiente en la enseñanza de la comprensión lectora.
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Teun van Dijk en sus textos, contextos y nuevos pretextos

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Entrevista de Walter Paz Quispe Santos
Revista colombiana “Magisterio”


¿Cómo nace su vocación por la Lingüística en general y los estudios del discurso en particular?

Yo empecé en la Literatura, lo que me interesaba como adolescente fue la poesía, mi trabajo que desarrollé en la Universidad fue sobre literatura francesa. La teoría literaria de entonces se interesaba en la poesía moderna, y sobre todo en un estudio lingüístico de la poesía. Así me inicié primero con la lectura de lingüística estructural en Francia, luego la lingüística generativa y las gramáticas modernas, para aplicar eso a la literatura, porque uno no podía limitarse a una descripción gramatical. Entonces, mi proyecto de tesis doctoral que yo publiqué el año de 1972 tuvo como objetivo desarrollar un tipo de lingüística o gramática que no solo describa palabras y oraciones, sino la gramática de los textos. Así empecé con el discurso, básicamente para poder comprender y describir sistemáticamente la literatura, y entonces mis primeras aproximaciones fueron con la poesía. Mi tesis tiene que ver con la poesía surrealista. He escrito una tesis de licenciatura sobre Paul Eluard en los años 60, y desde los años 70 tuve como proyecto el estudio y la formulación de una gramática y una lingüística textual. Me interesé cada vez más en ese proyecto y la literatura lo fui dejarlo atrás y así enfoqué mis estudios en la lingüística textual y en el área del discurso general.

Ha transcurrido mucho tiempo de reflexiones a cerca de los estudios acerca del texto, ¿Cuál es la concepción del discurso que tiene ahora?

Yo creo que esos tópicos cambian con el tiempo. Al principio hace mas de treinta años, el discurso se definía como una estructura verbal, como un acervo lingüístico, y una extensión de la gramática tradicional a la gramática del texto. Sobre todo, aquello que tenía que ver con la gramática concebida como estructuras sintácticas, semánticas, es decir, más desde una concepción formal, más una como una concepción de estructura verbal o una concepción gramatical del discurso. Pero en los momentos que yo estaba analizando algunos de esos espectros del texto sobre todo al describir en términos de sintaxis, he sentido la necesidad de una forma nueva de semántica, por ejemplo nociones como la coherencia. En las oraciones del discurso podemos verificar que existe un tipo de coherencia y abordamos objetos que no son típicamente verbales y de pronto nos encontramos en el campo de los sentidos, proposiciones u otros, o finalmente de cosas de referencia y co-referencia. Eso quiere decir que hacemos referencia a un mundo real o ficticio, o tal vez tampoco un mundo real como existe sino mas bien como la gente lo conceptualiza e interpreta, entonces ya no se habla tanto de estructuras verbales, sino mas bien de estructuras del pensamiento, de estructuras cognitivas como en el caso de la comprensión, etc. Entonces el discurso ya no es un fenómeno puramente formal o gramatical, sino es también un objeto cada vez más cognitivo. ¿De acuerdo? Entonces el segundo paso de mis investigaciones fue trabajar con Kincht de los EE.UU un proyecto cognitivo. Y comprobamos luego de nuestros estudios que el discurso no era algo fijo sino se trataba de procesos mentales de la gente. Un discurso también se concibe como la producción y la comprensión del mismo. ¿El discurso en si que es? Materialmente no solo son sonidos, ruidos en el aire o bien imágenes sobre el papel, sino también el discurso es producto de aquellos aspectos que nosotros le agregamos, como la interpretación. Son los sentidos que le damos, y el sentido no se puede ver ¿y donde esta ese sentido? Mucha gente dice que esta en la mente y nosotros lo que producimos como parte del sentido es alguna cosa mental.
¿Y cuál es la diferencia con la gramática del texto o la lingüística del texto?Una descripción de una gramática del texto es una abstracción. Una abstracción de esos textos, si yo hablo de los sentidos, por ejemplo o la macro estructura del texto observo que es una formalización de estructuras abstractas y no de sentido. Es decir, en el momento que me ubico como psicólogo del discurso, bien en la segunda etapa de mi trabajo, hablo no de textos abstractos sino de lo que la gente común y corriente hace. Y estudio objetos más empíricos, no hablo de sentidos abstractos de ese discurso, sino me refiero a lo que razona la gente. Entonces no son solo estructuras abstractas sino los procesos mentales reales de la gente en el instante en que están comprendiendo un texto, por lo tanto no son estructuras abstractas sino representaciones de procesos reales de los participantes de la lectura.

¿Ahí nace su preocupación por lo cognitivo?

Lo descubrí cuando yo tenía una preocupación sobre la macroestructura y para tener también una fundamentación más empírica de la coherencia, y trabajando con Kintch descubrimos que las aproximaciones formales, cada vez más abstractas, como la gramática no servían. Por eso publicamos después de 10 años de mi tesis el año 83, un libro sobre las estrategias de comprensión del discurso, y ahí observamos que el proceso estratégico de la comprensión es mucho más flexible, mucho más personal, más cognitivo, además que depende del contexto. Y los estudios contextuales están lleno de errores, no son perfectos. Un análisis formal si es perfecto.
¿Cuál es la idea central de ese libro que publicó con Kintch, el libro “Strategies of Discourse Comprension”? Porque creo que esas ideas de ese texto han influido en muchas investigaciones sobre todo en la Psicolingüística, y movimientos de reforma educativa en el área de Lenguaje y Literatura en todo el mundo...
La idea fundamental es que la comprensión y producción de un texto es un proceso estratégico. Estratégico quiere decir que es fundamentalmente diferente de lo que sabíamos de las gramáticas y teorías abstractas del discurso. La gente cuando construye un discurso no lo hace primero analizando las estructuras fonológicas, después las estructuras sintácticas, semánticas, pragmáticas, como los modelos, argumentativos, gramaticales etc., sino es un acto mucho mas estratégico. La razón es porque tiene que ver con los objetivos. Una persona que tiene objetivos diferentes, lee un texto de una manera diferente, y además tiene que ver con el contexto. Los objetivos de las personas son parte de ese contexto. Un texto se lee diferente en el tren, en la casa, o la escuela es decir depende del contexto. Leer es un proceso que no tiene que ver con un solo nivel sino con todos los niveles a la vez. Para comprender uno usa información del nivel fonológico, sintáctico o el orden de las palabras, la semántica o los sentidos y también las macroestructuras, todo a la vez; y también los aspectos no verbales. Si uno quiere saber la interpretación de lo que dice un político, lo que también él idealiza, además de sus gestos, se fija también en otra información que no solo es verbal.

¿Y cómo es ese fenómeno, el proceso de la comprensión?

El hecho de interpretar o el proceso de comprender paso a paso, o llamado también procesamiento on line, es decir, ¿Cómo comprender? Se explica del siguiente modo. Si empiezas a leer un articulo en el periódico, o escuchas una noticia en la televisión ya empiezas con la comprensión después de las primeras palabras, uno no va ha esperar para hacer la interpretación leer o escuchar hasta el final del texto. No se puede porque tu memoria no tiene esa capacidad. No tenemos esa facultad. Tu lees y al comprender estas adaptando tu interpretación leyendo el texto, no solo tu interpretación sino también tu innovación, si te gusta o no lo que dice el autor, entonces toda la idea de la interpretación es flexible, lleno de errores, y rápido.

Existen varios conceptos con los que has aportado en los estudios del discurso en general y la comprensión en particular, por ejemplo, términos como Macroestructuras, microestructuras... quisiera que me explicaras cómo concibes la macroestructura, que desarrollas en otro libro tuyo llamado “Macroestructures".

Hay varias maneras de explicarlo, y presentar la teoría. En principio existen teorías puramente abstractas, dicen que para describir un texto como en la gramática no solamente se pueden describirlo a nivel gramatical, o sus relaciones a nivel micro o local, sino también señalan que el texto tiene una significación o sentido mas bien global, eso se muestra muy bien en los titulares de los diarios o en los resúmenes, el texto no solo tiene un sentido local sino también global, esa parte fue la concepción mas bien abstracta. Las primeras teorías fueron planteadas desde como hacer una derivación de una macroestructura global a una microestructura, seguro que con reglas, básicamente reglas de resúmenes, esa es una concepción semántica abstracta. Trabajando en la psicología de la comprensión notamos mucho que el proceso de formar macroestructuras es mucho más flexible. La gente al observar los titulares tiene estrategias rápidas para formar una macroestructura, la gente no va a leer medio texto para formar una macroestructura, sino que al ver ya el titular se enteran de lo que se trata. Si uno tiene un texto sin titular, al principio uno no sabe de lo que se trata, entonces usan mucho los resúmenes, la información previa como hipótesis para derivar una macroestructura y después comprender si eso es cierto porque empiezan a revisar o constatar leyendo o escuchando el texto o discurso. Por lo tanto, básicamente la macroestructura tiene que ver con una forma de procesar, representar y recuperar información muy compleja. ¿De acuerdo? Entonces en el contexto mucha información es muy compleja. La gente no puede ni memorizar ni recuperar toda la información del texto. La única manera de hacerlo es organizándolo, en varios niveles de abstracción, entonces en vez de memorizar todos esos detalles, lo que pasa, es que al mirar el titular del texto, forma una macroestructura y dice: “ahí hubo un atentado”, “hubo la intervención de la policía”, “una cantidad de muertos”, “es parte de las acciones de los insurgentes”, etc. Los detalles exactos de la cantidad de muertos los olvidan porque no es relevante, o como por ejemplo “la violencia en Irak continua” eso es una macroestructura.
Normalmente lo que uno necesita de un texto es la información más importante. Por eso la gente da resúmenes, titulares, etc. Entonces, la macroestructura explica por qué hay titulares, por qué hay resúmenes, y cómo la gente puede resumirlo. Lo que ocurre es que si tu le das un texto a una persona para que lo lea y después le preguntas lo que pasó con un ¿que has comprendido? Eso constituye una macroestructura, es decir lo que producen las personas como por ejemplo después de un mes de memorización de algún contenido en general viene a ser la macroestructura, con algunos detalles agregados por supuesto. Eso si depende de las razones de la gente. Básicamente la comprensión del discurso ocurre a nivel local con las palabras y las oraciones y al mismo tiempo hay una comprensión global que ejerce control sobre esa comprensión local, entonces, tu sabes localmente lo que pasa si mantienes la macroestructura, si uno pierde el control global o la macroestructura, muchas veces uno no sabe lo que lee. Por eso es muy importante el control de la comprensión, es muy importante el manejo de información muy compleja, y lo que hacemos las personas es resumirlo mentalmente, y resumir mentalmente viene a ser la formación de macroestructuras.

¿Y cuándo surge su preocupación por la relación del lenguaje y poder, y la idea del Análisis Crítico del Discurso?

Es la tercera etapa. Primero, abordo las estructuras en general en el discurso, incluso también de la pragmática, de los actos de habla, y no solamente de una semántica, sino también de generar una teoría bastante amplia, y parte de esos estudios se encuentran en mi libro “texto y contexto”. Luego me dedico a investigar con Kincht desde el año 74 hasta el 84 sobre todo la parte referida a la cognición. Desde el principio de los años 80 cada vez mas tenía un interés por los aspectos sociales y críticos, primero todo lo que tiene que ver con el discurso, luego con la cognición y las ideologías, pero en los años 80 me interesaba mucho los asuntos sociales. Mi tema central acerca de la relación del lenguaje con el poder son los aspectos referidos con el racismo en Europa. Ahí hice mucho trabajos sobre los prejuicios, racismo en la prensa, en los textos escolares, la conversación cotidiana, el discurso político, discurso de empresarios y otros mas; en general fue mas bien un interés critico, y el análisis critico del discurso surge para mi de ese trabajo empírico sobre un problema fundamental en Europa que es el racismo. Hay racismo también en América Latina, Norteamérica, etc.

¿En esta etapa publica“Ideología”, donde plantea una relación entre cognición, discurso y sociedad?

El triangulo de discurso, más bien cognición social, y sociedad es un ámbito que todavía estoy trabajando. Si ahora estoy haciendo ese trabajo y yo normalmente tengo ese enfoque de las estructuras del texto, al mismo tiempo estoy estudiando un problema social, como por ejemplo una “motivación de Aznar por la guerra de Irak”, al mismo tiempo eso tiene que ver con aspectos sociocognitivos, prejuicios, ideologías, y finalmente en los años 90 escribí el libro ideología, es también la combinación de esos estudios. Ahí se organizan esas manifestaciones sociales y tienen que ver mucho con esos aspectos. Yo no voy a decir que eso basta, porque también existen aspectos como los culturales. Hay toda una etnográfica, antropología y sociología, y por ejemplo las pocas veces que abordo el tema cultural es cuando estoy estudiando el racismo y eso tiene mucho que ver con conflictos étnicos. En ese sentido, mi trabajo sobre la cultura es general. Otro aspecto que no estoy trabajando es la dimensión histórica, y en casi en ninguno de mis trabajos hablo sobre aspectos históricos, solo en algunos estudios sobre racismo hablo sobre la historia del racismo, claro normalmente cuando abordas un aspecto de orden social no puedes evitar los aspectos históricos. Yo me ocupo mucho de las noticias pero casi no sobre la economía de producir y recibir las noticias, es una dimensión importante que yo por ejemplo no trabajo.

Usted ha escrito un libro sobre el racismo en España y América latina, “Dominación étnica y racismo discursivo en España y América Latina”. ¿Que evidencias sobre este fenómeno ha encontrado a través del Análisis Critico del Discurso?

Bueno, es un libro que resume los diez años de estudios sobre racismo en Europa, que felizmente ahora existe en una versión en español; puedo decir que en ese libro falta un capitulo sobre Europa. Yo he vivido en España y Latinoamérica, allí se encuentra mis estudios del fenómeno del racismo en estos países. No hay mucho trabajo empírico mío sino se ha estructurado a partir del trabajo de otros investigadores. Estudiando la prensa, y los textos escolares, en estos dos continentes encontré que también existen muchos prejuicios, y marginación con los migrantes; así como estereotipos. En América latina hay situaciones diferentes en cada país, pero existen muchos trabajos y experiencias de indígenas y afrolatinos sobre ese tema. Hay mucho racismo y en todos los niveles de la sociedad, en cualquier país de América Latina, desde México hasta Argentina o Chile, la gente más blanca o más europea tiene mas poder en relación a la gente afro latina o indígena. Eso en todas las áreas, en la economía, relaciones sociales, y muchas otras áreas, y lo que a mi me interesa son las áreas del discurso, entonces yo me intereso en conocer como en la prensa en los países latinoamericanos se discrimina a las minorías o como se presentan a los mismos en algunos países donde no son minorías sino mayorías. Mi preocupación es explicar lo que se dice en la prensa, lo que se dice en los textos escolares, lo que se dice en los debates parlamentarios o el discurso de los políticos y otros discursos de las elites o simplemente quiero saber lo que ocurre en esos discursos con esas minorías.

Existe racismo en los países de Europa o Latinoamérica, debido a una convivencia de siglos y existe una dominación que nunca se acepta, o se presenta como es típico, a través de una negación del racismo. Se dice: “si hay racismo, pero vivimos bien con estos indígenas”, etc. “Yo siempre tenia una nana negra y es mi mejor amiga” etc., hay una especie que en Brasil se llama racismo cordial. Eso es muy típico en países como Venezuela donde es común esa forma de racismo, entonces busco comprender esas formas de negación. Observar que ocurre con esos discursos dominantes, lo que sucede en la prensa. Quienes tienen acceso o no a esos discursos dominantes, que personas o grupos de indígenas tienen acceso a la prensa ¿y cómo? Si tienen acceso a la elaboración o selección de los contenidos de los textos escolares, a la formación de los profesores, etc., eso es lo que quiero saber no solo en Europa sino en América Latina.

Me interesa toda la formación del discurso dominante. Y me aproximo a ellos no solamente a partir de mis investigaciones sino de otros trabajos, como el uso de textos escolares en el Brasil, los estudios de mis colegas en Chile sobre cuestiones de como aborda la prensa a los mapuches, o el debate parlamentario en México acerca de los indígenas. Este es el primer paso que vengo realizando y se encuentran en un primer libro que acabo de publicar el año pasado. Ahora necesitamos mas detalles, por eso en algunos países de América latina buscamos investigar sobre la realidad de las minorías. En México, Colombia, Brasil, Argentina, Chile y Perú, en cada país tenemos un equipo local interdisciplinario de lingüistas, antropólogos, etc. que vienen trabajando un capitulo para un libro en común sobre el racismo en el discurso en América Latina. Luego necesitaremos más investigaciones mas detalladas en cada uno de estos países sobre estos géneros. Estos estudios particulares y profundos se necesitan hacerse con urgencia. Como puede ver es un proceso muy largo. A través de la constatación de los discursos, no solamente se puede ver el racismo, sino la discriminación, pobreza, migraciones, y otros problemas sociales que aquejan a ese continente.

Entre los proyectos que viene desarrollando está un libro sobre el contexto, ¿Qué hay de ese texto?

Sí, es uno de mis últimos proyectos es cierto, hace muchos años escribí un libro que se llama “texto y contexto” donde hablo mucho sobre el texto, pero casi nada del contexto, entonces hoy el contexto se hace cada día mas importante para conocer el texto. La producción de los discursos y muchos aspectos de la comprensión tienen que ver con el contexto, pero nadie sabe exactamente lo que es el contexto a pesar de citarlo siempre. Todos hablan de la contextualización, la recontextualización; como la sociolingüística, la Psicología social o la Etnografía y muchas otras disciplinas, pero no nos explican lo que es en realidad el contexto. Mi aproximación trata de formular la interfaz entre la estructura de las situaciones sociales y las maneras en que los actores sociales representan mentalmente esas situaciones, de tal manera que sea posible entender como esas representaciones pueden influir la producción y la comprensión del discurso. Explico como las personas son capaces de adaptar la producción y la recepción o interpretación del discurso a la situación comunicativa interpersonal y social. Es decir, en la producción y comprensión del discurso la situación social comunicativa no puede influir directamente en las estructuras verbales o discursivas sino que necesitamos una interfaz sociocognitiva. Dicho de otro modo, no es la situación social comunicativa la que influye en las estructuras verbales o discursivas, sino su representación mental de cada persona hablante u oyente. La representación mental de la situación comunicativa se hace con un modelo mental específico que llamamos modelo de contexto o simplemente contexto. Entonces el libro que vengo escribiendo es una aproximación multidisciplinaria acerca del contexto y espero terminarlo muy pronto.
También tiene en agenda una preocupación por la relación discurso y conocimiento.
Si este es uno de los proyectos que acompañan al anterior y vengo avanzando con artículos que tienen que ver con averiguar el rol del conocimiento en el discurso. Lo que se sabe es que el conocimiento se construye a través del discurso. Algunos adelantos y aproximaciones sobre ese tópico lo habíamos planteado en el campo de la Psicología con Walter Kintch. Pero acerca de los detalles de la estructura del conocimiento y su relación sólo existen ideas muy generales, y esto necesita mucha investigación, por lo que necesito por lo menos unos años más para concluir con este estudio.

Ahora que ha experimentado una difusión muy grande de sus ideas, sólo con ver la frecuencia de citaciones que hacen de sus libros en las ciencias sociales, los seminarios y conferencias que brinda en todo el mundo... todo hace ver que sus aportes son muy influyentes. ¿Tiene algún mensaje para todos los que comparten sus ideas?

Mi mensaje siempre es que ellos tienen que descubrir lo que es más importante para su realidad, les aconsejo analizar críticamente las teorías y si son relevantes utilizarlos, y es necesario no seguir a un solo teórico o dos sino a varios porque los problemas sociales en las ciencias sociales, y por supuesto la educación o la política son muy complejos y se requiere de una aproximación multidisciplinaria. Y no solo se debe buscar evidencias en el discurso sino a través de otras dimensiones. Por otro lado es importante usar la propia competencia local, los propios conocimientos locales, no debemos acostumbrarnos sólo a aplicar lo que dice Habermas, Bourdieu, Giddens u otro intelectual sino también se deben tomar en cuenta las ideas de pensadores locales.

La Lengua




Gabriel García Márquez.

A mis doce años de edad estuve a punto de ser atropellado por una bicicleta. Un señor cura que pasaba me salvó con un grito: ¡Cuidado! El ciclista cayó a tierra. El señor cura sin detenerse, me dijo: ¿ya vio lo que es el poder de la palabra? Ese día lo supe. Ahora sabemos además que los mayas lo sabían desde los tiempos de cristo, y con tanto rigor, que tenían un dios especial para las palabras.

Nunca como hoy ha sido tan grande ese poder. La humanidad entrará en el tercer milenio bajo el imperio de las palabras. No es cierto que la imagen esté desplazándolas ni que pueda extinguirlas. Al contrario, está potenciándolas: nunca hubo en el mundo tantas palabras con tanto alcance, autoridad y albedrío como la inmensa Babel de la vida actual. Palabras inventadas, maltratadas o sacralizadas por la prensa, por los libros desechables, por los carteles de publicidad; habladas y cantadas por la radio, la televisión, el cine, el teléfono, los altavoces públicos; gritadas a brocha gorda en las paredes de la calle o susurradas al oído en las penumbras del amor.

No: el gran derrotado es el silencio. Las cosas tienen ahora tantos nombres en tantas lenguas que ya no es fácil saber cómo se llaman en ninguna. Los idiomas se dispersan sueltos de madrina, se mezclan, y confunden, disparados hacia el destino ineluctable de un lenguaje global.

La lengua española tiene que prepararse para un ciclo grande de ese porvenir sin fronteras. Es un derecho histórico. No por su prepotencia económica, como otras lenguas hasta hoy, sino por su vitalidad, su dinámica creativa, su vasta experiencia cultural, su rapidez y su fuerza de expansión, en un ámbito propio de diecinueve millones de kilómetros cuadrados y cuatrocientos millones de hablantes al terminar este siglo. Con razón un maestro de lenguas hispánicas en Estados Unidos ha dicho que sus horas de clase se le van en servir de intérprete entre los latinoamericanos de distintos países. Llama la atención que el verbo pasar tenga cincuenta y cuatro significados mientras en la república del Ecuador tienen ciento cinco nombres para el órgano sexual masculino, y en cambio la palabra condoliente, que se explica por sí sola, y que tanta falta nos hace, aún no se ha inventado. A un joven periodista francés lo deslumbran los hallazgos poéticos que encuentra a cada paso en nuestra vida doméstica. Que un niño desvelado por el balido intermitente y triste de un cordero, dijo: “parece un faro”. Que una vivandera de la Guajira colombiana rechazó un cocimiento de toronjil porque le supo a Viernes Santo. Que Don Sebastián Covarrubias en su diccionario memorable, nos dejó escrito de su puño y letra que el amarillo es el color de los enamorados, ¿cuántas veces no hemos probado nosotros mismos un café que sabe a ventana, un pan que sabe a rincón, una cereza que sabe a beso?

Son pruebas al canto de la inteligencia de una lengua que desde hace tiempo no cabe en su pellejo. Pero nuestra contribución no debería ser la de meter en la cintura, sino al contrario liberarla de sus fierros normativos para que entre en el siglo veintiuno como Pedro por su casa. En ese sentido me atrevería a sugerir ante esta sabia audiencia que simplifiquemos la gramática antes que la gramática termine por simplificarnos a nosotros. Humanicemos sus leyes, aprendamos de las lenguas indígenas a las que tanto debemos lo mucho que tienen todavía para enseñarnos y enriquecernos, asimilemos pronto y bien los neologismos técnicos y científicos antes que sen nos infiltren sin digerir, negociemos de buen corazón con los gerundios bárbaros, los qués endémicos, el dequeísmo parasitario, y devuélvamos al subjuntivo presente el esplendor de sus esdrújulas: váyamos en vez de vayamos, cántemos en vez de cantemos, o el armonioso muéramos en vez del siniestro muramos. Jubilemos la ortografía, terror del ser humano desde la cuna: enterremos las haches rupestres, firmemos un tratado de límites entre la ge y la jota, y pongamos más uso de la razón en los acentos escritos, que al fin y al cabo nadie ha de leer lagrima donde diga lágrima ni confundirá revólver con revolver. ¿Y qué de nuestra be de burro y nuestra ve de vaca, que los abuelos españoles nos trajeron como si fueran dos y siempre son una?

Son preguntas al azar, por supuesto, como botellas arrojadas a la mar con la esperanza de que les lleguen al dios de las palabras. A no ser que por estas osadías y desatinos, tanto él como todos nosotros terminemos por lamentar, con razón y derecho, que no me hubiera atropellado a tiempo aquella bicicleta providencial de mis doce años.
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La lógica curricular de los textos escolares de Ciencias Sociales: ¿Enseñando a Olvidar?



Walter Paz Quispe Santos



Textos escolares: ¿de quién es el conocimiento que tiene más valor?

Los textos escolares o libros de texto no sólo son ayudas técnicas orientadas a facilitar la intervención pedagógica del profesorado y el aprendizaje escolar de los educandos y educandas en las aulas. Son también la expresión de una determinada selección escolar y social de los saberes culturales, de una manera determinada de entender la enseñanza y el aprendizaje en las aulas. Los libros de texto, son una estrategia nada inocente en la transmisión escolar del conocimiento legitimo, es decir una cantidad de saberes culturales, destrezas y valores que en una sociedad concreta se considera que los educandos y educandas han de adquirir y dominar si desea aprobar y, en consecuencia, evitar con éxito el fracaso escolar.

En ese marco, es pertinente preguntarnos ¿de que forma están representados las étnias y grupos y saberes culturales minoritarios y minorizados del país? ¿Cuál es la lógica curricular vigente? ¿Cuál es la ideología de las concepciones pedagógicas y educativas que subyacen a la representación de los indígenas en los textos escritos y las imágenes que se acompañan en estos textos? ¿Cómo están representados los aimaras, quechuas, y culturas amazónicas?

Me refiero a los textos escolares oficiales elaborados por el Ministerio de Educación (2005) “Ciencias Sociales 1” “Ciencias Sociales 2” y “Enfoques 3” de las editoriales Santillana y Norma, respectivamente, distribuidos a todos los escolares del nivel básico o secundario en todo el país. Los mismos que sirven de instrumento de consulta y reflexión en los procesos de enseñanza y de aprendizaje del área de ciencias sociales, tanto en el medio rural y urbano. Los textos escolares en mención corresponden a un tratamiento curricular intencional y deseado por parte del Estado peruano para las futuras generaciones de estudiantes y entre ellos indígenas peruanos.

No me refiero a la Historia, historiadores y los mecanismos que hacen posible la producción del discurso histórico[1] o la escritura de la historia[2]. Sino, precisamente de su divulgación o empleo de esas producciones en la formación o información a los escolares del nivel secundario, por lo tanto, se trata de discursos académico – científicos de divulgación en realidades escolares.

Lógica curricular vigente.

La educación escolar peruana constituye una actividad humana mediante la cual se ejerce una indudable influencia y cierta violencia sobre los educandos y educandas a través de la transmisión de conocimiento académico y de los significados socioculturales asociados a él. Según Lomas (2004) Esta transmisión escolar de significados socioculturales, así como el tipo de interacciones y las formas de vida que la escuela exige y promueve, generan cambios en las conciencias, en el pensamiento y en las conductas de las educandas y de los educandos, al orientar en alguna medida su socialización como personas a través de la exhibición continua de unas maneras concretas de entender el mundo y el entorno en el que viven que no son sino un espejo que actúa como referente simbólico en la construcción de sus identidades individuales y socioculturales.[3] En este contexto los libros de texto del área de ciencias sociales incluyen tanto ideas y concepciones sobre la realidad como modos de entender el pasado y el presente de las personas y de las sociedades en general, y de los indígenas en particular; además de estereotipos culturales como prejuicios sociales y sexistas; en definitiva, unas u otras actitudes sobre las mujeres y sobre los hombres, sobre las clases sociales y sobre los grupos culturales, sobre la cultura de las élites y sobre la cultura popular, etc.

Y Como lo anotan Apple (1986, 1989) Torres (1994) Lomas y Osoro (1996) entre otros, que los libros de texto reflejan y transmiten casi siempre las ideas dominantes sobre los cuales deben ser los contenidos legítimos de la escolarización en nuestras sociedades y por lo tanto, sobre cuál ha de ser el capital cultural de las personas satisfactoriamente educadas. Los libros de texto como lo sostiene (Wexler: 1982) no son inocentes ni neutrales, sino que tiene un innegable vinculo con los intereses y con las ideologías de los grupos sociales que ostentan la hegemonía y poder en nuestras sociedades. El conocimiento cultural que aparece reflejado en el currículo escolar y en los libros de texto peruanos elaborados por el Ministerio de Educación es en consecuencia, el efecto de una selección nada aséptica ni equitativa de la cultura humana, ya que esta selección se efectúa en función de lo que algunos grupos sociales consideran representativo y significativo de la cultura a efectos de su transmisión escolar a las generaciones futuras. En esa selección el énfasis en los aprendizajes escolares se pone en los contenidos considerados legítimos y socialmente funcionales en detrimento de otros contenidos que se omiten, se ocultan o se devalúan. De esta manera “la transmisión selectiva” de la cultura de clase como cultura común silencia las culturas de los oprimidos y legitima el orden social actual como natural y neutro.

En América Latina en general y en el Perú en particular la enseñanza de las ciencias sociales presenta un anacronismo dentro del currículo intencional con los contenidos que se imparten a los educandos. Los conocimientos sociales, históricos, geográficos, culturales, ecológicos, etc., defendida por la escolarización a través de los currículo en los centros educativos bajo la tradición racionalista moderna legitima su poder, e influencia en los alumnos en aras de su desarrollo personal, de la integración social y del progreso económico con contenidos que no guardan relación ni armonía con sus intereses y necesidades. Una de esas promesas y virtudes anunciadas por la educación peruana y escolarización dentro de las aulas es el de identidad y la ciudadanía[4]. Con esa finalidad existe en el sistema educativo peruano el Área de Ciencias Sociales, como currículo intencional[5] que busca promover la ciudadanía étnica o diferenciada o más propiamente dicho los derechos económicos culturales de los educandos peruanos y dentro de ellos a los indígenas.

Sin embargo, los mismos no son representados adecuadamente y con la valorización necesaria, al contrario los libros de texto peruanos son excluyentes con los indígenas, no abordan ni tratan de los distintos contextos culturales ni sus identidades, olvidan el trabajo cooperativo, uniformizan y estereotipan la cultura que se transmite. En síntesis, los libros escolares de Ciencias Sociales contribuyen a uniformar la cultura, a favorecer un conocimiento libresco y memorístico de la realidad multicultural peruana y a difundir complejos de superioridad y de inferioridad con los grupos étnicos, nacionalidades aimaras, quechuas y amazónicas.

¿Enseñando a olvidar?

En cuanto al análisis de contenidos, observamos que existe una supresión de contenidos, existen muchas operaciones mediante las cuales determinados acontecimientos, personajes, objetos son obviados, olvidados, suprimidos, es decir, no existen en el texto. No hay ninguna referencia acerca de la vida de los machiguengas, aimaras, quechuas, etc., solo son nombrados como tópicos algunas veces. Al respeto es necesario preguntarnos si los autores lo han hecho porque no les ha parecido importante, o porque mediante ellos han querido ocultar su verdadera dimensión e importancia. En los textos señalados se hablan más de Europa y todo occidente y se minimizan los contenidos propios. ¿Cómo se sentirá un niño o niña shipibo al leer estos textos?

Así como existen supresiones también hay las adiciones de contenidos donde se inventan la existencia de sucesos o características de acontecimientos o personas que no son tales, así mismo, las deformaciones cuantitativas de contenidos en la que la exageración o minimización de datos es el lugar común. También la deformación cualitativa de contenidos se presenta de múltiples formas donde se aprecian deformaciones y “maquillajes” sobre la identidad de los personajes, acontecimientos y lugares, las características y condiciones de un suceso, personaje u objeto y finalmente los motivos de las acciones.

En cuanto al lenguaje que se emplea en los textos, si los educadores le prestan atención a cómo se presentan, narran o describen determinados hechos históricos, es decir qué tipos de palabras, conceptos y adjetivos se utilizan para designar determinados fenómenos personajes u objetos, encontrarán evidencias por ejemplo, para explicar la presencia árabe en España se utiliza la palabra “invasión” y cuando se trata de explicar la presencia española en América se usa la palabra “conquista”.

El tipo de razonamiento que se emplea para convencer a los escolares de una forma de argumentación, es decir, cómo actúan los sobreentendidos del discurso, también es interesante observar sobreentendidos sobre preconcepciones y concepciones sobre determinados fenómenos, hechos y personajes sobre todo en temas coloniales, o la exaltación de la cultura occidental. Finalmente, existen insinuaciones que se expresan en el discurso textual, y observar cuando aparecen y qué tipo de intencionalidad portan, es decir, qué funciones subyacentes están operando a través del ejercicio de sistemas calóricos. Al respecto, se presenta en los textos escolares una historia juzgada bajo las miradas o lentes de autores formados en la cultura occidental y cristiana a los indígenas, que tienen otra cultura y una visión diferente del mundo, y claro existe una ideología del olvido a luces.

Por otro lado, si observamos las imágenes diremos que el uso de las mismas cumple una función didáctica, sin embargo existe una ideología que subyace y corresponde a las élites o clases dominantes blancas. Los símbolos, signos e iconos, no sólo decoran e ilustran estéticamente los libros, sino que se entregan a los educandos valoraciones según lo que se este representando, ya sea para resaltar los valores de las clases altas o blancas o minimizar las indígenas. Al respecto existen estudios que señalan que los efectos de las imágenes son distintas a las palabras escritas (Bozal: 1991) La imagen mimetiza al mundo y dice ofrecer “lo que hay” con una evidencia de la que la verbal carece. Desde esta perspectiva es muy útil identificar por ejemplo relaciones de pertenencia cultural de los personajes, el género, los objetos culturales, acciones y actividades socio-económicas, situaciones bélicas, y situaciones históricos sociales.

Finalmente si nos fijamos en las actividades didácticas que generalmente se conocen como “ejercicios” que buscan encauzar, orientar la interpretación de los contenidos en función a una competencia o capacidad determinada, es necesario hacer un examen minucioso porque allí se encuentran algunas operaciones de distorsión del conocimiento histórico, o como operadores del lenguaje. Esto nos ayudara a identificar la ideología subyacente y mensajes implícitos, y sobre todo de conocimientos sesgados.

Como podrá comprobar amigo lector, decir que el conocimiento es neutro es ingenuo. Lo que se considera conocimiento legítimo es el resultado de complejas relaciones de poder y luchas entre clases, sexos, grupos, culturas. Los libros de texto no sólo son sistemas de transmisión de datos; son al mismo tiempo resultados de conflictos y compromisos políticos, económicos y culturales. Están concebidos diseñados y escritos por personas reales con intereses reales, y muchas veces las connotaciones, epistémicas, pedagógicas, culturales y didácticas se deja al antojado criterio de la industria editorial. Por eso es urgente y necesario preguntarnos al abrir los textos como lo hacia Michael Apple ¿De quién es el conocimiento que tiene más valor? Y así acaso ¿enseñamos a olvidar?

[1] Siguiendo la terminología de Michael Foulcaut.
[2] En la concepción de Roland Barthes.
[3] Michael Foucault considera a la institución escolar como una de las instituciones esenciales de la microfísica del poder, ya que en ella se difunde una arqueología del saber que legitima y reproduce el orden social de los discursos en el que se sustentan las actuales sociedades. Hay autores como Apple que explican el control social del currículo y de los libros de texto en las instituciones escolares.
[4] Véase: Diseño Curricular Básico de Ciencias Sociales, MINEDU, Lima 2005.
[5] Currículo Intencional se entiende como las intenciones que se tienen con los educandos, las mismas que se materializan en programas, planes de estudios, textos escolares, etc.
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Hablar spanglish es devaluar el español




Para Roberto González-Echeverría, profesor de literaturas hispánicas y comparadas en la Universidad de Yale, la mezcla de español e inglés,lejos de ser inocua, perjudica a los propios hablantes
El spanglish, la lengua compuesta de español e inglés que salió de la calle y se introdujo en los programas de entrevistas y las campañas de publicidad, plantea un grave peligro a la cultura hispánica y al progreso de los hispanos dentro de la corriente mayoritaria norteamericana.Aquellos que lo toleran e incluso lo promueven como una mezcla inocua no se dan cuenta de que esta no es una relación basada en la igualdad.

El spanglish es una invasión del español por el inglés.La triste realidad es que el spanglish es básicamente la lengua de los hispanos pobres, muchos de los cuales son casi analfabetos en cualquiera de los dos idiomas. Incorporan palabras y construcciones inglesas a su habla de todos los días porque carecen del vocabulario y la educación en español para adaptarse a la cambiante cultura que los rodea.Los hispanos educados que hacen otro tanto tienen una motivación diferente: algunos se avergüenzan de su origen e intentan parecerse al resto usando palabras inglesas y traduciendo directamente las expresiones idiomáticas inglesas.

Hacerlo, piensan, es reclamar la calidad de miembro de la corriente mayoritaria. Políticamente, sin embargo, el spanglish es una capitulación; indica marginalización, no liberación.El spanglish trata al español como si la lengua de Cervantes, Lorca, García Márquez, Borges y Paz no tuviera una esencia y una dignidad propias. No es posible hablar de física o metafísica en spanglish, mientras que el español tiene un vocabulario más que adecuado para ambas disciplinas.

Renunciamiento

Por la preeminencia del inglés en campos como la tecnología, algunos términos, como "biper" por "beeper", deben ser incorporados al español. ¿Pero por qué entregarse cuando hay palabras y frases españolas perfectamente correctas? Si, como ha ocurrido con muchas de las tendencias de los hispanos norteamericanos, el spanglish hubiera de extenderse a América latina, constituiría la última toma de poder imperialista, la imposición final de un modo de vida que es económicamente dominante pero no culturalmente superior en ningún sentido.

América latina es rica en muchos aspectos no medibles con una calculadora.Sin embargo, me alarmo cada vez que oigo transmisiones de emisoras de televisión con base en los Estados Unidos que se irradian a través de todo el hemisferio. Los pronósticos del tiempo suenan como si fuera español, pero si uno escucha con atención, se trata de un inglés traspuesto, ni siquiera traducido, al español. ¿En Ciudad de México o en San Juan escuchan o se ríen? La misma clase de renunciamiento se observa en las compañías norteamericanas que esperan obtener ganancias en el mercado hispano. Me corre un frío por la espalda cuando oigo a un dependiente preguntar "¿Cómo puedo ayudarlo?" (trasposición literal del inglés "How can I help you?"), en lugar del más propio "¿Qué desea?".

Lenguaje incomprensible

En un vuelo reciente a México, una azafata hispánica leyó un texto que hubiera sido incomprensible para un mexicano, un español o un hispano norteamericano de una región diferente de la suya. Los avisos publicitarios de la televisión en español y de las calles de Nueva York están llenos de desaciertos. Me pregunto si los inmigrantes latinoamericanos recientes pueden siquiera entenderlos.Supongo que mis colegas medievalistas dirán que sin la contaminación del latín por las lenguas locales no habría existido el español (o el francés o el italiano).

Pero ya no estamos en la Edad Media y es ingenuo pensar que podríamos crear una nueva lengua que fuera funcional y culturalmente rica. La literatura en spanglish sólo puede aspirar a una suerte de ingenio basado en un gesto rebelde, que se agota rápidamente. Los que la practican están condenados a escribir no una literatura de minorías sino una literatura menor.No me disculpo por mis prejuicios profesionales: creo que la gente debería aprender idiomas bien y que aprender inglés debería ser la primera prioridad para los hispánicos si es que aspiran, como deberían, a ocupar puestos influyentes.Pero debemos recordar que somos un grupo inmigratorio especial. Mientras la cultura madre de otros grupos étnicos está alejada en la geografía o en el tiempo, la nuestra está muy cerca. La inmigración proveniente de América latina mantiene a nuestra comunidad en un estado de continua renovación. El español es nuestro lazo más fuerte, y es vital que lo preservemos.

Copyright Clarín y The New York Times, 1997 - Traducción de Elisa Carnelli.
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El verdadero origen de las lenguas romances



Johnny Torres

Un pequeño libro aparecido en Francia en junio de 20071 viene a inaugurar una posible era copernicana en el mundo de la lingüística. Su tesis fundamental es que hemos estado equivocados durante siglos respecto al verdadero origen de las lenguas romances (el castellano, el catalán, el francés, el italiano, el portugués, el rumano, entre otras). El autor, a lo largo de doce capítulos deliciosos de leer, nos presenta lo que él considera pruebas irrefutables contra lo que él mismo denomina una auténtica aberración lingüística.

La lingüística es una ciencia relativamente reciente. Fue gracias al descubrimiento de las similitudes entre lenguas tan separadas geográficamente como las lenguas de Europa, las lenguas habladas en Irán y otras habladas o escritas en India, que se llegó a la conclusión de que todas ellas deberían tener un origen común. Tal lengua madre ha sido denominada de manera genérica como indoeuropeo, aunque no se sabe con certeza si hubo realmente un pueblo único que la haya hablado. La lengua indoeuropea, a través de oleadas de invasiones sucesivas venidas en el continente europeo, dio origen, siguiendo a la teoría más comúnmente aceptada, a distintas familias lingüísticas de las que proceden a su vez la inmensa mayoría de las lenguas habladas en Occidente.

Una de tales ramas, denominada “itálica”, dio origen a una lengua de campesinos que se impondría, con el pasar del tiempo, en la lengua de un inmenso imperio que albergaba en su seno grupos humanos de las más variadas características: el latín. Originalmente hablado por los habitantes de la región italiana del Lacio, el latín se convertiría con los siglos en la lengua oficial del Imperio romano. Llevada a lomo de caballo y en la punta de las espadas de la conquista romana de Europa, con la decadencia y desmembramiento posteriores del inmenso imperio vendría el inevitable proceso de descomposición del idioma latino. Con las sucesivas invasiones procedentes del norte y este de Europa, el latín, hablado por gentes de todos los tipos y condiciones sociales, fue deformado progresivamente al punto de generar distintas “hijas” que se convertirían luego en las lenguas de las nacientes naciones: España, Francia, Italia, Portugal, Rumania. Es por ello que a estas lenguas, llamadas “romances”, se les llama, alternativamente, lenguas “latinas”.

Una madre que no deja herencia alguna.

Lo expuesto anteriormente es la historia oficial de las lenguas romances, incluida el castellano, comúnmente aceptada y que podemos encontrar en cualquier bibliografía sobre el tema. Sin embargo, si unas lenguas evolucionan a partir de otras, deberíamos poder encontrar las huellas de tal evolución. En otras palabras, las lenguas hijas deberían portar en sí mismas las huellas hereditarias de la madre. La constatación que Cortez hace en su libro, de manera exhaustiva, es que eso no ocurre en el caso del latín y las lenguas romances.

En primer lugar, tenemos el vocabulario. Es cierto que podemos encontrar miles de palabras que se asemejan en todas las lenguas romances y que provienen de alguna palabra latina (abyecto, belicoso, eterno, feroz, grácil, honesto, ignominioso, obsequioso, perpetuo, etc.). Sin embargo, la inmensa mayoría de tales palabras son de origen culto, es decir, introducidas por literatos, escritos y otros personajes de gran cultura, que conocían la lengua latina, por lo que tales vocablos no pertenecen al registro del habla cotidiana. Cortez hace una revisión detallada de los vocabularios latino y romance en varios dominios del habla diaria y encuentra un hecho fundamental y sorprendente: el vocabulario de base de las lenguas romances no proviene del latín. Por razones de espacio no puedo aportar abundantes ejemplos, pero tomo uno que parece significativo: la palabra “guerra”. ¿Es posible pensar que un pueblo conquistador como los romanos no haya legado a los pueblos sometidos el vocabulario de la actividad fundamental que llevaba a cabo? Vemos, así, que “guerra” se dice “guerre” en francés, y “guerra” en italiano y portugués, pero se dice “bellum” en latín . Invito a los lectores a hacer la misma comparación con otras palabras del mismo dominio: tratado, matanza, general, soldado, batalla, mariscal… La comprobación de la similitud enorme entre las lenguas romances es tan impactante como la disimilitud total con la palabra latina equivalente. El mismo ejercicio puede hacerse con los vocabularios de la geografía, la ropa, partes del cuerpo, etc.

En segundo lugar, la gramática de la lengua latina no tiene la menor semejanza con las gramáticas de las lenguas romances. Como sabemos todos aquellos que hemos estudiado lenguas clásicas en el bachillerato o en la universidad, el latín, al igual que una gran parte de las lenguas indoeuropeas, es una lengua desinencial. Los sustantivos se declinan en casos dependiendo de la función gramatical que deben desempeñar en la oración. Ninguna lengua romance declina sus sustantivos, con la excepción del rumano que posee un sistema de casos muy reducido. Igualmente encontramos que todas las lenguas romances poseen artículos (determinados e indeterminados), mientras que el latín no poseía ninguno.

Al igual que el griego, el latín posee el género neutro, además de los géneros masculino y femenino. Ninguna lengua romance lo posee. Y hay más: el latín vulgar, que se llama a la madre de las lenguas romances, era hablado por gente supuestamente bárbara, inculta y sin educación. Pero las lenguas romances poseen una persona gramatical que el culto y aristocrático latín no poseía: usted. Terminemos la revisión rápida de la gramática latina con el indicio más impactante: la sintaxis. Rosa alba est (literalmente: 'la rosa blanca es') se convierte en “La rosa es blanca” y construcciones equivalentes en todas las lenguas romances, y Non tamen abstinuit venturos prodere casus per varias fortuna notas (literalmente “No sin embargo dejó futuros revelar los males por medio de variados azar signos”) en correcto español viene a ser: El azar, sin embargo, no dejó de revelar los males futuros por medio de signos diversos. En otras palabras: la sintaxis latina no tiene absolutamente nada que ver con la sintaxis de las lenguas romances. Frente a un cúmulo de diferencias tan enorme, los lingüistas tradicionales han hablado de la existencia de un estadio intermedio de la lengua latina que dio origen a las lenguas romances.

Este “bajo latín” o “latín vulgar” vendría a ser una deformación de la lengua latina clásica. El problema, según Cortez, estriba en que el tiempo para que tales transformaciones tuviese lugar es demasiado corto, de apenas unos siglos. En el Concilio de Tours (mediados del siglo IX) se habla todavía de una “lengua romana rústica”, que se supone fue la lengua que dio origen a las lenguas romances, pero hay huellas de éstas ya desde los siglos XII y XIII. Estamos hablando, entonces, de un tiempo de generación de apenas 4 siglos. Cortez saca a relucir, a modo de comparación, un fenómeno paralelo y totalmente opuesto: el caso de la lengua griega. El griego y el latín tuvieron igualdad de importancia en la Antigüedad. Las personas cultas aprendían a leer, escribir y hablar en ambas lenguas, que eran enseñadas en todas las escuelas romanas. Pero el hecho significativo es que la lengua griega, en 35 siglos, ha variado muy poco. ¿Cómo explicar eso?.

La verdadera madre

Nos encontramos, entonces, frente a un problema tremendo que los mejores latinistas no han logrado resolver: los intentos de reconstruir el idioma original a partir de las lenguas romances no produce nunca la lengua latina. Para Yves Cortez, el problema se encuentra en otro lado y no lo hemos aceptado: el latín no es la verdadera lengua madre de las lenguas romances, y llamar a este ascendiente lingüístico romance con el apelativo de “latín vulgar” es un error catastrófico, porque hace pensar que es un latín deformado. La conclusión suya es que era una lengua completamente diferente. No de otra manera puede explicarse que el vocabulario de base, la gramática y la sintaxis sean totalmente distintas. La pregunta que surge inevitablemente ahora es: ¿de dónde provienen entonces las lenguas romances? Para Yves Cortez, la verdadera madre ha estado siempre a nuestro lado, pero la ignorábamos, incapaces de reconocer su papel fundamental. El peso de la tradición y el prestigio de la lengua latina (que fue seleccionada, curiosamente, por la Iglesia católica como lingua franca y luego por los hombres cultos de los siglos posteriores como la lengua de transmisión de los conocimientos) la mantuvo relegada e ignorada, y es en este punto donde radica la originalidad de la tesis del autor. La verdadera lengua matriz, que dio nacimiento a las lenguas romances, fue… el italiano, pero el italiano no proviene del latín como comúnmente se cree, si no que es, y esto forma parte también de su tesis, una lengua más antigua, desprendida en tiempos remotos del tronco itálico.

Es la única explicación posible, según el autor, que puede dar cuenta de una transformación tan radical de una lengua desinencial en una lengua preposicional, con cambios tan drásticos además en el vocabulario y en la sintaxis. Esto significa que los romanos que conquistaron Europa hablaban ya una cierta forma de italiano (Cortez la llama “el italiano antiguo”, yo prefiero llamarla “el paleo-italiano” aunque es probable que fuera llamada por los romanos simplemente “el romano”), que fue la lengua que se transformó gradualmente en las lenguas romances que conocemos hoy. La historia se habría desarrollado de la manera siguiente: los “italianos” habitaban la región que posteriormente fue conquistada por los “latinos” (que hablaban y escribían en latín). Precisamente a causa de esto, la lengua del conquistador latino fue la lengua escrita del gobierno y de manejo de las instituciones. Pero los “latinos”, superiores militarmente, eran inferiores en número y no lograron imponer su lengua antes del comienzo de la fenomenal expansión romana, y aunque el latín siguió siendo la lengua escrita oficial en los siglos subsiguientes, aun después de que el latín desapareciera como lengua oral (se sospecha que el latín era ya una lengua muerta en la época de Cicerón), fue la lengua romana hablada, este “italiano antiguo”, la que siguió su vida como lengua de expresión cotidiana, aunque no se ponía por escrito, conquistando a los conquistadores. Sería el caso primero en la historia de una lengua de los dominados que pasa a ser la lengua de los dominadores. De tal manera que tres lenguas convivían en la antigüedad romana: el latín, el griego y el “romano” o “italiano antiguo”. Este fenómeno de dualidad, lengua escrita-lengua hablada, no es extraño en la época ni lo es hoy en día. Por ejemplo, en los tiempos de Jesucristo, en la Judea-Galilea-Samaria antigua, se hablaba en arameo, pero se escribía en hebreo. En el norte de África, en el Magreb de hoy, se hablan dialectos del árabe, pero se escribe en francés y en árabe clásico.

Los numerosos puntos comunes al latín y a las lenguas romances provienen de su origen común, el indo-europeo. A esto se agregan los efectos de una coexistencia de casi 20 siglos entre las lenguas romances habladas y el latín como lengua escrita, al punto de que numerosas palabras romances han sido tomadas del latín. Como es de imaginar, esta novedosa tesis de Yves Cortez ha producido las más ásperas reacciones en el mundo lingüístico. En su contra juegan diversos factores, de los cuales el más importante es la carencia (por los momentos) de textos escritos en este “italiano antiguo”.
Esta hipótesis plantea problemas tremendos. Habría, por ejemplo, que redefinir una buena parte de las etimologías de nuestros diccionarios, pero si bien esta teoría genera más preguntas que las que responde, es, sin duda, un camino digno de explorar.

Bibliografia: Le français ne vient pas du latin, Yves Cortez, Ediciones L'Harmattan, junio 2007, en proceso de traducción al español.
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