sábado, diciembre 09, 2006

La experiencia de la lectura: aproximaciones a la literatura puneña.






Walter Paz Quispe Santos



¿Tiene sentido estudiar novelas, unos dramas o poemas porque así lo ha decidido el Ministerio de Educación?

Es absurdo estudiar a poetas y narradores porque así lo ha decidido un experto.

Churata: no escribió para dar materia de estudio a los churatianos.

Carlos Oquendo de Amat: no escribió para que se compusieran comentarios a su “Cinco metros de poemas”.

Ni Efraín Miranda para dar ocasión a las explicaciones biográficas o psicoanalíticas a su conocida “Choza”. Ni Feliciano Padilla para que los investigadores intenten descifrar y aclarar las complejidades estructurales de “Amarillito amarillando”

Son simplemente libros. Libros que ha escrito un ser humano y que leen otros seres humanos: con placer, con disgusto, con emoción, con aburrimiento. Si el aburrimiento supera ciertos límites, abandonarán la lectura a la mitad. Esto es la base de toda la literatura: EL PLACER DE ALGUIEN QUE OBTIENE LEYENDO LO QUE OTRO HA ESCRITO.

Pero, de hecho existen editoriales, colecciones, revistas literarias, profesores, críticos, cursos de historia literaria, antólogos, sociólogos de la literatura, semiólogos… para bien o para mal estos son hechos reales.

Y esta cadena de hechos incluye también que el que lee –por gusto, por obligación, por lo que sea- un libro no se contente con escuchar la voz silenciosa del autor sino que reaccione ante ella, la critique y hasta se plantee cuestiones de tipo general.

Por eso, que el hecho de aprender o enseñar historia la literatura puneña, o de ejercer la crítica o el comentario literario, así como cualquier lectura minimamente reflexiva trae consigo una cierta meditación sobre la literatura: sus funciones, medios, posibilidades, límites.
Rasgos:

La literatura es esencialmente problemático. Tiene tonalidades distintas, matices peculiares.

Literatura es un arte. Se refiere al arte de escribir no circunscrito por naciones, por lo tanto es una designación genérica. Sin embargo, hoy hablamos de literatura refiriéndonos al conjunto de obras literarias de un continente, país, región, ciudad, etc (literatura europea, literatura peruana, literatura puneña); de una época (literatura medieval, de los 80, los 90, etc); de un género (literatura narrativa, dramática, etc.).

Literatura andina.

Criterios geográficos.
Criterios lingüísticos.
Criterios históricos culturales.

La literatura es un fenómeno semiótico. Precisa de cuatro elementos:

1. Un autor, que crea o maneja un signo con intención significativa.
2. El signo.
3. Su significado.
4. Un receptor.

Gonzalo Soberano: resume cuatro elementos básicos. “Si la obra literaria puede definirse como el resultado artístico que, desde una actitud, revela un contenido, en una estructura, a través de un lenguaje, los elementos integrantes – y siempre integrados- de toda obra literaria serán, dada la suficiencia estética, esos cuatro: actitud, contenido, estructura y lenguaje.

Actitud: nos lleva a hablar de la literatura y la visión del mundo o el mito.

Contenido: nos obligará a plantearnos la relación de lo literario con la moral y con la sociedad, el problema del compromiso – social, político, moral consigo mismo- del escritor y límites de la literatura.

Estructura y lenguaje: se puede describir hasta enseñar.

No debemos olvidar su aspecto lúdico.


Critica Literaria.

Si partimos de que la crítica literaria consiste en examinar obras de autores antiguos o contemporáneos para comprenderlos, explicarlos y estimarlos mejor, y de que, como género literario, necesita sus leyes propias, su método explícito, es posible llegar a la conclusión de que esta área, pese a los diferentes contenidos semánticos que a través de los tiempos le han sido atribuidos, encaja perfectamente en el terreno de las ciencias humanas.

Podemos considerar que las diferentes teorías literarias plantean diferentes cuestiones acerca de la literatura, desde el punto de vista del escritor, de la obra, del lector o de lo que normalmente llamamos “realidad”. El esquema de Roman Jakobson pàra representar la comunicación lingüística, es util para distinguir los diversos puntos de vista:


CONTEXTO
EMISOR MENSAJE RECEPTOR
CONTACTO
CÓDIGO.

Un emisor dirige el mensaje a un receptor, el mensaje utiliza un código (normalmente un idioma que ambos conocen), posee un contexto (o referente) y se transmite por medio de un contacto (un medio, como puede serlo una charla un teléfono o un escrito). Para nuestros propósitos podemos eliminar el “contacto”: en efecto, para los teóricos de la literatura no posee interés especial ya que (excepto en el caso de las representaciones teatrales) éste siempre se lleva a cabo por medio de la letra impresa. Así, el esquema queda del siguiente modo:

CONTEXTO

ESCRITOR OBRA LECTOR

CODIGO

Si adoptamos el punto de vista del emisor, damos prioridad al uso emotivo del lenguaje; si nos centramos en el contexto, aislamos su uso referencial, etc. De modo similar las teorías literarias tienden a dar mayor énfasis a alguna función en detrimento de las obras. Si tomamos las principales teorías objeto de nuestro estudio, podemos colocarlas en el esquema del modo siguiente:
MARXISTA

ROMANTICA FORMALISTA TEORIA DE LA RECEPCION
HUMANISTA
ESTRUCTURALISTA


Las teorías románticas hacen hincapié en la mente y la vida del escritor; las teorías orientadas a la recepción (crítica fenomenológica) se centran en la experiencia del lector, las formalistas concentran su atención en la obra en si misma; la crítica marxista considera fundamental el contexto social e histórico; y la estructuralista llama la atención sobre los códigos utilizados en la elaboración del significado.

Por otro lado existen campos teóricos recientes: feminismo, posestructuralismo, posmodernismo, poscolonialismo, teorías gays, lesbianas y homosexuales de la literatura, que fomentan la reinterpretación global y el cambio de las formas del discurso literario.

La literatura puneña y educación.

¿Canon literario?

Establecer criterios selectivos de autores y obras para su inclusión en el currículo de todos los niveles y modalidades.

Es importante construir un curriculum regional conn relevancia social, pertinencia cultural y significatividad personal. Dicha construcción debe convocar a todos los actores sociales y no como se hace hoy sólo con la participación de UGEls que en realidad sólo son especialistas de la "réplica" es decir, especialistas del centralismo.
Lo mismo ocurre con las políticas educativas regionales que se han elaborado sin responder a politicas culturales que no existen en Puno.

Conferencia: Literatura puneña Posted by Picasa

Cultura andina, globalizacion y educación.





Walter Paz Quispe Santos

Hay diversas maneras de abordar la relación de la cultura andina, globalización y educación.

Una de ellas y tal vez la más pertinente es, la que nos plantea los estudios culturales. Según Alain Touraine “Tenemos pues la necesidad de un nuevo paradigma; no podemos volver al paradigma político, fundamentalmente porque los problemas culturales han adquirido tal importancia que el pensamiento social debe organizarse en torno a ellos” (Touraine: 2005: 13)

Para estudiarlo Michel Foucault usó la noción de discurso. Y lo hizo con tal éxito que ya no se habló más que de narrativas sobre todo en el mundo occidental. Así se pasó de un lenguaje social al lenguaje cultural.

Los discursos ayudan a iluminar conjuntos históricos que no pueden ser reducidos nunca a formas de dominación, donde las protestas, conflictos, las reformas ocupan un lugar tan grande como las coacciones del poder. Un discurso no sólo es instrumento de dominación, sino igualmente un instrumento de la construcción de las defensas, críticas y movimientos de liberación. Todas estas formas de resistencia se basan en principios no sociales de legitimación. Todo discurso es una forma particular de apelación a una figura u otra de lo que por ejemplo Touraine denomina el sujeto y que es la afirmación de formas cambiantes, de la libertad y de la capacidad de los seres humanos para crearse y transformarse individual y colectivamente.

La subjetivación es decir la creación del sujeto, no puede nunca confundirse con la sujeción del individuo y la categoría. No estamos encerrados, nunca estamos reducidos a decir que no podemos hacer nada. La idea de discurso da lugar a la luz como a la sombra. Es decir a lo dominante y a lo dominado. Por ejemplo:

La noción de civilización en occidente se construyó a partir de la represión del incivilizado, del ignorante, etc. Todos los mitos griegos y romanos así lo testifican.

Así surgió en Filosofía la racionalidad aristotélica: lo perfecto debe gobernar a lo imperfecto.

Entonces la creación del otro, responde a formas de construcción de occidente. Por lo que ahora en las condiciones actuales es imposible explicar el devenir de la cultura andina al margen de la cultura occidental.

Por ejemplo: de acuerdo con la racionalidad occidental: lo perfecto lo constituyen las formas y costumbres españolas y europeas, y lo imperfecto todas los sistemas religiosos, políticos, culturales de los andes, de aimaras, quechuas, puquinas, urus, callahuayas, etc.

Anibal Quijano, nos dice que es imposible explicar la realidad peruana al margen del colonialismo: colonialismo del poder y colonialismo del saber.

Ejemplo: la idea de lengua española y no castellana en los atlas geográficos, la sucesión de los 14 incas responde a los esquemas occidentales de la sucesión de reyes. Los cánones renacentistas de evaluación y valoración del arte andino, etc.

Las consecuencias de esa visión son: el desencuentro de dos culturas: la una quebrantada e inerte y la otra incipiente y sin originalidad, dos formas de vida inconexas y mutuamente excluyentes que constituyen el trasfondo del gran problema de la personalidad andina. El mismo también se manifiesta como un fenómeno general del desdoblamiento y mistificación de nuestras instituciones, las ideas y los valores.

Hay de este modo un proceso cada vez más agudo de deformación de la mentalidad popular que entraña una despersonalización creciente de la región y del país. Difícilmente podemos hablar de una cultura puneña, existe más bien una variedad de culturas separadas y dispares con marcadas diferencias a nivel y amplitud y difusión. Como lo sostenía Sebastián Salazar Bondy, en el conjunto de la sociedad peruana y la cultura se carece de una norma fundamental, de un principio integrador, gracias al cual los particularismos se resuelven potenciándose hacia la unidad: hibridismo y desintegración son, así dos rasgos de nuestra personalidad cultural y eso conduce a la mistificación de los valores, la inautenticidad y el sentido imitativo de las actitudes, la superficie de las ideas y la improvisación de los propósitos.

Ejemplo: el cholo surgente.

En consecuencia, decir que el puneño, juliaqueño, cusqueño o andahuaylino, es un ser alienado equivale a decir que piensa, siente, actúa de acuerdo a normas, patrones y valores que le son ajenos y que carece de la sustancia histórica de la cual depende su plenitud y prosperidad como pueblo.

¿Existe y existió una construcción ética del otro? Para verificar tales elaboraciones occidentales es necesario verificar:

Los diccionarios: diccionario de Nebrija, de autoridades, diccionarios actuales y que definiciones y colocaciones proponen para las culturas andinas, aimaras, quechuas, etc. Las nociones de folklore, indígena, indio, pueblos originarios, etc. Los textos escolares y verificar como están representados los aimaras, quechuas y culturas amazónicas. Los discursos cotidianos de las personas, autoridades, congresistas, el catolicismo (bautismo), los medios de comunicación social, y la educación, etc.

Consecuencias: las comunidades campesinas se reconocen como quechuas y aimaras pero sienten vergüenza al decirlo. Viven el estigma cultural.

Hay que observar también: los eventos discursivos institucionales como el Brisas del Titicaca y de Ate en Lima, o los discursos pedagógicos de las escuelas públicas o privadas del turno diurno y la nocturna. No sólo ello, sino también lo que sucede con las fiestas en el Club de Tiro en Puno.

La noción de cultura andina surge, a partir de las reflexiones críticas para afirmar la identidad. Por tanto, también es una creación intelectual.

• Para algunos procede de los andes:
• Para otros procede de la noción de ANTI, uno de los suyos del Tahuantinsuyo.

A todo esto: la cultura andina, es consecuencia de la reflexión de algunos criterios:

• El geográfico: que usamos para llamarnos a partir de la geografía: somos puneños, juliaqueños, cusqueños, paceños, cochabambinos.
• El lingüístico: que usamos la lengua como base de nuestra identidad, somos aimaras, quechuas, machiguengas, guaranies.
• El histórico cultural: la que toma en cuenta las dos anteriores para afirmar identidad.

La noción de cultura andina aspira a ser el eje vertebrador del desarrollo de la personalidad de las personas y pueblos. De allí la afirmación que somos andinos, nuestra cosmovisión y prácticas sociales son andinas. También hay expresiones más reducidas al contexto del sur que algunos como los de la iglesia llaman surandino. O las expresiones normativas onomasiológicas de: andinidad y andinismo, en una visión más específica y menor: puneñidad y puneñismo.

Ahora bien: la globalización cultural y sus virtualidades, que en realidad son un efecto colateral de los procesos de políticos y económicos son consecuencia del capitalismo de producción y consumo, y que también surge producto de las virtualidades y asociaciones con los medios de comunicación una modalidad de capitalismo: el capitalismo de ficción que se ha convertido en un instrumento más eficaz de dominación y persuasión. La asociación empresa y medios de comunicación son perjudiciales para cultura andina por cuanto buscan el desarrollo de un pensamiento único.

La globalización por lo tanto, es producto de una ideología de la eficiencia social que responde perfectamente a la racionalidad de que lo perfecto debe gobernar a lo imperfecto.

La imagen de la cultura desde la metáfora de la globalización nos permite entenderlo desde varias perspectivas:

1. como condición necesaria para que una cultura persista y sea vivida por sujetos.
2. en tanto que es apreciada como la dinámica que provoca el mestizaje cultural difuminando fronteras entre culturas y,
3. como actitud epistemológica para ver los problemas del mundo y la dinámica desde una perspectiva global.

Sin duda la globalización es una forma de colonización cultural de los fuertes sobre los débiles, y la preocupación andina y muy legítima es como hacer de ella una dinámica natural de intercambios inherentes a las culturas para que ciertas reglas sean recíprocas. La globalización crea además nuevas desigualdades a la hora de poder extraer beneficios: acceso al conocimiento, a la comunicación, a la comunicación, a la tecnología, etc. Si los Estados – Nación modernos no han aniquilado culturas locales en su seno, o no han podido hacerlo del todo, la globalización a escala más amplia tampoco lo va hacer. Para ello es importante repensar nuestra educación desde nuestra cultura, y la mejor forma de hacerlo es formulando políticas culturales y educativas que tengan legitimidad y consenso para la sociedad andina.

La educación latinoamericana y peruana, y la sociedad andina en general vive un proceso de imposiciones coercitivas en el plano educacional de dos discursos patrocinados por el Banco Mundial, el BID, en acuerdo con los gobernantes de cada país: uno de ellos es el discurso pedagógico basado en las competencias de sustento cognitivo y el otro discurso es el basado en el pensamiento estratégico – pragmático que modela los procesos de administración y gestión organizacional. Dos discursos que buscan asegurar el pensamiento único y neoliberal que chocan frontalmente con los intereses y necesidades ecológicas, sociales, culturales e históricas de nuestros pueblos andinos y el congreso que hoy nos convoca nos servirá de mucho para enfrentar contra esas posturas eurocentristas y norteamericanizantes y hacer de la cultura andina una realidad porque el destino de nuestros pueblos nos pertenece a todos.

Conferencia: Congreso Nacional de Cultura Andina - Puno. Posted by Picasa

La lengua de los Qhwaz-zh zhoñi

 




Walter Paz Quispe Santos

Los Qhwaz-zh zhoñi, en la variedad Chipaya de la familia lingüística Uro, quiere decir “hombres del agua”; y es como se autodesignan los Chipayas para diferenciarse de los “hombres secos” o advenedizos aimaras, a quienes se les conocía y conoce con el nombre genérico de tozha que en Uro significa “extranjero”. La autodenominación es semejante y paralela a la que empleaban los uros del Lago Titicaca, que se consideraban a sí mismos qut-zh zhoñi u “hombres del lago” nos dice Rodolfo Cerrón Palomino quien acaba de publicar un monumental estudio titulado “El Chipaya o la lengua de los hombres del agua” (fondo editorial PUCP 2006).

El estudio nos ofrece por primera vez una descripción detallada y completa de la variedad Chipaya de una de las lenguas más antiguas del altiplano peruano-boliviano; y que para sorpresa de muchos investigadores aún cuenta con una comunidad lingüística reducida que lo habla actualmente en el pueblo de Santa Ana de Chipaya que está situado en la parte oriental de la provincia de Sabaya, a unos 200 kilometros de la ciudad de Oruro - Bolivia. Pero que en tiempos prehispánicos, era de uso general entre los pueblos lacustres y ribereños comprendidos dentro del eje acuático Titicaca – Poopó, los que estuvieron en contacto, sobre todo en la hoya del gran lago interior con pueblos de habla Puquina. Rodolfo Cerrón Palomino, además explica que a lo largo de su historia fueron sometidos por grupos de distintas lenguas, en especial puquinas, aimaras y quechuas, en ese orden. De manera que la lengua primordial, fragmentada a lo largo del eje lacustre, fue siendo absorbida gradualmente por tales idiomas, hasta no quedar en la actualidad sino dos variedades: el iru wit’u, en la naciente del Desaguadero, y el Chipaya, al norte del Salar de Coipasa, estando en virtual proceso de extinción irreversible, como aconteció en la primera mitad del siglo XX, con el ch’imu, hablado en la bahía de Puno, y con el uru-murato, de las riberas del Poopó.

Sobre el término “Uro” Cerrón sostiene que tendría un origen quechua, que significaría “insecto” o “bicho”, también “persona o animal de tierna edad”, acepción de sentido metafórico, en cualquier caso, aplicado el término a una persona mayor o a un grupo social, no podía tener sino un matiz despectivo. Esta designación guarda relación con la forma como eran llamados no sólo los pueblos originarios del lago sino también ciertos ayllus no reales del Cuzco; por lo que no se extraña de que haya pasado a ser una designación privativa y estereotipada como “bárbaro” e “indómito”, incapaces de tributar; y de allí, posteriormente, a todo pueblo que, en la colonia tenía una semejanza socioeconómica con ellos.

Me reservo el comentario y la reseña lingüística para una publicación especializada, pero atendiendo al interés informativo del diario “los andes” me permito compartir algunas palabras y oraciones del mencionado estudio que seguramente nos dejará pensando sobre los signos y sonidos con que se comunicaron y soñaron nuestros antepasados del lago y los que conservan aún viva la lengua uro.

Numeralia: tshii ‘uno’, pizk ‘dos’, chhep ‘tres’, paqpik ‘cuatro’, phisqa ‘cinco’, sujta ‘seis’, paqallaqu ‘siete’, kimsaqallaqu ‘ocho’, llatunka ‘nueve’, tunka ‘diez’. En esta parte Cerrón nos aclara que “al igual que en el puquina y el quechua, el sistema numeral del chipaya es decimal. Sin embargo, de los números cardinales del protoidioma, la lengua sólo retiene los cuatro primeros, mientras que los restantes fueron tomados del aimara” (pág. 104).

He aquí una muestra de la oración uro-chipaya:
Zhoñi ititi tan-chi-tra ‘el hombre atrapó una pariguana’
Paku-ki mizi tr’at-chi-tra ‘el perro mordió al gato’
Wer An-a-kiz t’anta thaa-u-tra ‘yo doy pan a Ana’

En el apéndice de la publicación existe una muestra textual uro sobre el relato cosmogónico del “Tata Sabaya y el Sajama” en una de las tantas versiones que circulan en el labio de los chipayas. Los personajes hacen referencia a los volcanes inactivos de Sabaya y Sajama:

“Hazi-ki wer tii kintu kint-a-tra Sajama-zh-tan tata Saway-zh-tan. Tuki timpu tii naka-ki thowthowa-ta-zh khi-ñ(i) khiy-la. Halla neqz-tan tshaa tur-a-kiztan ap-thap-z-t-qal-tra. Puku-Itan-pacha, nii-naka-ki naa tur-a-tan parli-ñi-ta-qal-tra. Tshii nooj puku-Itan zal-zhku qich-as-t-qal-tra naa tur-a-kiztan. Sajama-ki at-kiz trak-z-t-qal-tra: izhqi zat-chi-pacha. NSU-kiz tata Sawaya-ki zmali zhaju-z-t-qal-tra Sajam-zh-japa. Neqz-tan, tata Sawaya-ki zh-parli-t-qal-tra oqchapk-zh-tan. Nii oqchaka khi-t-qal-tra qos-uñ qhuya cuy-a-jo, nii Sajama t’es-zhin-z-japa. Halla nuzh manti-t-qal-tra nii tata Sawaya nii oqpachaka-nak-zh-kiz. Neqz-tana-ki, nii yuca phom-z-t-qal-tra. Ni-zhta-kiztan Sajama taj q’ol-z-t-qal-tra…”

“Ahora contaré el cuento del Sajama y el Padre Sabaya. En tiempos lejanos dicen que estos personajes eran bastante jóvenes. Fue entonces cuando se enemistaron por una joven. Coincidentemente, los dos habían entrado en tratos con la misma joven. Un día, encontrándose los dos, se habían peleado por ella. El Sajama se había dado un puñetazo en la boca del Sabaya, haciéndole zafar los dientes. A raiz de eso el padre Sabaya quedó sumamente enojado con el Sajama. Entonces, para vengarse, el padre Sabaya les habló a unos topos. Les pidió que construyeran una casa debajo del Sajama para que este se hundiera. Así les ordenó el padre Sabaya a los topos. Entonces, a causa de los tuneles, la tierra se hundió y el Sajama cayó, quebrándose la espalda…”

Sin duda, la publicación de Rodolfo Cerrón Palomino, complementa y aclara mejor los estudios iniciales sobre el Uro Chipaya de Alfredo Torero, publicados en la Revista Andina y su libro “Idiomas de los andes, lingüística e historia” (IFEA – 2002) y los estudios de Jean Vellard, Natham Wachtel, y otros investigadores que han contribuido al esclarecimiento del panorama lingüístico de la cultura andina.

fuente: los Andes Posted by Picasa