Walter Paz Quispe Santos
El cangrejo El cangrejo como simbolización en política es una metáfora conceptual y cuya proyección metafórica ANIMAL / ALGUIEN SE PARECE A EL EN SUS HECHOS, nos permiten establecer algunas correspondencias semánticas y semióticas que permiten la aparición de expresiones variantes de moverse con reculadas retrógradamente.
El dominio de origen, sería: animal crustáceo decadópodo, que se mueve lentamente y sin rumbo definido.
El dominio destino, sería: construcción en sentido comparativo para ponderar las acciones lentas y retrógradas, de algunos políticos desorientados por una neurosis de poder.
Correspondencias ontológicas:
Un proceso político que no avanza, se corresponde con el movimiento del cangrejo que no sabe para donde moverse y no permite el avance de sus congéneres.
Correspondencias epistémicas:
Si un político no tiene un programa político, miente o improvisa su política no permite el desarrollo de sus gobernados, el pueblo o una región.
Si un político sólo se mueve en un mismo lugar sin mostrar avances significativos, se encuentra en un punto muerto, patinando en el mismo sitio, estancado sin conseguir ningún objetivo ni meta. Es decir no se avanza, no hay desarrollo.
Este fenómeno de creación léxica para el lexicólogo que lo encuentra en el habla popular, o el terminólogo que lo ubica en el discurso político, es un ejemplo singular de polisemia, es decir, de la riqueza creadora de la lengua y sus usos. Y en el caso que nos toca comentar desde la actual coyuntura política se presta oportuno para usarlo, sobre todo cuando se evalúa las acciones de muchos políticos en el poder municipal o regional, y cuyos resultados son insignificantes, y que el pueblo que votó por ellos se encuentra frustrada por la demagogia, la corrupción, nepotismo y su falta de rendición de cuentas escandalosa.
En campaña. Ciertamente campaña es un préstamo del ámbito del léxico de la guerra, significa conjunto de operaciones bélicas que se desarrollan en una época determinada o un espacio determinado. Por lo tanto, es un trasvase del lenguaje militar al electoral; así se dice que se trata de un periodo en que se llevan actividades persuasivas de convencimiento como la propaganda retórica destinadas a conseguir votos. Pero la campaña electoral no sólo se vale del discurso oral, sino del escrito, visual, el audiovisual, por lo que recurre mucho a las estrategias de la retórica. No la retórica devaluada esa que se usa comúnmente en el habla cotidiana y se dice “es pura retórica. La retórica en la campaña electoral ha desarrollado profundamente y sus aportes sobre todo en la comunicación social en general y la publicidad y propaganda en particular es innegable. Y claro, todos los candidatos son tributarios de ella, lo usan continuamente consciente o inconscientemente en sus discursos y los mismos presentan algunos rasgos que se han sistematizado y que ahora nos sirve como instrumentos para identificar mejor al mentiroso, al trufador, y sus consecuencias fatales para el desarrollo de nuestros pueblos. Por eso, en las siguientes líneas les presentamos algunas de estas estrategias usadas que nos ayudarán a tener una posición crítica frente al embaucador, el vendedor de cuentos chinos, y el mercachifle del politiqueo ramplón que al final termina como el cangrejo rechoncho, impopular, sin saber a donde ir, ni por donde se camina y si consigue hacerlo da tres pasos para atrás y uno para adelante.
La mentira en la política. En política se recurre frecuentemente a la mentira: su papel es de ejercer una influencia y sólo accesoriamente brindar informaciones de la identidad política del candidato y el grupo informal al que pertenece. La mentira es una manipulación de signos que pretende siempre situar al elector en inferioridad con respecto a quien miente. La ventaja de la mentira en relación con el ataque directo está en que, por hipótesis el ciudadano puneño no sabe que se le está atacando, sino persuadiendo sutil y estratégicamente. Este tópico tiene una importancia porque hoy en día la organización de la propaganda está en manos de comunicadores sociales, y cuando éstos recurren a la mentira vuelcan toda su competencia “profesional”. Son sus mejores socios, y estos de manera prototípica le brindan más espacio en los medios y recurrentemente comentan mal de los adversarios del auspicioso contendor.
Uno de los principales medios que utilizan para ello es la información: dando falsas informaciones o sencillamente seleccionando las informaciones buscan modificar los juicios de los electores a favor de un candidato a cangrejo. Por eso una de las tareas del elector es defenderse de la mentira y buscar la resistencia crítica frente al engaño cotidiano público y mediático. Un ejercicio de profilaxis para identificar la mentira como programa político tiene las siguientes características: en primer lugar, el candidato a engañador siempre apelará al sentimiento por ejemplo al puneñismo o juliaqueñismo de los ciudadanos. El objeto de la mentira será para ocultar, inventar o deformar algo. El político puede mentir acerca de sí mismo, del contrincante, de un tercero o incluso del entorno. Los signos de la mentira que emplea, es que hace percibir discursos orales o escritos, imágenes, falsos personajes, objetos o fenómenos, falsas acciones, falsos documentos. Y no sólo eso, realiza algunas operaciones como: hacer creer que una cosa existe, cuando no existe; hace creer, opuestamente, que una cosa que no existe, cuando existe; o deformar una cosa que existe.
El candidato demagogo para mejorar su reputación omitirá o negará un episodio enojoso de su vida, por ejemplo una participación en una operación financiera fraudulenta. Inventara un episodio heroico para mostrar su emoción social y deformará los elementos de su biografía, como aducir que en la universidad alcanzó el primer puesto mientras que en realidad quedó clasificado en rango inferior.
Estrategias básicas del candidato mentiroso. Las estrategias del discurso político electoral se basan en dos ideas generales:
• Hablar de Nuestros aspectos positivos.
• Hablar de Sus aspectos negativos.
Estas dos nociones permiten al candidato mentiroso a usar la estrategia de la autopresentación positiva y la presentación negativa de los demás. Estas dos características son comunes en movimientos políticos enfrentados y polarizados ideológicamente. Sin embargo, esta estrategia general sólo hace referencia al significado o contenido, y por lo tanto, es muy limitada. Una mirada diferente nos daría en siguiente resultado:
• No hablar de Nuestros aspectos negativos.
• No hablar de Sus aspectos positivos.
Pero para tener mejores y mayores “luces” para analizar y detectar al mentiroso es mejor fijarnos en su discurso tomando en cuenta lo siguiente:
Poner énfasis en Nuestros aspectos positivos.
Poner énfasis en Sus aspectos negativos.
Quitar énfasis de Nuestros aspectos negativos.
Quitar énfasis de Sus aspectos positivos.
Esta síntesis de estos cuatro aspectos fundamentales son básicos para encontrar los verdaderos rasgos ideológicos, políticos y las verdaderas intenciones del político que aspira a ser autoridad, sobre todo las falsas intenciones del cangrejo político.
Los temas Los temas se presentan generalmente mediante proposiciones. Por ejemplo: “Ese aprista en el pasado fue fujimorista”, “Ese señor es un tránsfuga”, “El candidato X se robó mucho dinero cuando fue regidor”, “El candidato que busca reelegirse es un ejemplo escandaloso de falta de rendición de cuentas”, etc. Así como existen temas representados por oraciones, existen también temas presentados por una sola palabra. Hay temas que sin duda el candidato mentiroso lo evita porque no conviene abordarlos, por ejemplo: la corrupción. Y otros son publicitados excesivamente, es que a veces ayudan a mejorar la imagen del candidato. Los temas son los que más recordamos del discurso de los políticos mentirosos y los mismos nos sirven para evaluar el avance o retroceso de un político, si cumple o no con sus promesas; los mismos siguen siempre el esquema de la autopresentación positiva o la presentación negativa del otro.
Hay temas que son explicados pero con un detalle minucioso, con la finalidad de presentar negativamente al otro, o al revés; para ensalzar las acciones benéficas, filantrópicas de manera positiva. Algunos temas son abordados con sencillez y otros de manera abstracta, los propósitos son claros: si se encuentra en una situación embarazosa, el candidato tratará de explicarlo de manera compleja buscando la confusión del elector y si hay algo que le parece valioso de ser valorado los simplificará hasta presentarlo didácticamente. También las desviaciones, trangresiones, amenazas, y diferencias le son útiles a la hora de hacer deslindes con los demás contrincantes.
En los temas también es importante fijarse en la coherencia, el candidato mentiroso cuando no conoce muy bien la realidad o le es ajeno un tema de agenda política es generalmente incoherente en su discurso. Los hechos definen la coherencia. Finalmente la sinonimia, paráfrasis, los contrastes, el uso y abuso de los ejemplos e ilustraciones, y sobre todo las negaciones: “yo nunca” “jamás haría”, “no es cierto”, etc., son recurrentes.
Los regalos Por último el candidato mentiroso y candidato a cangrejo siempre anda con regalías, está inseguro de convencer sólo con palabras; esa inseguridad lo obliga a recurrir a regalías, auspicios, y demás estrategias de estímulo condicionado. El esquema Estimulo condicionado y respuesta condicionada del conductismo psicológico y de manipulación es eficazmente explotado. Los regalos siempre son entregados a “condición de”. Ese condicionamiento busca garantizar los votos, y muchas veces se ensayan pruebas de estimulo en serie a intervalo simple o regular, o variado.
El regalo como parte de la estrategia electoral, ha devaluado la práctica política. Observar que permanentemente se visitan centros poblados y comunidades con bebidas alcohólicas, bebidas gaseosas, camisetas para equipos de deportes, y otros, desfiguran por completo una auténtica fiesta electoral y el candidato a cangrejo los emplea con mucha frecuencia.
Estos son algunos de los gestos del cangrejo en campaña que busca votos no con un legítimo interés de servir a los ciudadanos ni conseguir el desarrollo de las provincias, distritos o la región íntegra, sino servirse de ella para la frustración de los electores y el futuro de nuestros pueblos.
Nuestro corolario final es no votar por un cangrejo aventurado a político, y para ello identificarlo bien porque sus consecuencias son irreversibles para nuestro desarrollo.
Fuente: Revista Escri-Viendo.