sábado, diciembre 31, 2011

Nueva cartografía de la literatura de América Latina




En el siglo XXI medio mundo ha vuelto a mirar con expectación a la literatura latinoamericana. Once años en los que se ha sabido de unos 80 escritores poco o nada conocidos que hoy tienen diversos grados de resonancia internacional. El interés ha renovado y ampliado el mapa literario y demostrado que hay mucha vida más allá del boom. En el periodo de entre siglos coincidieron dos cuestiones: la atención por lo que se escribía en esos 19 países y que, precisamente, dichos autores estaban unidos por la diferencia como resultado de una convergencia de mestizaje genético, cultural y literario, además de su vocación cosmopolita y estar repartidos por medio mundo. Y con otra novedad: más mujeres en un continente donde no han gozado de mucha presencia.

Este renacer empezó a notarse en ferias del libro como la de Guadalajara y con los premios de editoriales españolas, a finales del XX y comienzos de este, a latinoamericanos. Como si quisieran forzar un boom ficticio. Aunque sirvió para dar más visibilidad a una literatura eclipsada por los grandes creadores, mientras a la búsqueda de nuevas voces se unieron má editoriales. A su vez la actividad en Internet fue creciendo. Las fronteras se borraron. La cultura y la literatura hallaron una forma de divulgación e interactividad de la cual carecían.

Un año clave en este proceso de hallazgos e impulsos es 2007. Aparece la primera lista de nuevos valores literarios: Bogotá 39, una idea del Hay Festival y la capital colombiana, que reunió a los "mejores 39 escritores menores de 40 años". Una iniciativa que dio resonancia a esos autores, y confirmó a algunos como Jorge Volpi, Andrés Neuman y Santiago Roncagliolo; puso el foco sobre nombres que empezaban a obtener prestigio: Juan Gabriel Vásquez, Wendy Guerra, Karla Suárez, Iván Thays, Álvaro Enrigue o Alejandro Zambra; y llamó la atención sobre otros que se han ido consolidando: Ronaldo Menéndez, Antonio Ungar, Eduardo Halfon, Guadalupe Nettel, Gabriela Alemán, Pablo Casacuberta y Pilar Quintana. Incluso sirvió para hablar de los escritores de origen latinoamericano que viven en Estados Unidos y escriben en inglés: Daniel Alarcón (colaborador de revistas como The New Yorker y Bazaar) y Junot Díaz (premio Pulitzer).

Tres años más tarde, en 2010, la revista británica Granta hizo su apuesta que ampliaba la anterior: "22 mejores autores en español, menores de 35 años": seis españoles y 16 latinoamericanos. Confirmó a algunos (Roncagliolo, Neuman y Zambra), dio más impulso a otros: Patricio Pron y Antonio Ortuño, y llamó la atención sobre otros: Rodrigo Hasbún, Pola Oloixarac, Samantha Schweblin, Lucía Puenzo, Carlos Labbé y Carlos Yushimito. Al mismo tiempo, las editoriales tradicionales y las nuevas continuaban sus propias búsquedas de donde han surgido autores como William Ospina, Yuri Herrera, Ednodio Quintero y Andrea Jeftanovic.

Continuando esa estela, la XXV Feria Internacional del Libro de Guadalajara ha decidido celebrar sus 25 años con una lista que incluye 25 secretos literarios de América Latina. Narradores, al margen de edades o generaciones que bien merecen tener más resonancia internacional: Juan Álvarez (Colombia, 1978), Luis Alberto Bravo (Ecuador, 1979), Andrés Burgos (Colombia, 1973), Fabián Casas (Argentina, 1965), Miguel Antonio Chávez (Ecuador, 1979), Carlos Cortés (Costa Rica, 1962), Francisco Díaz Klaassen (Chile, 1984), Jacinta Escudos (El Salvador, 1961), Nona Fernández (Chile, 1971), Fernanda García Lao (Argentina, 1966), Ulises Juárez Polanco (Nicaragua, 1984), Roberto Martínez Bachrich (Venezuela, 1977), Emiliano Monge (México, 1978), Javier Mosquera (Guatemala, 1961), Diego Muñoz Valenzuela (Chile, 1956), Enrique Planas (Perú, 1970), María Eugenia Ramos (Honduras, 1959), Luis Miguel Rivas (Colombia, 1969), Giovanna Rivero (Bolivia, 1972), Hernán Ronsino (Argentina, 1976), Pablo Soler Frost (México, 1965), Daniela Tarazona (México, 1975), Dani Umpli (Uruguay, 1974), Eduardo Varas (Ecuador, 1979) y Carlos Oriel Wynter Melo (Panamá, 1971).

WINSTON MANRIQUE SABOGAL 19/11/2011

EL PAIS ESPAÑA

sábado, diciembre 24, 2011

CHURATA Y EL PEZ DE ORO




Escribe: Ricardo González Vigil

En EL DOMINICAL de EL COMERCIO Lima, 18 de diciembre del 2011

Una edición con más de mil notas y la adaptación al sistema fonético establecido para las lenguas andinas es la labor de edición de "El pez de oro", realizada por el principal estudioso y difusor del legado del Altiplano: José Luis Ayala, dotado exponente de la poesía en lengua aimara, además de talentoso cultor en español de la "cronivela" -mixturade crónica y novela-, del cuento, el ensayo, la historiografía, el periodismo, entre otros.

CRECIENTE INTERÉS

La tercera edición de “El Pez de Oro” aparece justamente cuando el interés nacional e internacional por Gamaliel Churata comienza a ser significativo, aunque reducido al medio académico y sin repercusión en los panora­mas y antologías de las letras hispanoamericanas. Ya Ce­cilia Vicuñay Ernesto Livon­-Grosman, sin embargo, lo incluyeron en su antología bilingüe The Oxford Book of Latin American Poetry (NewYork, Oxford Univer­sity Press, 2009): una lista selecta de voces de tiempos precolombinos hasta el pre­sente. Esta edición de "El pez de oro" inaugura una biblioteca de seis volúmenes con escritos, documentos y fotos de Churata y el grupo Orkopata.

ESCRIBIR COMO INDIO

En la Homilía de “El Pez de Oro”, Churata distingue a los escritores que usan el espa­ñol "como indio", de los que escriben "en indio" (lenguas andinas). El modelo de ese escribir" en indio" es "0llan­tay", mientras que el uso del español "como indio" per­mite dos posturas: manejar magistralmente el español sin dejar de poseer sensibilidad indígena -el modelo es el Inca Garcilaso- y plasmar un español quechuizado, aimarizado, multiglósico, conforme el modelo de Guaman Poma de Ayala (ver re­cuadro).

DIEZ RETABLOS

Cuando en 1955 el boliviano Diez de Medina leyó "El pez de oro", constaba de nueve partes, retablos o fábulas. Manuel Pantigoso relaciona el 9 con los meses de gestación, pero también alude a un modelo historiográfico:
"Los nueve libros de la Historia" de Herodoto, con la apropiación andina efectuada por el Inca Garcilaso al dividir en nueve libros sus “Comentarios Reales de los Incas”.
En el caso de Churata, "El pez de oro" dialoga con la Biblia y los pensadores de pretensión poética, como Nietzsche; con las crónicas, sobre todo, la multiforme de Guaman Poma.
Se diría que el apellido Diez del crítico boliviano estimuló a Churata a agregar undécimo retablo, más el prefacio de la Homilía.
Agudamente interpreta Manuel Pantigoso: "El proceso simbólico de los nueve meses de gestación para llegar al alumbramiento en el décimo".
Es un alumbramiento a modo de una voluta en una revolución (un volver al origen, cual la espiral de las órbitas planetarias) que devuelve la Edad de Oro; por eso, el décimo retablo se denomina igual que el primero y que el libro en conjunto: "El Pez de Oro”.

SIMBOLO NUMÉRICO

Profundicemos en el simbolismo del 10. Tenemos el simbolismo pitágorico del 10 como tetractys (la suma de los cuatro primeros números: 1+2+3+4=10). Lo usa Dante en su "Comedia" (llamada comúnmente "La divina comedia"): una antesala más 9 círculos en el infierno; 9 peldaños más la cúspide, con el Edén en el Purgatorio; y 9 cielos más la inmensidad de Dios, en el paraíso; es decir, Dante tam­bién mantiene el simbolismo del 9 y le añade el del 10.Otro tanto acaece en Churata. Dante se adjudicó un rol pro­fético (anuncia el Veltro o Le­brel, etc.) y confiere una tex­tura sacra (aprendida de los sentidos de la Biblia: literal, alegórica, anagógica y mo­ral) a su poema, al que pone un título con reminiscencias teatrales. Lo mismo ocurre con el subtítulo "Retablos" de "El pez de oro".





Tres propuestas de escritura

Acogiendo las tres posibilidades de escritura que señala Churata, mi opinión es que Vallejo es la expresión máxima de un autor con sensibilidad indígena que consigue enseñorearse de todos los recursos del español, a los que revoluciona en su potencial expresivo como nadie h izo en el siglo XX. A la par, asimila genialmente el contexto histórico-cultural de su época a escala mundial, sin renunciar a sus raíces, a su "Perú del mundo, Perú al pie del orbe". Churata y Arguedas, por su parte, sobresalen como las cumbres literarias del modelo guamanpomanesco: Churata en la escritura desatada de una enciclopedia o biblia andina, y Arguedas en los campos de la novela y el cuento. La tercera opción -modelo "Ollanay” –carece de realizaciones plenamente desarrolladas, aunque palpita ya en el cuento "El sueño del pongo" y en los escasos poemas en quechua de Arguedas.

http://punoculturaydesarrollo.blogspot.com/

Churata, la escritura más recia



Eloy Jauregui

Al decadente cLima provocado por las ambiciones de los políticos de profesión y al autoritarismo, habrá, pues, que oponerle la dignidad de su poesía. Joyce, Lezama Lima como Gamaliel Churata son nuestros escritores-matrices. Sólo con ellos se escribirá en libertad.

El Perú es una contabilidad pendiente. Desde el problema del indio que señalaba Mariátegui pasando por el wakcha Arguedas hasta el problema de Conga y los laberintos de la choledad. Otro sí digo. El debate entre literatura regia versus letras ‘lorchas’ tampoco está zanjado. Y así nos mordemos pero no nos tragamos. No obstante, vamos a conversar de la gran literatura que se escribe en el Perú. Que abunda pero se conoce poco por culpa de Bayly. En mi texto “La escritura en la otra orilla” del 2009 describía un breve perfil del periodista y poeta Gamaliel Churata (Arturo Peralta Miranda. Arequipa 1897 - Lima 1969), extraordinario literato peruano que consolidó la escritura de autor y le otorgó dignidad al indigenismo. Hoy es vuelto a revisar gracias a la reciente publicación de la edición crítica y comentada del libro de Churata “El Pez de Oro” (A.F.A Editores Importadores), trabajo descomunal del poeta y maestro José Luis Ayala.

Pero quién fue el escritor Churata. Allá, por el verano de 1975, cuando en la casa que teníamos como refugio los jóvenes poetas de Hora Zero en la calle Torres Paz en Santa Beatriz –Jorge Pimentel, Tulio Mora, Alfredo Portal, Miguel Burga y otros inmortales--, mientras leíamos “Paterson” de William Carlos Williams donde nos sorprendíamos con aquel texto emulsionado de poesía, prosa, collage e incluso, con fragmentos de publicidad, como una suerte de urdimbre épica, montaje de escenas, imágenes amalgamadas y escasez de verbos conectivos, de pronto descubrimos el libro “El Pez de Oro” de Gamaliel Churata. Lo trajo a nuestro corazón el poeta puneño Omar Aramayo, hermano telúrico quien acababa de publicar su poemario Axial. Fue un deslumbramiento más que una conmoción.

Con el poeta Tulio Mora habíamos descubierto un poco antes al verdadero Arturo Peralta Miranda: “Gamaliel Churata”. Mora lo conocía bien gracias a su investigación desde una línea que estaba a caballo entre la antropología y la literatura. Yo, como lingüista, había detectado –desde mi niñez cuando escuchaba a don Alejandro Peralta, hermano de Churata y gran amigo de mi padre— que cuando se referían a “El Pez de Oro”, hablaban de uno de los libros más singulares de la literatura peruana del siglo XX. Cierto, el texto gozaba de una indescriptible oscuridad y permanente complejidad. Era un libro polisémico y polifónico. Tejido en la urdimbre del discurso mítico andino como estructura de totalidad discursiva, no sólo como escritura secuencial. Un universo diferente, brillante, luminoso.

En su libro “Ideología y política”, José Carlos Mariátegui dice del libro de Churata que: “ha devenido para inaugurar y organizar un debate; no para clausurarlo. Es un comienzo y no un fin”, se reafirma el “Amauta”. Debate, digo yo que empezaría precisamente con el trabajo serio con el texto-tesis del propio Omar Aramayo: “El Pez de Oro, la biblia del indigenismo” (Puno. Mimio. 1979). Luego, en la “Historia social e Indigenismo en el Altiplano del Dr. José Tamayo Herrera (Cusco. Ediciones Treintaitrés.1982). La tesis de mi colega Miguel Ángel Huamán: “Las fronteras de la escritura. Discurso y utopía en Churata” que es de 1994, de brillante habilidad hermenéutica y rigurosidad teórica en el tejido literatura, cultura y sociedad. Y hasta un tiempo, el estudio de la Dra. Guissella Gonzales Fernández “El dolor americano. Literatura y periodismo en Gamaliel Churata” (Fondo Editorial del Pedagógico San Marcos. Lima 2009).

Un detalle en el libro de la Dra. Gonzales. Ella recorre la vida de Churata desde 1955 cuando se intenta publicar “El Pez de Oro”. Churata ya vivía en La Paz, Bolivia y editar su libro fue una tarea descomunal, según sus entrañables amigos Bolivianos; “había escrito demasiado”. Tanta vida Churata, digo yo, convertido en trenza escribal. Vida intensa de vida allá en Potosí, en La Paz, allá donde vivía junto a sus camaradas. Y sobraban ganas, y faltaba el golpe monetario. Y así el libro quedó adormilado por más de dos años hasta que en 1957, el escritor Jacobo Liberman, se compromete a terminar el dolorosísimo parto que se había gestado en la Editorial Canata y en los talleres de la SPIC. El 12 de abril de 1957 el libro nace robusto aunque desconcertado como un torete, el primero de la llamada trilogía Inkásica que completan Teatro del Hallugrito y Hararuñas de Challpa-Tullu.

El Pez de Oro es un libro-hombre. Los más de 6 mil artículos y crónicas desperdigados en diarios y revista de Bolivia y el Perú son eso. Una vida. La escritura de la hibridación. La magnífica oralidad transformada en escribalidad refulgente. Gnoseología genuina, literatura de cojones. Que era modernista sí. Pero más indigenista. No del trasnochado sino del indigenismo nuevo, genial y creativo. De eso trata ahora la serie de libros que publica José Luis Ayala. De revalorar aquello que es desconocido. Digo, de ese texto que contradice el canon. Qué hubiese dicho el almidonado maestro neoyorkino Harold Bloom para quien no hay matices. Qué dijo el viejo Luis Alberto Sánchez, tan pegado a la raíz cuadrada del gesto. Churata es atemporal por su estética cual retablo de palabras. Aquella estética como articulación expresiva para un fin. Acaso Guamán Poma de Ayala, de seguro, el mismo José María Arguedas.

Si Antonio Cornejo Polar afirmaba en 1989 que “El Pez de Oro” era uno de los desafíos y retos no asumidos de la crítica peruana, el libro de Ayala bien lo pueden tranquilizar. Leo en Internet que en los últimos años, parece que la discusión se está polarizando en torno a la idea de si se trata de una obra conectada con la cultura andina –léase a Bosshard 2002, a Pantigoso 1999, a Zevallos 2002--, o si su peculiar estructura y punto de vista los explican más bien las referencias vanguardistas, en especial el surrealismo como asegura el profesor italiano Riccardo Badini en su investigación de “El Alfabeto del Incognoscible de Gamaliel Churata” y la posterior publicación de uno de los inéditos de Churata: “Resurrección de los muertos”. (Asamblea Nacional de Rectores. Lima 2010).

Yo tengo que terminar –como cronista más que periodista—observando aquel parecido en un libro clave en la inmensidad de James Joyce. Su “Finnegans wake”, última novela de 1939. Libro casi prohibido para traducirlo al español, según los doctores literarios. Que para este texto de Joyce requiere una preparación previa e incluso una vocación y carácter determinados, es cierto. Pero si les mostrase a estos sabiondos “El Pez de Oro”, seguro que lo llamaría una herejía. Y termino con el hermético cubano, José Lezama Lima, Acaso el Churata del Caribe. La escritura –toda—es para Lezama la recuperación de la dignidad nacional a través de la literatura. Al decadente cLima provocado por las ambiciones de los políticos de profesión y al autoritarismo, habrá, pues, que oponerle la dignidad de su poesía. Joyce, Lezama Lima como Gamaliel Churata son nuestros escritores-matrices. Sólo con ellos se escribirá en libertad. Y celebro a un peruano. Y no soy sobón.

viernes, diciembre 09, 2011

"EL PEZ DE ORO" EN LA CASONA DE SAN MARCOS




La edición crítica y comentada del libro de Gamaliel Churata, El pez de oro, será presentada el viernes 9 de diciembre, a las 7:00 p.m. en la Sala Alberto Flores Galindo de la Biblioteca España de las Artes del Centro Cultural de San Marcos (Av. Nicolás de Piérola 1222 – Parque Universitario – Centro Histórico de Lima).


Los comentarios críticos estarán a cargo de los reconocidos docentes de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Mauro Mamani Macedo y Dorian Espezúa Salmón, así como del doctor Ricardo González Vigil. La edición del libro estuvo al cuidado del escritor José Luis Ayala y constituye el primer tomo de la Biblioteca “Gamaliel Churata”.


Gamaliel Churata es el seudónimo de Arturo Peralta Miranda (Arequipa 1897 – Lima 1969). Educado en Puno, en su juventud fundó Bohemia Andina (1915), editó la revista La Tea (1917), formó el Centro Cultural Orqopata y animó el Boletín Titicaca (1919 – 1931). El grupo Orqopata estuvo integrado por Alejandro Peralta. Emilio Vásquez, Emilio Armaza, Dante Nava, Mateo Jaika, Aurelio Martínez y Luis de Rodrigo.


Durante 40 años radicó en La Paz (Bolivia), donde trabajó en diversos diarios y escribió 15 libros que se mantienen inéditos, habiéndose publicado solo Resurrección de los muertos (2010). La edición crítica de El pez de oro, a cargo de la A.F.A Editores Importadores, era una necesidad vital para la cultura peruana y para el reconocimiento de la notable labor de Gamaliel Churata.

En Puno, la edición crítica de José Luis Ayala fue presentada en el mes de setiembre con los comentarios de Walter Paz Quispe Santos, José Luis Velásquez y Jorge Florez Aybar

¿Qué estoy leyendo? El grito manso de paulo Freire



Como es común alguién me pregunta ¿Qué estoy leyendo? Bueno la respuesta es: El grito manso contiene una de las últimas intervenciones públicas de paulo Freire y es, a un tiempo, expresión de su pensamiento maduro y encuentro comprometido con quienes trabajan día a día con sus ideas. En él se recogen sus reflexiones acerca de los problemas que asedian la práctica de la Educación en el filo del siglo XXI, en este contexto a la vez vulnerable y esperanzado pero también sus ideas acerca de la historia, el cambio social, las utopias y la responsabilidad del hombre en el mundo globalizado.

La fuerza del trabajo pedagógico de Paulo Freire está en su contenido socio-político. Es necesario, dice, rescatar la importancia de la dimensión política del ser humano, luchar contra la neutralidad. Al expresar su amor por los oprimidos, Freire se refiere a la sociedad opresora, al orden social injusto, y por lo tanto a la necesidad de cambio. Esta es la forma como nos permite aproximarnos al mundo desde la idea de revolución, como una utopía, porque él era creyente de la utopía. El principio revolucionario surge a partir de la indignación ante la injusticia social, indignación que se origina a partir del amor.

Paulo Freire orienta nuestra aproximación al mundo a partir de un profundo amor por la humanidad, que se vuelca hacia los oprimidos. Esta es la esencia de su humanismo.

miércoles, diciembre 07, 2011

Teófano junto a su padre Gamaliel





Escribe: José Luis Ayala

Según la partida de bautizo, emitida por la Arquidiócesis de Lima (No 796), Teófano Peralta Castro, nació el 7 de marzo de 1937. Fue hijo de Arturo Peralta Miranda (natural de Arequipa) y de Aída Castro de Mendoza (natural del Cusco). Fueron sus padrinos: René Castro de Mendoza y Julia Rosa de Noriega Paredes. Falleció el 7 de marzo del año 2,000 a los 63 años, en el jirón Jorge Chávez No 1560-interior 120, Lince (Lima), en el domicilio de la generosa y ejemplar mujer llamada Élida Jurado. Según el protocolo de autopsia, Teófano falleció de edema cerebral y pulmonar.

Teófano desde niño recibió una adecuada educación y suma atención de parte de su padre Gamaliel Churata. En consecuencia cursó estudios universitarios y desde joven escribió en diarios de La Paz (Bolivia). Repentinamente y cuando se perfilaba como un gran escritor, empezó a sentir serias dificultades para caminar, hasta que se le detectó que era víctima de lo que en medicina se denomina el Síndrome de Friedreich. Se llama también ataxia de Friedreich, es una enfermedad que daña sistemáticamente el sistema nervioso y se manifiesta causando dificultades en el caminar y perturbaciones en el lenguaje. Hasta que finalmente inmoviliza todo el cuerpo y la medicina poco o nada puede hacer.

Debido a la terrible enfermedad de Teófano, el gran Gamaliel Churata, Padre sideral de la Literatura Latinoamericana, sufrió muchísimo durante varios años y, pese a su esfuerzo permanente para que su hijo al menos no se sintiera solo, nada pudo frente a la horrenda adversidad. Como se sabe, Arturo Peralta Miranda, nació por accidente en Arequipa, el 10 de junio de 1897, tal como lo ha demostrado Jorge Flórez-Áybar y, falleció en Lima, el 9 de noviembre de 1969. Luego murió Fedor Peralta Gallardo, en los Estados Unidos de Norteamérica, también hijo del celebrado Gamaliel.

Hasta que con ocasión de celebrarse el VIII Congreso Internacional Lingüístico Literario “Gamaliel Churata”, organizado por estudiantes de esas especialidades de la Universidad Nacionaldel Altiplano, realizado en Puno del 24 al 28 de octubre del presente año, los restos humanos de Teófano Peralta Castro, fueron depositados en la misma tumba de Gamaliel Churata. Esta histórica como oportuna decisión fue tomada por sus hermanos Estrella y Amarat. La caja de mármol como la documentación nos fueron entregadas por Élida Jurado, quien tenía las cenizas de Teófano en custodio con el propósito de que algún día fueran echadas al mar.

Pero no, quiso el Apu qullana awki, el apu Illimani y los achachilas de Layqaqota, que ahora las cenizas de Teófano reposen junto a los restos humanos de su padre Gamaliel Churata. Pero no solo eso, sino además en la misma sagrada pachamama se encuentre con los ajayus de sus hermanos, el primer Teófano, Quemencia y la Mamita Brunilda (madre de ambos niños). Ese hecho tiene una gran significación para la vida y eternidad de Churata. Debió haberse sentido muy contento al haber recibido llorando de emoción y ternura a uno de sus hijos que desgraciadamente sufrió muchísimo en vida. Se trata también de un acontecimiento singular que la historia de la LiteraturaLatinoamericana, lo registrará tarde o temprano.

Pero nada hubiera trascendido sin la oportuna decisión y participación directa del profesor Edmundo Cordero Maldonado, Director Regional de Educación Puno, quien cursó invitaciones a varios centros educativos, escritores, medios y autoridades. Así, el día 29 de octubre, la Banda de Música del Glorioso Colegio San Carlos, encabezó “El Reencuentro de Teófano Peralta con su padre Gamaliel Churata”. A las once la mañana, el cortejo partió del Parque Pino encabezado por Edmundo Cordero Maldonado, seguido por alumnas que llevaban coronas, luego alumnos del Colegio San Carlos cargaron en una anda especial, la caja de mármol con las cenizas de Teófano.

Tomaron el uso de la palabra durante el trayecto, el profesor Edmundo Cordero Maldonado, quien escribe esta crónica, así como Boris Espezua Salmón, José Luis Velásquez Garambel y Vladimiro Centeno. En nombre de la familia Peralta, habló el sociólogo Pedro Pineda Aragón, sobrino nieto de Gamaliel Churata. El paso marcial y fúnebre fue marcado por la Banda de Música del Colegio San Carlos, más de trescientos alumnos de las diferentes delegaciones de colegios de Puno marcharon y caminaron, ese hecho le dio un marco especial, marcial, cívico y cultural al acontecimiento.

Coincidentemente con este hecho, el editor Aníbal Cueva García, editor de la edición crítica de “El pez de oro” de Churata, estuvo en Puno y pudo comprobar que hay un gran fervor y espectativa por la edición de los otros libros de Gamaliel Churata, anunciados precisamente a través de A.F.A Editores. Nosotros cumplimos con un deber como persona vinculada a la literatura de Churata. En fin, cuánta razón tenía el historiador Jorge Basadre, quien afirmaba que muchos hechos se han dado debido a que efectivamente existe el azar. Eso es lo que ha acontecido en Puno: Un encuentro internacional de escritores con el nombre de Gamaliel Churata, el lanzamiento de una edición crítica de “El pez de oro” y el reencuentro cósmico de Teófano Peralta Castro con sus hermanitos Teófano y Quemencia Peralta Calderón, pero también con la Mamita Brunilda (Rosa Calderón).

Está pendiente todavía la edificación de un mausoleo de parte del Municipio Provincial de Puno, dedicado a Gamaliel Churata, donde puedan reposar también y ojalá los restos humanos de la Generación Orqopata. Pero sobre todo hace falta un monumento a Churata en Puno, así como hay en León (Nicaragua) a Rubén Darío; a Vallejo en Santiago de Chuco, a Neruda en Temuco (Chile), a José María Arguedas en Abancay, etc., etc. Gamaliel Churata es tan importante como ellos parala Literatura Latinoamericana. Esa es una deuda pendiente del pueblo de Puno y sus autoridades para con Gamaliel. Una deuda que tarde o temprano será saldada. Ya lo veremos: la historia, los escritores y las autoridades con visión histórica, nos darán la razón.

Cultural - 04 nov 2011 Los Andes Puno

El Premio Copé de poesía



La Bienal de Poesía Premio Copé es el certamen literario más importante de nuestro país y confirma el dinamismo cultural que se vive en las diversas regiones del Perú.

Por: Ricardo González Vigil (*)

“Gamaliel y el oráculo del agua”, poemario ganador Copé de Oro, es un homenaje a uno de los escritores peruanos más admirables del siglo XX: Gamaliel Churata, una de las voces vanguardistas –raigalmente andina– más originales y hondas de América. Su autor, Boris Espezúa, es un poeta consolidado(finalista al premio en 1995) con cuatro poemarios publicados. En “Gamaliel y el oráculo del agua”, teje un libro de admirable arquitectura, en el que el todo es más que la mera suma de las partes sobre la trayectoria vital y creadora de Churata, contextualizada en sus raíces míticas, su formación en Puno y su gestión cultural en el Altiplano peruano y boliviano.

SOY EL OTRO

La comunión de Churata y del propio Espezúa con la herencia colectiva es patente en “Soy el otro”, poema en el que rehace la famosa frase de Rimbaud: “Yo es otro”: “La construcción del otro es una necesidad / atávica para la conversión de uno mismo [...] Lo mejor es sentirse inmerso en múltiples / sí mismos […] Para volver al crisol de la pregunta / ¿quién soy? / y en esa urdimbre respuesta / hacer rodar la paradoja / de ser el mismo que el otro”, lo cual culmina en el último texto en verso: “¿Cómo entender al otro / si nosotros no somos el otro […] Nadie puede salvarse sin el otro”.

VOCES MÚLTIPLES

Carlos Tataje (premio Gastón Baquero de la editorial Verbum de Madrid, 2002), otro de los premiados, muestra un dominio verbal encomiable en “Epitafios”: el tono irónico, entre cínico y carnavalizador, calza en el ingenio epigramático con que “retrata” en supuestos epitafios a 111 personalidades del mundo entero, comenzando por el héroe Gilgamesh (siglo XXIII a.C.) y el jurista Hammurabi (siglo XVIII a.C.) hasta Martín Adán, Emilio Adolfo Westphalen e Yma Sumac (quizá inspirándose en “Antología de Spoon River”, de Edgar Lee Masters). En la composición dedicada a Cortazár, Tataje replantea a escala mundial el cuento “Casa tomada”: “están tomando el mundo” y “todos huyen / del patio trasero abrasado por el fuego”, siendo “preciosa la última llave”. El más joven de los premiados, Martín Zúñiga (1983), ya cuenta con el Premio Internacional de Poesía Joven Martín García Ramos 2011, de Almería, España, y ha publicado tres libros. Su indagación de lo tanático en “Pequeño estudio sobre la muerte” moviliza una escritura fluyente, con asimilación del expresionismo y el surrealismo, rica en humor negro y soterrada desolación: “pero como siempre repite don pedro, / ahora ni juntando los tres cantos / del gallo se puede cocer un buen caldo”.

Luis Eduardo García es el más conocido de los premiados. Narrador, ensayista y periodista, ganó el legendario concurso El Poeta Joven del Perú en 1985.
Con “La unidad de los contrarios”, sale airoso en el tema más trajinado de la poesía universal: el amor. “Cuando seamos viejos / y se apague el incendio / iremos al rescate el uno del otro / como dos bomberos jubilados. / Espero que tú me sobrevivas / con tu traje anti-incendios / y cruces la ciudad de extremo a extremo / tomada de mi mano agonizante”.

SOBRESALIENTES

Dos de los poemarios finalistas pudieron llevarse alguno de los premios: “Berlín” de Victoria Guerrero, autora en plena madurez creadora y que sobresale entre las voces femeninas de la actual poesía hispanoamericana, y el de José Donayre, narrador de prosa experimental con vibración poética, personalísimo poeta en “Inconclusión”, en el que enfoca vocablos raros que atraen por su eufonía y/o su poder de sugerencia.
De los restantes, resaltan “Recorriendo el país del Marañón” de Luzgardo Medina, “Demonios y maravillas en el país” de Ana María Rodrigo Prado y “Enviado desde un blackberry” de Wilson Cabrejos Caracciolo.

(*) Miembro de la Academia Peruana de la Lengua


Domingo 2 de Octubre del 2011
El Comercio Perú