domingo, abril 24, 2011

Discurso, poder y cognición en el aula






Walter Paz Quispe Santos

El lenguaje como fenómeno humano heteróclito, está presente en todos los planos de la vida social. El aula es uno de esos espacios, donde se legitiman significados a partir del discurso. Desde el punto de vista social se dice que sólo existe todo aquello que tiene un nombre y aquello de lo que es posible hablar. El discurso refleja el sistema del pensamiento colectivo, y con él se transmite una gran parte de la forma de pensar, sentir y actuar de cada sociedad, y esa transmisión muchas veces es inconsciente y otras conscientes.

Ahora bien ¿somos nosotros los educadores quienes con nuestro discurso conformamos el mundo? O ¿es el mundo con sus realidades quien conforma nuestro discurso? Si bien es cierto que el discurso cumple las funciones de comunicación, representación y regulación de la conducta propia y ajena, actuando como categorizador de la realidad, existe un discurso discriminatorio y parcial, especialmente en la construcción de saberes que impone barreras arbitrarias e injustas; y la aceptación de esos discursos como válidos, correctos y normativos sin someterlos a una dilucidación crítica constituyen una discriminación que lleva consigo efectos negativos muy profundos sobre todo en sociedades multiculturales.

En torno al lenguaje y a su manejo en la enseñanza, se estructuran diversos discursos que permiten, tomando el lenguaje como marco de referencia, desarrollar el análisis y comprensión de la enseñanza en sus diversos niveles:

:. El Lenguaje como parte del discurso pedagógico de la enseñanza.
:. El lenguaje como parte del discurso didáctico de la enseñanza.
:. El Lenguaje desde el discurso relacional de la enseñanza.

Manifestaciones discursivas en el aula

Veamos dos manifestaciones discursivas, el primero de ellos corresponde a una escuela rural donde los niños son aimaras hablantes y la profesora es castellano hablante; y el segundo caso es la percepción de una niña aimara sobre el rol de la escuela y el docente:

“La profesora pidió a sus alumnos que prestaran atención a lo que ella escribía en la pizarra. “Tengo una muñeca vestida de azul, zapatitos blancos y velo de tul”. Puntero en mano, la profesora hizo que los alumnos repitieran, por lo menos unas cinco veces, cada uno de los versos de la pizarra, sin percatarse siquiera de sí sus discípulos entendían o no lo que decían. Nunca se dio explicación alguna sobre el contenido de los versos (...) Sin embargo, nadie parecía aburrirse y el “loreo” continuaba, con los alumnos que creían que imitaban a su profesora a perfección y con ella sin darse cuenta de los obvios problemas que tenían sus alumnos para emitir sonidos castellanos. A la voz de “vestido”, los niños decían “wistiru”; de “muñeca”, “moñica”; y de “tul”,”tol”. (...) Darío, imitando a su Maestra, puntero en mano y presto a demostrar lo que sabía, leyó de corrido los versos de la pizarra: “Tinku u-na moñica wistiro de a-sol saptitus lancus y wilu de tol...” (López: 1984: 45).


“Soy una indiecita escolar. Me reconoces; / mi retrato está en los folios de grandes libros; /retratada con polleras o con “uniforme”... Frente a la pizarra se me adelanta una niña blanca,/ a ella es a quien educa el Maestro./ Lloro porque soi(sic) india y tengo una niña blanca que el Maestro ha creado dentro de mí; / esta niña no me puede;/ el Maestro le da fuerzasy sustento/ el Maestro tiene grandes métodos para esta niña./ El maestro se olvida de mí, de todos los alumnos/ y dice que para los indios no se ha inventado nada./ A ratos me confunde: me convierte en ella, o ella en mí; / cuando no me habla el profesor, desaparece, /en cada diciembre muere y cada abril resucita./ Al concluir mis estudios se extinguirá en la parcialidad” (Miranda: 1997: 47).


El currículo oculto: el espacio de las desigualdades

Estas son algunas manifestaciones discursivas que inevitablemente nos conducen a darle una mirada al currículo oculto, es decir, a los aspectos de la vida cotidiana de las escuelas y de las aulas a los que se presta menos atención; o, el significado social y los efectos no previstos de las experiencias escolares en los que se ven envueltos educandos y educadores.

El currículo estático referido a los procesos de planificación y el currículo dinámico que tiene que ver con la explicitación de las intencionalidades en los centros educativos están condicionados por el currículo oculto, o dicho de otro modo por lo implícito que tienen que ver con las concepciones educativas de los docentes, su formación, las maneras como se conciben las intencionalidades del estado, las ideologías que subyacen a la práctica educadora, los intereses grupales, el estado emocional, entre otros y que están presentes en los procesos de enseñanza y de aprendizaje. Así muchas veces el discurso oculto de las cotidianidades en las aulas traicionan las buenas intenciones de muchos educadores.

Las ideologías así como el poder, los discursos o el uso del lenguaje, afectan de manera decisiva en los procesos de cognición y socialización de los niños. En las manifestaciones discursivas se observa que los educadores no consideran la lengua materna de los educandos, por consiguiente ni su cultura en las aulas.

El discurso Pedagógico: recontextualización de saberes

Las unidades discursivas de los docentes, entendiendo por tales no solamente las dimensiones textuales, sino también su simbología, a lo que llama Basil Bernstein (2002: 11) “discurso pedagógico”,en tanto que permiteconectar los cambios en la cultura y en la sociedad con la reproducción de los límites discursivos y no discursivos en las relaciones sociales y con las diferentes expresiones de la diferencia que dichos límites comportan.
Por lo tanto, existen evidencias suficientes como se observa arriba para sostener que el discurso del profesorado participa obviamente en la reproducción de muchas formas de dominación, discriminación y desigualdad, como la clase, edad, nacionalidad, religión, idioma, orientación sexual, dentro del currículo oculto. Las representaciones sociales de ciudadanía étnica y diferenciada, por ejemplo son construcciones en los que el docente tiene una participación activa a través del discurso que emplea en su transmisión y la socialización infantil o juvenil.

Bernstein nos dice que la estructura social genera formas o códigos lingüísticos diferentes, esos códigos transmiten esencialmente la cultura y por lo tanto producen una conducta. O sea, nos viene a decir que el sistema de clases actúa sobre la estructura de la comunicación en todo el proceso de socialización. Si el educando aprende a jugar su rol por medio del proceso de comunicación, es importante darle una mirada a los códigos. Los códigos son “la probabilidad de predicción de los elementos sintácticos para organizar los significados”
Por lo tanto, los códigos pueden restringirse por la extensión hasta la cual faciliten (código elaborado), o inhiban (código restringido), una orientación que permita una simbolización de la intención, en una forma verbalmente explícita. La conducta procesada por éstos llevará a desarrollar diferentes modalidades de autorregulación y diferentes formas de orientación.

En suma, los códigos en sí son funciones de una forma particular de relación social o, más generalmente, cualidades de la estructura social. En las manifestaciones discursivas presentadas observamos que los niños se conducen a través de un código restringido. El discurso Pedagógico para Berstein es una modalidad de comunicación especializada “mediante la cual la transmisión/adquisición (aprendizaje) se ve afectada”, en ese sentido, el discurso pedagógico es un medio de recontextualizar o reformular un discurso primario.

La recontextualización se manifiesta en la significación. Parafraseando a Berstein decimos que el discurso pedagógico “no es una gramática para especializar un discurso específico sino un principio de desubicación, reubicación y reenfoque de otros discursos especializados, que los pone en una nueva relación recíproca e introduce un nuevo ordenamiento interno temporal”. De esta forma la regla fundamental del discurso pedagógico es la recontextualización a través de dos órdenes constitutivos: el discurso instruccional y discurso regulativo. El primero regula la transmisión de competencias y capacidades y el segundo regula la forma como se construyen un orden y una relación e identidad social. El ejemplo que ilustra nuestras reflexiones nos permite observar que la profesora cumple con un discurso pedagógico oficial monolingüe, donde existe control simbólico y desigualdad en las prácticas sociales; observamos por otro lado que los dispositivos pedagógicos empleados son las reglas de distribución cuando la profesora controla asignando roles, luego la regla de Contextualización donde se establece una modalidad de comunicación de “manipulación” y reglas de evaluación que se expresa en las instrucciones y práctica regulativa en el tiempo y el espacio.

Ideología y poder del educador en el aula

“A ver, todos a ponerse de pie” es tal vez el comienzo con que legitima su autoridad el docente cuando ingresa al salón de clases. Evidentemente la manera como llama la atención cuando alguien no se ha puesto de pie muestra su concepción de la educación. La dilucidación de la misma, nos conduce a averiguar ¿cuál es la ideología que subyace a la práctica discursiva del educador y los efectos en las concepciones de futuros posibles, cogniciones y socializaciones variadas de los niños o adolescentes?

Las formas en que las ideologías se expresan y reproducen los educadores en el discurso suponen averiguar el estatuto y funciones mentales de “sus” ideologías en términos de cognición social. Las condiciones y funciones de las ideologías en el aula no sólo son cognitivas sino también sociales, políticas, culturales e históricas. Sin lugar a dudas, las ideologías se forman, cambian y se reproducen en el discurso y la comunicación socialmente situados (Van Dijk: 2000:9). Ahora bien, la ideología se entiende como un conjunto de ideas y representaciones que se imponen a las personas como verdades absolutas, produciendo un autoengaño, una ocultación en su pensamiento y formas de actuar; la función de las ideologías en las aulas constituyen y modelan formas bajo las cuales los alumnos viven y construyen significativamente su realidad, sus emociones, sueños, intereses y otros.

Las ideologías de los educadores muchas veces traducen una visión del mundo, una perspectiva de las cosas, de los acontecimientos y comportamientos; las mismas constituyen una construcción sociohistórica por lo tanto, son relativas, parciales, incompletas y requieren de reelaboraciones continuas para evitar caer en los absolutismos que no permitan la reflexión y al contrario favorezcan la dominación. La concepción del mundo que traduce la ideología dota a los educandos de un sentido de pertenencia e identidad, les hace conscientes de las posibilidades y limitaciones de sus actos, estructura y normaliza sus deseos y, al mismo tiempo, proporciona una explicación de las transformaciones y de las consecuencias de los cambios (Torres: 1998:19).

Pero las mismas en ocasiones son frontalmente ajenas a los intereses y necesidades de los educandos, no son socialmente relevantes, culturalmente pertinentes, ni personalmente significativas, y son ejercidas mediante un poder coercitivo y hasta a veces de manera sutil. Con Gramsci (1981) estas relaciones entre ideología y sociedad se conceptualizan como hegemonías, las mismas trabajan más sutilmente a través del manejo de la mente de los educandos, esto es, construyendo persuasivamente un consenso sobre el orden social. Así los lenguajes sexistas, el machismo, los maltratos, los racismos, etnocentrismos, la violación de los derechos humanos, la discriminación, los prejuicios, entre otros representan el “sentido común” y el “lugar común” de las cotidianeidades y rutinas escolares. Las ideologías como parte de la estructura social exhiben y controlan las relaciones de poder y dominación entre los grupos, clases, formaciones sociales, organizaciones, así la comprensión de la mente social de los niños en su contexto social nos permiten observar en las prácticas sociales cotidianas formas pedagógicas de los educadores, ya que las relaciones específicas de poder tienen una prolongación en el sistema educativo. Nótese que si un educador tiene una formación esencialista, experimentalista, racionalista, perenialista, liberal o marxista, cristiano o islamista evidenciará en apariencia esas ideologías.


Cognición Social

Las ideologías trasmitidas forman la base axiomática de la cognición social, es decir, de las representaciones sociales compartidas por un grupo y sus miembros, esto es conjuntamente fenómenos mentales y sociales. En este marco, un análisis cognitivo establece la naturaleza de los componentes teóricos de las ideologías, es decir, las creencias específicas. Las categorías que ayudan (Van Dijk: 1998: 165) son: pertenencia, actividades, objetivos, valores, relaciones con otros grupos y recursos. El análisis de los mismos evidenciará las manifestaciones sociocognitivas de los docentes respecto de los alumnos hasta llegar a los modelos personales.

Referencias Bibliográficas

Ansión, Juan: “La escuela necesita una revolución copernicana” en Allpanchis N° 42 IPA
Bernstein, Basil (1994) “La estructura del discurso pedagógico” IV Volumen, Morata Madrid.
Bernstein, Basil (2000) “Hacia una sociología del discurso pedagógico”
Colección Seminarium, Magisterio, Bogotá.
Diaz Villa, Mario (2001) “Del discurso pedagógico: problemas críticos” Colección Seminarium, Magisterio, Bogotá.
Gramsci, Antonio (1981) “Cartas desde la cárcel” México.
Lopez, L.E. (1984) “Tengo una muñeca vestida de azul: kuns uka siñurita parlpachaxa” en: “Autoeducación” N° 10/11 mayo – setiembre Lima págs. 45-50 Lima.
Miranda, Efraín: (1997) “Choza” Horizonte, Lima.
Quispe Santos, Walter P. (2000) “Piaget en la comunidad campesina: una mirada al desarrollo de la inteligencia del niño andino” Resumenes, Forum Encinas 2000, Lima.
Quispe Santos Walter P. (2000) “El constructivismo operatorio de Jean Piaget y su pertinencia cultural con la educación del surandino” en “Autoeducación” N° 57 págs. 65 – 71. Lima.
Teun Van Dijk (1983) “Ciencia del texto” Paidos, Barcelona.
Teun Van Dijk (comp.) (2001) “El discurso como estructura y proceso” Gedisa, Barcelona.
Teun Van Dijk. (2002) “Ideología, un enfoque multidisciplinario” Gedisa, Barcelona.
Torres Jurjo. (1997) “El currículo oculto” Morata, Madrid.

jueves, abril 21, 2011

"La escuela ha muerto", por B. Lloyd





La escuela ha muerto.
El profesorado ha muerto, inerte, conformista
y encerrado en su aula, hermético e inamovible.

Las aulas han muerto,
sus paredes comenzaron a temblar y se desplomaron
cuando alguien rompió el orden de los pupitres
y amenazó con expulsar de allí al libro de texto.

Las directivas han muerto,
ahogadas en la burocracia,
aburridas, faltas de norte.

Las familias han muerto,
mientras que alguien intentó que accedieran a los centros
no sólo el día de la fiesta.

Los gobiernos han muerto,
sus políticas educativas eran egoístas,
iban y venían como las olas del mar.

La formación ha muerto,
hacía tiempo que ya no tenían a quién formar,
todo el mundo acumulaba méritos suficientes.

El alumnado no estaba allí,
se salvó porque hacia años que habitaba en otro espacio,
en otro tiempo.

La escuela ha muerto, de risa,
al oír decir a uno de sus maestros
que quería cambiar la escuela.

B. Lloyd
(Inspirado en un fragmento de la obra de F. Nietzsche, “Así habló Zaratustra”)

No se educa para el silencio sino para la comunicación





Walter Paz Quispe Santos

Thomas Gordan (1979) nos señala doce obstáculos de la comunicación clasificados por categorías. Estas clases de mensajes pueden obstaculizar las comunicaciones futuras en las aulas, que reducen, inhiben o detienen por completo el proceso de la comunicación que es tan necesario para ayudar a los educandos a resolver problemas que interfieren en el aprendizaje. Recurramos a un caso peculiar: supongamos que un educando tiene una gran dificultad para terminar con una tarea de reflexión sobre la lengua en el área curricular de Comunicación. De una manera u otra pone en evidencia que tiene un problema; y verdaderamente lo está molestando. A continuación presentamos cinco tipos de respuestas debido a que de una u otra manera todas ofrecen una solución o soluciones al problema del alumno.

1. Orden, dirección y mandato. Ejemplo: “Deja de quejarte y termina tu trabajo”.

2. Advertencia, amenaza. Ejemplo: “Si esperas obtener una buena calificación en esta clase, lo mejor es que participes”

3. Exhortación, sermón, dar “deberías” y “tendrías”. Ejemplo: “Sabes que es tu deber estudiar cuando vienes al colegio. Deberías dejar tus problemas personales en la casa que es donde deben estar”

4. Aconsejar, proporcionar soluciones o sugerencias. Ejemplo: “Lo que debes hacer es planear mejor tu horario de tareas, así podrás hacer todo el trabajo”

5. Conferenciar, enseñar, dar argumentos lógicos. Ejemplo: “Observemos los hechos. Lo mejor es que recuerdes que sólo quedan 35 días de colegio para terminar el curso”

Ahora examine las siguientes tres categorías. Todas comunican un juicio, evaluación o humillación. Muchos educadores creen firmemente que para un educando es útil señalarles sus faltas, errores y comportamientos tontos. Para esto se emplean tres clases de mensajes:

6. Juzgar, criticar, estar en desacuerdo, culpar. Ejemplo: “O simplemente eres un flojo o lento de nacimiento”
7. Poner apodos, ridiculizar, avergonzar. Ejemplo: “Estas actuando como un chiquillo de diez años y no como alguien que está a punto de egresar del colegio”
8. Interpretar, analizar, diagnosticar. Ejemplo: “Sólo estás tratando de zafarte de la tarea”

Otras dos clases de mensajes son intentos de los educadores para hacer que los educandos se sientan mejor, para que el problema desparezca o para negar que verdaderamente tenga un problema:

9. Alabanza, estar de acuerdo, dar evaluaciones positivas. Ejemplo: “Realmente eres un jovencito muy competente. Estoy seguro de que idearas una manera para hacerlo”

10. Tranquilizar, compadecer, consolar, apoyar. Ejemplo: “No eres el único que piensa así, yo también he pensado eso de los cursos difíciles. Además, no te parecerá tan malo cuando te pongas a hacerlo”

El obstáculo que se emplea con más frecuencia es probablemente el de la categoría 11, aun cuando los educadores se dan cuenta de que las preguntas a menudo hacen que las personas se pongan a la defensiva. Además, las preguntas se usan más frecuentemente cuando el maestro piensa que necesita más hechos porque intenta resolver el problema del alumno encontrando su mejor solución, en lugar de ayudar al alumno a resolver el problema por sí mismo.

11. Probar, preguntar, interrogar. Ejemplo: “¿crees que la materia era demasiado difícil?” “¿Cuánto tiempo te llevó hacerlo?” “¿Por qué esperaste tanto tiempo antes de pedir ayuda?” “¿Cuántas horas le dedicaste?”

La categoría doce consiste en mensajes que los educadores emplean para cambiar de tema, distraer al educando o evitar tener que vérselas con el alumno.

12. retirarse, distraer, ser sarcástico, entretener. Ejemplo: “Vamos, hablemos de algo más agradable”, “No es este el momento”, “Volvamos a la lección”, “Parece ser que alguien se levantó hoy con el pie izquierdo”.

En ocasiones el educador debe ser humilde para reconocer sus errores sobre todo si de enseñar a comunicar se trata, o sino como decía Gamaliel Churata, alce sus bártulos y váyase a otra parte que estando lejos al menos no dañará a las futuras generaciones.

domingo, abril 10, 2011

10 Acontecimientos que Cambiaron la Historia



Intentar hacer una lista de 10 acontecimientos que cambiaron la historia es una tarea complicada y difícil. Entre otras razones porque un acontecimiento histórico es, por definición, cualquier suceso que hace variar el curso de la historia y todos estos sucesos, en mayor o menor medida, han sido influyentes, únicos y necesarios para llegar a conformar el mundo en el que hoy vivimos. Por esta razón, tratar de escoger los 10 más decisivos es, cuando menos, arriesgado.

Aún así, la gente de LiveScience se han atrevido con ello y esta es la lista que presentan.

1. La Invención de la Pólvora:



Irónicamente, fue la búsqueda de la inmortalidad lo que llevó al descubrimiento del arma más mortal hasta la llegada de la bomba atómica. Experimentando con elixires de la vida, alrededor del año 850, unos alquimistas chinos dieron con la pólvora. La invención de este explosivo fue la base de todas las armas usadas en la guerra desde las flechas de fuego a los rifles, cañones y granadas.

2. La Vida Diaria en el Ágora:



Fue el corazón de la ciudad, donde los ciudadanos hacían buenos negocios, los políticos debatían y se intercambiaban ideas entre grandes mentes como Aristóteles o Platón. Quién sabe como seríamos sin el ágora de la antigua Grecia. Quizás careceríamos del concepto de democracia o de la fórmula de los lados de un triángulo.

3. Concilio de Nicea:



Cuando Constantino I se convirtió, en el siglo IV, en el primer emperador cristiano del imperio romano, su vasto imperio estaba formado por una amalgama de diferentes religiones y creencias. Para evitar esta controversia, mandó reunir en la ciudad de Nicea a 318 obispos de todas las partes del imperio buscando un punto común sobre las cuestiones que sufría la nueva religión. Fue la primera conferencia mundial de la iglesia. El cristianismo de hoy en día es el resultado de esta religión.

4. La Peste Negra:



Cuando en el siglo XIV la ola de muerte de la peste bubónica finalmente desapareció, cerca de la mitad de la población de los países que la sufrieron (unos 75 millones) habían sucumbido a una terrible y dolorosa muerte. La peste negra devastó especialmente Europa y fue la causa de numerosos cambios sociales y de una creciente desconfianza hacia la iglesia.

5. Descubrimiento del Azúcar:



Este dulce material jugó un importante papel en una de las más agrias épocas de los tiempos modernos. El oro blanco, como lo llamaban los británicos coloniales, fue el motor que trajo a millones de esclavos africanos a América en los comienzos del S.XVI. Los beneficios del mercado de azúcar fueron tan importantes que fueron vitales para lograr la independencia americana de Gran Bretaña.

6. Declaración de Independencia:



Cuando Thomas Jefferson escribió la declaración en 1776 nunca pensó en la repercusión que tendrían sus nuevas ideas y poderosas palabras en el resto del mundo. La declaración de independencia no sólo cambió el curso de la historia de Estados Unidos, también se produjo un efecto dominó que empujó a otras naciones a luchar por su independencia.


7. Un monje y sus Guisantes:



Trabajando en la soledad de su monasterio de Austria, un hombre religioso logró desentrañar las bases de la herencia con tan sólo un puñado de diferentes especies de guisantes que cultivó, cruzó, contó y catalogó con disciplina monástica. El original enfoque sobre los genes de animales y plantas que nos dio Gregor Mendel sentó las bases de la genética moderna y nos ayudó a entender el complejo funcionamiento del ser humano.

8. Un Viaje a los Galápagos:



Pájaros bobo, gaviotas de lava, tortugas gigantes. ¡Oh dios mío!. Las islas Galápagos acogen una fauna monstruosa compuesta de raras especies animales endémicas de unos peñascos volcánicos aislados en el océano Pacífico. En el S.XIX, la vida de esas islas, dio a Darwin la clave para el nacimiento de la teoría del origen de las especies. Fue la mezcla de las Galápagos lo que finalmente encendió la mecha de la teoría de la evolución y su mecanismo natural de selección, lo cual cambió para siempre la biología.

9. Doce Segundos en el Aire.



Los primeros 36 metros que se sobrevolaron en Carolina del Sur ese día de 1903 pasaron casi desapercibidos, pero pronto tendrían una enorme repercusión en todo el mundo. Los hermanos Orville y Wilbur Wright no inventaron el volar pero ellos trajeron el internet de su época con su primer aparato tripulado, más pesado que el aire, propulsado y (ligeramente) controlado consiguiendo atraer gentes e ideas como nunca antes.

10. El Bebé Probeta:



Hace 30 años que una niña llegó al mundo gritando más que las demás. Como la primera bebé nacida con técnicas de fertilización in-vitro, la inglesa Louise Brown, mostró el modo de juntar vida y ciencia, generando un áspero debate que aún dura. Aunque ya existían tratamientos de fertilidad, aquel momento de 1978 provocó un profundo cambio en la medicina.

Los libros que cambiaron la vida de 17 científicos



Adaptado y resumido de Life-changing books: Recommendations from 17 leading scientists:

1.Steve Jones, geneticista: En la noche y entre los hielos / Farthest North , la odisea del Fram en el Ártico a finales del siglo XIX.

2.V. S. Ramachandran, neurocientífico: The Art of the Soluble, por mostrar la ciencia como una gran, romántica, y divertida aventura.

3.Jane Goodall, primatóloga: Liberación animal / Animal Liberation , ya que la llevó a hacerse vegetariana.

4.Michio Kaku, físico teórico: La trilogía de la Fundación (Fundación, Fundación e Imperio y Segunda Fundación) / The Foundation trilogy (Foundation, Foundation and Empire, Second Foundation), porque le enseñó a pensar no en qué era imposible sino en si había alguna ley física que hiciera algo imposible, de ahí su elección de carrera.

5.Alison Gopnik, psicóloga del desarrollo: Alicia en el país de las maravillas / Alice in Wonderland , porque la forma de ser de Alicia le gustó siempre tanto que la llevó a escoger la carrera que escogió.

6.Sean Carroll, físico teórico: One, Two, Three... Infinity , de nuevo porque la lectura de este libro le llevó a decidir lo que iba a ser de mayor.

7.Harry Collins, sociólogo de la ciencia: Ciencia social y filosofía / The Idea of a Social Science , por como este libro le llevó a reconducir su vida académica al darse cuenta de que los sociólogos pueden ver cómo trabajan los científicos y cómo aparecen nuevos conceptos.

8.Peter Atkins, químico: Handbook of Mathematical Functions , porque a diferencia de una novela, se puede leer una y otra vez sin agotarlo y de esa manera se ha convertido en un amigo inseparable.

9.Oliver Sacks, neurólogo: The Mind of a Mnemonist, porque le enseñó lo que era posible hacer a la hora de describir un caso clínico y le marcó la pauta a seguir en sus propios escritos y libros.

10.Marcus du Sautoy, matemático: A Mathematician’s Apology, porque a los 13 ó 14 años lo llevó a ver lo emocionante que podía llegar a ser hacerse matemático.
11.Susan Greenfield, neurofisióloga: El gatopardo / The Leopard, pues encuentra muy especial que alguien sea capaz de escribir de una forma tan positiva acerca de la muerte.

12.Frans de Waal, psicólogo y etólogo: Darwin and the Emergence of Evolutionary Theories of Mind and Behavior por ser una magnífica historia del interfaz entre psicología, biología evolucionaria y filosofía, lo que lo ha llevado a convertirse en una parte fundamental de su bagaje cultural.

13.Lawrence Krauss, físico: Trampa 22 y Los tres primeros minutos del universo / Catch-22 y The First Three Minutes, porque le demostraron, respectivamente, el poder de las palabras y la importancia de la cosmología.

14.Daniel Everett, lingüista: William James, Writings 1878-1910, porque es el autor que, más que ningún otro, más le ha servido de inspiración.

15.Chris Frith, neurocientífico: ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? / Do Androids Dream of Electric Sheep?, porque el tema principal de las novelas de Dick es que lo que percibimos no es el mundo real sino una fachada detrás de la que se esconde una realidad mucho más desagradable, lo que es también un tema recurrente en los estudios de Frith sobre la esquizofrenia, aunque dice que su visión del mundo es mucho más positiva que la de Dick.

16.Elaine Morgan, autora de la hipótesis del simio acuático: El mono desnudo / The Naked Ape, porque fue el libro que la llevó a escribir su teoría.

17.Marian Stamp Dawkins, zoóloga: El anillo del rey Salomón / King Solomon's Ring, porque le enseñó que si estás preparado para ello es posible entrar en el mundo de los animales y comunicarte con ellos en su propio lenguaje.

10 libros del siglo XIX que cambiaron la historia




Son diez obras representativas del pensamiento secular decimonónico, aunque mucho más criticadas o aduladas que leídas.


1. Thomas Paine. La edad de la razón, 1794-1807

Paine fué el más fabuloso ideólogo norteamericano del radicalismo democrático. Aunque deísta, y buscador de la "verdadera teología", su pensamiento era ampliamente secular y racionalista, en continuidad con la tradición de Hume o Spinoza. La principal virtud de La edad de la razón fué poner al alcance del público argumentos ya conocidos por la élite intelectual, con un lenguaje franco y energético, espoleado por los acontecimientos de la revolución francesa y americana. Todavía en 2006, Christopher Hitchens ha podido advertir en el siglo XXI que "si los derechos del hombre han de sostenerse en un tiempo oscuro, necesitaremos una edad de la razón".


2. Stendhal. Rojo y negro, 1830

El antecedente del naturalismo literario posteriormente cultivado por Zola, Flaubert o Galdós. La gran obra del realismo provinciano, el retrato de la restauración europea en la era posnapoleónica, y -en definitivas cuentas, mucho más que una simple trama novelesca: un testimonio vivo e intemporal del liberalismo clásico. En particular el capítulo XVIII -bajo mi punto de vista, es una obra maestra dentro de una obra maestra.

3. David Strauss. Vida de Jesús, 1836

La crítica bíblica y la creciente erudición histórica del siglo XIX convergieron en un desprestigio creciente de la religión dogmática. Por primera vez en siglos "cristiano" o "católico" empezaban a no entenderse como algo sinónimo de "ser humano". La obra de Strauss, como la de Lachmann o Reimarus -este alcanzando conclusiones aún más radicales, venían a cuestionar los hitos más venerados del "Jesús histórico" poniendo énfasis en el carácter esencialmente mitológico y poético de los relatos evangélicos, y ayudando a crear una escisión entre historia y fe cada vez más difícil de resolver por los teólogos del porvenir.


4. Ludwig Feuerbach. La esencia del cristianismo, 1841

Según Karl Marx, "sólo de Feuerbach arranca la crítica positiva, humanista y naturalista". La teología es antropología, los atributos del Dios cristiano expresan en realidad deseos humanos proyectados fuera de sí. Sólo entonces, convertida en teología, en esencia enajenada, la imaginación humana "se convierte en una mina inagotable de falsedades, ilusiones, contradicciones y sofismas". Por descontado, la tesis de Feuerbach ha sido objeto de un escrutinio intensivo por los teólogos -y también por parte de Marx, que observó la necesidad de dar un paso más hacia el humanismo práctico por la vía del socialismo. Pero, en esencia, al devolver la religión a su lugar natural (el ser humano, la mente humana, las relaciones sociales) Feuerbach indicó el camino de toda ciencia de la religión que merece el nombre de moderna.

5. Auguste Comte. Curso de filosofía positiva, 1842

A pesar de las excentricidades en ocasiones exageradas por los detractores, la filosofía positiva contribuyó a consolidar un referente contra el idealismo de la "etapa teológica", que muchos filósofos, científicos e incluso artistas y literatos han empleado con provecho desde entonces. Acaso muchas propuestas de Comte estuvieran equivocadas, pero el espíritu positivo -valga la licencia, que encarrila la razón humana por vías no metafísicas, continúa iluminando el camino del naturalismo científico.

6. Karl Marx y Friedrich Engels. El manifiesto comunista, 1848

Con independencia de que se milite o no en alguna variante del comunismo, este Manifiesto -también una magnífica pieza literaria-, suministró la base doctrinaria más sólida e incendiaria para el movimiento obrero del siglo XIX y todo el tiempo posterior. Los liberales burgueses tenían su Declaración de Independencia de los EE.UU. o la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano proclamada por la Asamblea francesa, los demócratas radicales tenían un Rousseau, o un Saint-Simon, pero los nuevos socialistas surgidos de la doble revolución (política e industrial) debieron esperar a Marx y Engels para completar su propio partido alternativo.

7. Charles Darwin. El origen de las especies, 1859

Esta obra de la que se han cumplido recientemente 150 años revolucionó la filosofía natural al eliminar la plausibilidad del paradigma creacionista (después llamado "Diseño Inteligente") y finalista que había reinado en las ciencias naturales más o menos desde que Aristóteles fuera "bautizado" por los doctores escolásticos. Darwin consiguió sustituir la metafísica de las especies por un mecanismo físico y natural que explicaba las revoluciones del mundo de la vida de un modo mucho más convincente (e incluso más elegante) que la visión tradicional: la selección natural.

8. Charles Darwin. El origen del hombre, 1871

Solo el sentido de la prudencia demoró la publicación de esta obra en la que Darwin desveló a un público amplio la terrible verdad (para la concepción tradicional): el ser humano, al igual que las demás especies, descendía de "alguna forma inferior". Los mamíferos y los "monos superiores" forman parte de nuestra familia biológica extendida: incluso las facultades más sublimes del espíritu humano evolucionaron a partir de mecanismos ya presentes en "animales inferiores", y se puede decir que "no hay diferencia esencial en las facultades del hombre y los mamíferos superiores". Esta afirmación traumática provocó un terremoto en las ciencias naturales que poco a poco se ha ido transmitiendo también a las humanidades: la revolución naturalista.

9. Edward Burnett Tylor. Cultura primitiva, 1871

Uno de los primeros tratados sistemáticos de antropología cultural trató el tema de la "religión en la cultura primitiva" sugiriendo que fué la invención del animismo, por parte de "los antiguos filósofos salvajes", el mecanismo psicológico por el que se generan desde siempre los sistemas religiosos. El papel de las creencias animistas en la constitución de la religión sigue siendo un objeto de controversia científica, pero corresponde a Tylor el mérito de haber planteado la pregunta adecuada. Además, el carácter fuertemente materialista de la tesis de Tylor explicaría en parte la reacción de los ideólogos conservadores contra la reducción animista de las religiones, como documenta el último ensayo de Gonzalo Puente Ojea.

10. John William Draper. Historia de los conflictos entre la religión y la ciencia, 1874

Otra maravilla del intelecto "decimonónico" muy contestada al principio, ignorada más tarde, y no demasiado leída, entendida o valorada en tiempos donde prima el "acomodacionismo". En cualquier caso Draper dejó una obra indispensable para comprender la situación cultural en plena polémica a cuentas del positivismo y el darwinismo de la época. Pero su planteamiento de partida sigue siendo francamente actual: "La historia de la ciencia no es un mero registro de acontecimientos aislados. Es la narración del conflicto de dos poderes antagonistas; por una parte la fuerza expansiva de la inteligencia del hombre; la comprensión engendrada por la fe tradicional y los intereses mundanos, por otra."

domingo, abril 03, 2011

La fiebre por el poder





Walter Paz Quispe Santos.

Todas las artes han producido maravillas, sólo el arte de gobernar ha producido monstruos, nos dice Saint Just. Y en efecto, si nos ponemos a revisar el perfil clínico de los políticos que son candidatos a la presidencia de la república se aprecia que muchas de sus motivaciones están impulsadas por una obsesión de un poder enfermo, una fiebre del poder, el delirio y el vértigo del gobierno. El ejercicio político es un papel que se puede desempeñar de una manera rutinaria y conservadora, de una forma liberal o de una forma innovadora, progresista o revolucionaria. Los primeros representan la masa, los segundos interpretan la muchedumbre, los últimos arrastran a sus seguidores, entre los cuales los hay de varias clases: los fieles idealistas que creen en una idea, los mercenarios a quienes les conviene creer y los que siguen la moda, la presión exterior de lo moderno o lo posmoderno, como nos lo dice muy bien el médico español Francisco Flores.

El liderazgo es una transacción pública con la historia que supone la capacidad del ser humano para movilizar masas que persigan un fin, bueno o malo, de libertad o dominación, de paz o de destrucción. Aproximarnos a explicarlos desde una perspectiva clínica nos conduce a preguntarnos si el genio es el florecer de la salud o la anomalía de la enfermedad. Al respecto hay una clasificación de líderes con peculiaridades sugerentes propuesta por David Riesman en su famosa The Lonely Crowd. Por ejemplo están en primer lugar los hombres, prohombres y hombres no de pro, dirigidos por la tradición, conservadores, que valoran, sobre todo lo institucional, ritual y ceremonial; la lógica y la realidad suficiente. En segundo lugar, se encuentran los hombres dirigidos por sus propias convicciones, encarnación de una idea; aquellos que se guían por su actitud e impulsos internos, por su fantasía y sueños revolucionarios y progresistas. Y en tercer lugar, tenemos a los hombres cómodos que se dejan dirigir por los demás, conformistas, seguidores de lo último que se lleva, manejado por la moda, la presión exterior y lo moderno y liberal.

Todas estas formas de liderazgo los observamos en la actual contienda electoral. Todos buscan el poder, están obsesionados por la misma. El poder muchas veces es una fuerza al servicio de una idea, pero también puede ser un hombre y un grupo de hombres y una potencia organizadora de la vida social. Pero en esta perspectiva de entender el poder, es necesario obrar o de producir efectos dentro de una esfera de actuación que en las contiendas políticas supone autoridad. El viejo Max Weber promovió una tipología muy interesante sobre la autoridad: la legal, característica de las sociedades modernas democráticas; tradicionales patriarcales y carismáticas o de sumisión, la ejercida por el profeta, el héroe o el demagogo.

Hay una clínica política que estudia como los que sufren el delirio del poder confunden sus interpretaciones de la realidad con la realidad misma, lo que en extremo produce una “fiebre de poder” una enfermedad muy común en nuestros políticos nacionales, regionales y locales. Los encasillamientos en el pensamiento y la acción en una evidencia enajenada, invulnerable a la oposición, y en muchos aspectos lo hacen pensar que nunca pueden equivocarse y las cosas son como son. El medico Francisco Flores nos dice al respecto que “este endurecimiento cerebral, esta esclerosis intelectual conduce a una salvaje y maniquea selección del mundo y de la realidad, en que no existe más que lo que halaga, adula y confirma su obsesión; todo lo demás es envidia o ciega oposición”. Y parece confirmarlo todas actitudes y pasiones de muchos políticos y también algunos marxistoides que no pueden ver la realidad de otro modo mas que desde la arcaica visión de burguesía – proletariado, base – superestructura, etc.

Dentro de estos perfiles que esbozamos para entender mejor algunas actitudes políticas, tenemos también los aportes de Lowell. El nos sugiere por ejemplo: 1. Los descontentos del presente y esperanzados del futuro, radicales. 2. Los satisfechos con el hoy, optimistas del mañana o liberales. 3. Los contentos del ahora, pesimistas del porvenir y conservadores, y; 4. Los descontentos del presente y sin esperanzas en mañana o revolucionarios. Son por lo visto cuatro biotipos humanos que según el médico Flores, una vez llegados al poder van a coincidir en una misma obsesión: la proyección de sus responsabilidades en un delirio de abstracción del poder en que la culpa la tiene siempre el otro, es decir, aquella institución republicana del lugar común que no nos permite avanzar: la cultura de la queja.

En este delirio electoral y bajo esta peligrosa fiebre de poder viven hoy muchos políticos peruanos haciendo abstracciones como la raza, el pueblo, la región, los quechuas, aimaras, amazónicos; la inocencia, el programa político perfecto, y muchas otras categorías; el otro se convierte también en abstracción: el enemigo, el rival, el opositor, envidioso, el que no le deja gobernar, etc. Las consecuencias de las actuaciones políticas son también abstracciones: soy el mejor, el único, el salvador, el logrador, la misión cumplida, etc.

Hoy en día estas obsesiones y obnubilaciones por el poder viene maquilladas por los medios de comunicación que buscan influir, mover y manipular a través de la propaganda para que muchos ciudadanos electores sigan como borregos el pesimismo de su rebaño. Tenía mucha razón Bacon cuando sostenía que la historia ilustra al hombre, la poesía agudiza su ingenio, la matemática le da sutileza, la filosofía le hace profundo, la ética serio, la lógica y la retórica dialéctico, pero el arte del poder y la política, lo enloquece. Sino revisen bien todo lo que se dijo en el último debate electoral de anoche con un sentido crítico.

Relaciones entre culturas.


Walter Paz y Josef Estermman


Josef Estermman

A lo largo de la historia de la humanidad, las culturas y expresiones culturales han estado sujetas a las relaciones de poder político, económico y militar. Como “sistema de sentido”, las culturas muchas veces han sido instrumentos de conquista, subyugación y exterminio en las manos de emperadores, conquistadores, ejércitos e invasores. Por lo tanto, se han producido”jerarquías” de culturas, debido al contexto histórico concreto.

Un ejemplo completo de tal jerarquía cultural en tiempos antiguos es la superposición de la “cultura romana” en relación con los pueblos llamados “bárbaros de Europa del Norte (germanos, normandos, celtas, galos, etc.). En Abya Yala, antes de la llegada de los conquistadores, se produjo la predominación de la “cultura incaica “por sobre las culturas conquistadas (tiwanakota, wari, puquina, uru, etc.). Y, para tomar ejemplo contemporáneo no-occidental, en la China actual, se manifiesta la supremacía de la cultura han sobre las culturas subalternas (ugura, mongola, tibetana y otras).

Las relaciones entre diferentes culturas en realidad casi nunca se dan en forma simétrica u horizontal, sino casi siempre con una tendencia a la asimetría y verticalidad, debido a los juegos de poder que tienen que ver con factores económicos, militares y religiosos. Son estas relaciones asimétricas que dificultan mucho un verdadero diálogo intercultural.

Vamos a diferenciar a continuación distintas formas de dominio cultural y las ideologías que lo sostienen.

Multi- o pluriculturalidad

El concepto de “multiculturalidad” (o pluriculturalidad”) afirma, en un primer momento, simplemente la existencia de “muchas” (multus: latín para “mucho) o “varías” (pluris: latín para “vario”) diferentes culturas en un cierto ámbito geográfico o político (por ejemplo en un país). Siempre han existido muchas culturas sobre la faz de la Tierra, pero lo novedoso es la toma de conciencia de la pluralidad de culturas en un mismo espacio geográfico. En América Latina, hasta los años ochenta del siglo pasado regía la idea de una cierta homogeneidad cultural (y religiosa), defendiendo la identidad cultural del continente como “mestiza” o “Latina”.

La emergencia de los pueblos originarios de Aya Yala y los pueblos afrodescendientes viene a cuestionar esta homogeneidad cultural o “monoculturalidad”.
El reconocimiento de la Multi-o pluriculturalidad- tal como fue integrada a la Constitución Política del Estado boliviano en su modificación de 1994- ha sido un paso importante hacia la interculturalidad plena, pero como tal no va más allá de la simple constatación de la existencia paralela de distintas culturas en el territorio nacional. La posmodernidad asume justamente el discurso “monoculturales” de la modernidad occidental. Pero tampoco plantea la cuestión de las relaciones entre culturas, ni las múltiples intersecciones, hibridaciones y choques. En una “sociedad multicultural”, sin que haya un encuentro, intercambio o diálogo. Hasta la sociedad racista del apartheid sudafricano era “multicultural”.

Monoculturalidad

El concepto de “monoculturalidad” se basa en una identidad cultural nacional única, a la que tiene que someterse todas las demás identidades culturales ( si las hay o si son visibles). La “monoculturalidad” se puede se puede dar en diferentes niveles: Regional, nacional y mundial. Los estados nacionales trataron, a la hora de constituirse, de definirse en base a una ideología nacional que se precisa por una serie de normas (griego para “uno solo”): Una lengua, un sistema económico, un sistema jurídico, un régimen central y una sola cultura. En los países latinoamericanos surgidos de la colonia, se seguía después de la independencia política con una supuesta identidad “mestiza”, “criolla” o “latina”, en desmedro de muchas culturas invisivilizadas o marginadas. Además, se implementó una identidad nacional (en el sentido del estado nacional) artificial, tal como la bolivianidad, peruanidad, chilenidad, secundada por la educación y el uso de los símbolos patrios.

A nivel mundial, la “monoculturalidad” sólo puede sostenerse mediante un proyecto económico, político y militar globalizante.

En nuestra era de la globalización económica y mediática, una “cultura del mercado” difusa intenta imponerse a todas las culturas existentes, muchas veces mercantilizando a las culturas subalternas dentro de su lógica neoliberal y consumista.

Supra-o metaculturalidad

El concepto de “supraculturalidad” (del latín supra: “encima”) o “metaculturalidad (del griego meta: “encima”; “más allá”) pretende establecer la universidad de ciertos valores, normas, significados y verdades, recurriendo a un “mundo” más allá de cualquier determinación cultural, es decir: Por encima (supra o meta) de toda cultura particular. Así se presenta a los Derechos Humanos, en su Declaración Universal de 1948, como valores que tiene vigencia y rigidez más allá de cualquier tradición cultural y civilización. Se trata de “verdades” meta-física y esenciales (tal como la idea platónica o el dogma cristiano) que no pueden ser transformadas ni modificadas por una cierta cultura.

Si bien es cierto que siempre fueron sostenidas verdades “supraculturales”, éstas normalmente han sido declaradas y definidas como tales por una cierta cultura, normalmente la dominante. La idea del ser humano, tal como ha sido definida por la filosofía grecorromana y perpetuada por la tradición cristiana, refleja, sin embargo, un sesgo cultural determinado: se trata del “ideal” masculino, adulto, sano, heterosexual y libre. Los Derechos Humanos en su Declaración Universal de 1948, reflejan un espíritu liberal e individualista, espejo de una tradición filosófica particular.

La supra o metaculturalidad “resuelve” el problema de la universalidad o universalización de ciertos valores, verdades y significados por el recurso a un a priori humano y lógico (la llamada “filosofía perenne2), sin tomar nota de la “culturalidad” misma de este supuesto a priori, consecuencia: Se llega a universalizar o hipostasiar (elevando a una esencia más allá de tiempo y espacio) una cierta cultura particular, en desmedro de un sinnúmero de respuestas alternativas a la misma cuestión. Respecto a la filosofía, la tradición occidental se ha concebido ( y lo sigue haciendo) no sólo como la dominante o mejor, sino como la única y universalmente válida. Su afán supra- o metacultural se expresa en el rechazo de asumir su propia contextualidad cultural, considerando expresiones como “teología occidental” como tautológica y “filosofía indígena” como contradictoria. Cuando, por ejemplo, se empieza a hablar de “teologías o filosofías contextuales”, occidente se excluye y se refiere a teologías, filosofías no-occidentales, como si la propia teología o filosofía no fuera contextual.

Superculturalidad

Este concepto establece una jerarquía entre las culturas existentes, de modo que una cierta cultura se siente “mejor” y “superior” (del latín súper: más que; por encima de) en comparación con las demás culturas. La “súper-cultura” domina a las demás que son consideradas “sub-alternas”.

El proceso por el cual una cierta cultura (o civilización) llega a un dominio hemónico sobre las demás, no tiene que ver en primer lugar con una “superioridad” intrínseca, sino con procesos políticos, económicos y militares. La súper – cultura en la antigüedad occidental fue la griega, seguida por la Romana, pero al mismo tiempo había ya un súper – cultura China en un ámbito geográfico todavía incomunicado. La súper- cultura pre- colonial en los Andes fue la incaica, pero al mismo tiempo existió en Mesoamérica, por ejemplo, la súper- cultura maya.

Recién en la era de la modernidad occidental y su expansión mediante el colonialismo, una sola súper- cultura la occidental supo imponerse, secundada por las ciencias, la tecnología, la religión y el ejército. A través de la globalización neoliberal que empieza en los ochenta del siglo pasado, impulsada principalmente por EE. UU., una nueva “súper- cultura” empieza a dominar; a este se suele llamar la “cultura” del consumismo, hedonismo e individualismo norteamericano, o simplemente la “cultura coca-cola” que corresponde a una súper –potencia económica y militar.
Sin embargo, hoy en día apreciamos muchos indicios de una crisis profunda de esta súper-cultura.

La ideología de la “superculturalidad” sostiene el carácter jerárquico y asimétrico de las relaciones entre culturas; no puede haber equidad y simetría cultural, porque haya “mejores” y/o “peores” culturas, lo que se traduce- en ideología del desarrollismo- en culturas “avanzadas” y culturas “retrógradas”. En el supuesto “choque de civilizaciones” (Samuel Huntington), la “civilización occidental” avanzada se ve frente a una “civilización musulmana” retrógrada (en Afganistán se habló de una cultura “bárbara”). Lo mismo se puede ver también en muchos de los países latinoamericanos: Una élite blancoide y mestiza viene defendiendo la “superioridad” de la cultura occidental (ciencia, tecnología, religión) frente a las culturas indígenas consideradas “anticuadas” y “primitivas”.

Transculturalidad

El concepto de “transculturalidad” (de latín trans: más allá de; por medio de) toma en cuenta los procesos históricos de cambio y transformación culturales. Una cultura real es el resultado de múltiples superposiciones, interferencias, modificaciones, negociaciones, selecciones y reestructuraciones de elementos culturales diversos que llevan a una “hibridación” Cultural. Las culturas de ayer se han “trans-cedido” hacia las culturas actuales, y las culturas de hoy va a “trans-ceder” hacia culturas inéditas.

La llamada “cultura occidental”, por ejemplo, es el resultado “trans-cultural” de la cultura grecorromana (helénica) y judeo cristiana (semita), y la “cultura andina” actual es el efecto “transcultural” de una cultura pre-colonial inca tiwanakota-wari-pucara y la cultura hispana Europea. En el proceso de “transculturación”, puede haber mecanismos de violencia y dominación como en el caso de América Latina-, pero también pueden darse ejemplos de un proceso más o menos orgánico (como las subculturas de las “tribus urbanas”).

Cada cultura existente, por más pura que se crea, ha pasado por procesos de “transculturación”. Y este proceso no se detiene, aunque nadie sabe cómo van a ser estos procesos en el siglo XXI. Lo que era lo andino en tiempos pre-coloniales, no es lo “andino” de hoy día y seguramente lo “andino” de mañana va a diferir tanto del uno como del otro.

Si el proceso de transculturación se articula con el intercambio y diálogos interculturales, se suele hablar de un proceso de “inter-transculturación”.


Etnocentrismo

Antes de pasar a esta profundización, es preciso decir algunas palabras sobre un concepto que se usa últimamente con mayor frecuencia y énfasis. La palabra “etnocentrismo” (tal vez mejor hablar de “culturocentrismo” o “centrismo cultural) quiere decir que una cierta filosofía, concepción del mundo, religión e ideología se apoya para su validez en la perspectiva de una “etnia” (pueblo; nación) determinada e interpretada todos los fenómenos desde este punto de vista peculiar.

En principio, todos y todas tenemos nuestra perspectiva cultural de origen. Juzgamos entonces los fenómenos que se nos presentan dentro de los parámetros culturales propios. Como andinos/ as nos parece “raro” que los/as hindúes no se dan la mano ni se abrazan, que las y los musulmanes no coman carne de cerdo y que las wawas de los/as Europeos /as no duerman con sus padres. Este “asombro” por la alteridad cultural puede convertirse en una postura culturo- o etnocéntrica 8que pone al centro la propia cultura y/o etnia), cuando empezamos a emitir juicios de valor: “lo nuestro es mejor que lo otro”.

Existen muchos tipos de “etnocentrismo”, empezando por un eurocentrismo u occidentocentrismo aún fuertemente presente, incluso entre miembros de culturas no –europeas. Por la formación “eurocéntrica” de gran parte de la población de América Latina, hemos hecho “nuestro” el punto de vista ajeno, nos hemos llenado de “introyectos” foráneos que determinan a la hora de nuestros juicios de valor. Este tipo de “alienación cultural” conlleva tradiciones culturales, una suerte de apostasía cultural, sobre todo en las relaciones inter- generacionales.

Pero también hay etnocentrismos regionales, tal como, por ejemplo, la exaltación de una identidad “camba” o “colla” y una lectura totalmente sesgada de la realidad multicultural de Bolivia. Existen un etnocentrismo Chino que exalta la etnia han, un etnocentrismo hindú del movimiento hindutva, un etnocentrismo ruso frente a las minorías no-rusas de la Federación Rusa, etc.

Ejemplo de dos culturas de tipo ideal

Culturas individuales Culturas colectivas
Identidad a través de “Yo”. Identidad a través del “nosotros”.
Objetivos individuales. Objetivos grupales.
Lo que ocurre entre individuos tiene prioridad. Lo que ocurre en el grupo tiene prioridad.
Interacción voluntaria. Interacción obligatoria.
Liderazgo de personas. Liderazgo del grupo.
Mundo occidental nor-atlántico Mundo indígena, árabe, africano, asiático.

Intraculturalidad

La intraculturalidad no tiene que ver con relaciones entre diferentes culturas, sino con relaciones y características dentro (intra: latín para adentro, dentro de) de una misma cultura. La gran mayoría de relaciones que entablamos en nuestras vidas, son intraculturales, salvo en el caso que somos inmigrantes de otra cultura o viajamos con gran frecuencia a lugares de contextos culturales distintos.

Las relaciones intraculturales normalmente no encuentran los problemas que se nos plantean en contextos interculturales. El ámbito de la intraculturalidad no es coextensivo con fronteras nacionales, ni con un territorio geográfico, sino tiene que ver con una cierta identidad cultural (por ejemplo la quechua) que puede ser trans-nacional (desde Colombia al norte de Argentina). Las relaciones intraculturales se sirven normalmente de un idioma común, de códigos culturales. Eso suele ocurrir cuando no todos los miembros comparten los valores y las costumbres considerados “esenciales” de la cultura en cuestión y hacen el uso del derecho a la “disidencia cultural”. Una persona de procedencia europea, por ejemplo, puede compartir, en general, los valores culturales de la tradición europea (la ilustración, el pensamiento democrático, la emancipación de la mujer), pero puede “disentir” respecto a la identidad religiosa y convertirse en monje budista. O una persona indígena aimara puede compartir los ritos andinos y su espiritualidad, pero emplear una relacionalidad altamente capitalista a la hora de realizar negocios.

Interculturalidad

Por fin el concepto de “interculturalidad” (de latín inter: entre) presupone la multi-y transculturalidad y ofrece otro modelo de “universalidad” que no sea supracultural. La “interculturalidad”- de la que trata el presente trabajo – describe relaciones simétricas y horizontales entre dos o más culturas, a fin de enriquecerse mutuamente y contribuir a mayor plenitud humana. En esta ocasión, no vamos a profundizar más el concepto que nos ocupará en los siguientes capítulos.

Resumen

En ningún momento de la historia, alguna cultura se ha quedado estática o pura, o suspendida en el tiempo. Las diversas culturas han estado siempre en contacto de algún modo u otro. Esta materialidad de las relaciones culturales ha dado lugar a cierta clasificación de las formas asumidas históricamente:

• Multiculturalidad, primer momento de percatarse de la diversidad cultural.
• Intraculturalidad, cuando hablamos de relaciones hacia dentro de cada cultura.
• Etnocentrismo, del punto de partida privilegiado para cada cultura de acercamiento a las otras.
• Transculturalidad, cuando las culturas devienen en el tiempo hibridándose por el contacto con otras.
• Metaculturalidad, actitud de encontrar verdades metafísicas válidas para todas las culturas, aun sabiendo que son miradas particularísimas de una sola cultura: como los DD. HH.
• Superculturalidad, cuando una cultura avasalla a las otras por meritos que se consideran intrínsecos a ella cuando en realidad con políticos militares coyunturales.
• Monoculturalidad, cuando es una sola cultura la que hegemoniza sobre otras: como en la constitución de las naciones modernas.
• Interculturalidad, cuando el encuentro implica enriquecimiento mutuo.


Tomado del libro "Interculturalidad" de Josef Estermman

I T A C A






K Kavafis

Cuando emprendas el viaje hacia Itaca
ruega que sea largo el camino,
lleno de aventuras, lleno de experiencias
A los lestrigones, a los Cíclopes
o al fiero Poseidon, nunca temas
No encontrarás trabas en el camino
si se mantiene elevado tu pensamiento y es exquisita
la emoción que toca el espíritu y el cuerpo.
Ni a los Lestrigones, ni a los Cíclopes
ni al feroz Poseidon has de encontrar,
si no los llevas dentro del corazón,
ni los pone ante tí tu corazón.

Ruega que sea largo el camino.
Que muchas sean las mañanas de verano
en que - ¡con qué placer¡ ¡con qué alegría¡-
entres en puertos nunca antes vistos.
Detente en los mercados fenicios
para comprar finas mercancías
madreperla y coral, ámbar y ébano
y voluptuosos perfumes de todo tipo,
tantos perfumes voluptuosos como puedas.
Ve a muchas ciudades egipcias
para que aprendas y aprenderás de los sabios.

Siempre en la mente has de tener a Itaca
Llegar allá es tu destino.
Pero no apresures el viaje.
Es mejor que dure muchos años
y que ya viejo llegues a la isla,
rico de todo lo que hayas guardado en el camino
sin esperar que Itaca te de riquezas.
Itaca te ha dado el bello viaje.
Sin ella no habrías aprendido el camino.
No tiene otra cosa que darte ya.

Y si la encuentras pobre, Itaca no te ha engañado
sabio como te has vuelto con tantas experiencias,
habras comprendido lo que significan las Itacas.