domingo, enero 23, 2011

Políticas Lingüísticas para la región Puno




Walter Paz quispe Santos


Uno de los temas de agenda en el desarrollo regional de Puno, es la construcción de políticas lingüísticas (y también culturales) que busquen que el futuro ciudadano regional viva a plenitud su ser y sea un actor del desarrollo de su destino. Las políticas lingüísticas estratégicamente implementadas a través de la educación permiten afirmar la identidad ciudadana intracultural y buscan un diálogo sostenido intercultural con otras realidades y culturas del mundo global.

El tiempo actual ya no está para practicar el monolingüismo castellano y pensar que aprenderlo a medias como ocurre en la actualidad nos garantizará el éxito social y cultural, tampoco pensar que el monolingüismo aimara o quechua es la única garantía para desarrollar procesos de diálogo en un mundo cambiante. Las exigencias de este tiempo hacen que con urgencia discutamos un tema que apoyará decididamente en la educación de las nuevas generaciones en un bilingüismo que se denomina de doble vía. Esto quiere decir, que necesitamos aimaras que hablen bien el inglés, o castellano hablantes que hablen bien el quechua, ingleses que hablen el quechua, o quechuas que dialoguen muy bien con performance en castellano. Lo que en realidad existe es un fenómeno lingüístico llamado semilinguismo, es decir, no se domina ninguna de las lenguas y todo se habla mezclado y mal.

Y este fenómeno supone que en el desarrollo sociocultural y lingüístico se planifiquen las lenguas para su uso y empleo en la enseñanza de la educación, así como muchos países desarrollados los realizan, superando el estigma de pensar que debe existir una sola lengua y nada más. Son raras las sociedades monolingües, lo más presente es el plurilingüismo no planificado. Esto quiere decir que de una sociedad plurilingüe pasemos a constituirnos en una sociedad multilingüe a nivel personal y social. Las relaciones de conflicto y los dolorosos desencuentros entre los peruanos son producto de esas incomprensiones. Ya lo dijo José María Arguedas, somos una sociedad de “todas las sangres” pero que esas sangres no pueden dialogar, no pueden comprenderse.

Lo más común en muchos educadores es prohibir a que hablen en aimara y quechua, exigir a que aprendan “bien” el castellano y que conozcan la gramática inglesa. Pero muchos estudiantes después de vivir la experiencia de la escolarización por catorce años, no logran aprender ninguna de las lenguas como es debido. Por eso, es urgente discutir, planificar y normalizar las lenguas de la comunicación y enseñanza en el aula y la institución escolar. Esto supone colocar en la agenda escolar: el aimara y quechua, el inglés, el portugués, el castellano, pero de manera planificada y pensada desde la construcción de políticas lingüísticas regionales hasta la concreción de un proyecto lingüístico de centro educativo y de aula en el marco de proyecto curricular regional.

Las políticas lingüísticas regionales nos permitirán comprender que tanto los estudiantes del medio rural y urbano, tienen derecho a aprender el castellano y el inglés o el portugués, ahora que se hace realidad uno de los corredores económicos como es la carretera transoceánica y que para interrelacionarnos con los brasileños necesitamos dominar el portugués como segunda lengua. Además comprenderemos que el desarrollo regional no se produce renegando de nuestras lenguas originarias como el aimara, quechua, uro. Ninguna sociedad consolidada económicamente ha crecido desde estigma cultural y lingüístico, todas las sociedades latinoamericanas o europeas se han afirmado en la cultura y la lengua para aseverarse económicamente y fortalecerse en su calidad de vida.

Este es uno de los mayores retos que la sociedad regional puneña necesita pensar para afirmar un futuro mayor y de plena convivencia en la interculturalidad e intraculturalidad.

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