domingo, marzo 20, 2011

Imposturas políticas




Walter Paz Quispe Santos

A todos los candidatos que participan de las actuales contiendas electorales pareciera que los han calumniado de políticos. No lo son ni de lejos ni en la sombra que proyectan, al contrario son impostores de la política escondidos en las gigantografías, bambalinas o los spots de la propaganda televisiva y radial. Lo son para desgracia del futuro de la Región Puno, porque el vacio de ideas, la abundancia de hilaridad verbal fatua son las que más sobresalen en los discursos de la campaña electoral.

Impostores que buscan sortearse una curul a costa de la confusión y el absurdo en la propuesta de ideas sobre todo cuando se habla de legislar para la región Puno. El uso y abuso reiterado, farragoso de falacias, creencias superfluas, intuiciones vagas para picar el anzuelo. Y lo son arrogantes que se vanaglorian de mostrarse como sabelotodos cuya tozudez se nota a distancias porque creen que los electores son los ignorantes de siempre. Estas maneras de charlatanería política los convence de que nadie se va a dar cuenta del mal uso que se hacen de las reflexiones sobre el futuro de la región Puno. No sólo son impostores sino además embaucadores con números imaginarios lejos de ser serios estadistas. Cada uno tiene su paquete de electores interpretados y creen conocer su situación o perfil socioeconómico. Y arremeten con todo con el sólo fin de seducirlos, atraerlos para luego estafarnos por cinco años en el Congreso de la República.

Un recuento de las propuestas políticas de estos impostores no hace suponer que vivimos momentos de oscuridad política. No existen ideas claras y dilucidadas sobre un proyecto estratégico sobre el desarrollo de la Región Puno. Nadie plantea un debate político sobre una línea de base de fuente primaria o secundaria, ni establece lineamientos sobre las que ejecutarán una gestión parlamentaria, no existen ni voluntades para realizar una rendición de cuentas a la sociedad puneña de manera periódica. Sólo existe la monserga de siempre, esa que viene adobada de mentira y desconocimiento real de la región Puno.

Esta cultura política basada en la apariencia y no en el ser y su autenticidad de propuestas se atrincheran en jergas sagradas y en discursos que suenan bien. Se dice cualquier cosa con tal de dejar “satisfechos” a los interlocutores electores, como “No a la construcción de la hidroeléctrica de Inambari”, “No la concesión de la minería puneña”, “No la Carrera Pública Magisterial”, “No a la exploración de los hidrocarburos en el anillo circunlacustre del Lago Titicaca”, en síntesis todo es NO. Es decir hay un abuso de lenguajes crípticos que son arma para el bla-bla-bla dictatorial y hueco que muchas veces pasa como un producto político intelectual de primer orden.

Necesitamos realizar una operación de saneamiento político público, desenmascarando a estos impostores de la política regional que en muchos casos tienen su correlato en la clase política nacional que a “magalizado” y ha provocado mayor cinismo, inhumanidad deliberada y programada. Ninguna contienda electoral ha tenido esos ribetes prometeicos y mesiánicos, de poca reflexión sobre una realidad regional. Ciertamente necesitamos de una condición intelectual que muy pocos o la mayoría de los candidatos al congreso no lo tiene, cuyo vacio es llenado por un voluntarismo servil y demagógico, y luego necesitamos de una condición técnica, que lamentablemente en el perfil de los candidatos tampoco existe. Así ya podemos vaticinar sin ser pitonisos el futuro de la región Puno postrado en el atraso de siempre.

Si los electores necesitamos hacer nuestras gigantografías o bambalinas, esas tendrían que contener el siguiente mensaje: se necesitan políticos de verdad y no “políticos impostores”.

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