domingo, setiembre 04, 2011

HIJO DEL VIENTO DE SAMUEL ALVAREZ ENRIQUEZ




Este libro nació como en una compleja comunión entre la vocación, la emoción y el oficio. En el acicate quechua para no desmayar en la singladura espiritual de guiar. En el inestimable fervor relacional de nuestras chakanas, en su constancia por construir una gran atalaya andina. La vida le ha deparado a Samuel Alvarez Enriquez, fortuna para escribir poesía quechua y también el infortunio de ver una luna insultante en el cielo o una doncella quechua generosa en el recuerdo para crear y recrear música y la palabra integral. No sé si son los hados o el azar, pero cuando una cultura se desangra en su rostro desollado, hay que ser militantes en la palabra y en su voz. Ese es el gran mérito de estos poemas: muestran cantos orales breves y extensos de la épica preinka e inkaika en sus sincretismos y la relectura actual.

w.P.

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