lunes, enero 18, 2010
Ideología y discurso homofóbico de la iglesia católica sobre la homosexualidad: a propósito de la IV Conferencia de la Mujer en Pekin
Walter Paz Quispe Santos[1]
“Omne verum, a quocumque dicatur, a Spiritu Sancto est”[2]
(“Toda la verdad, dígala quien la diga, viene del Espíritu Santo”)
Santo Tomas de Aquino
“Qué es una lesbiana? Una lesbiana es la rabia de todas las
mujeres condenadas hasta el punto de explosión”
RADICALESBIANS, 1970.
El presente ensayo tiene la finalidad de realizar un análisis crítico del discurso, más propiamente un análisis del discurso homofóbico de la iglesia católica sobre los homosexuales usando como pretexto la noción de género usada en la IV Conferencia Mundial de la Mujer realizada en Pekín en 1995. El mencionado texto, plantea una nueva visión del género promovida por el movimiento homosexual y lesbiana. La idea de que el género es una construcción sociocultural y que no se trataría de un género dual del varón y la mujer, sino de cinco modelos de género ha suscitado reacciones frontalmente opuestas de parte de los miembros de la Iglesia Católica. La Comisión Episcopal de la Iglesia Católica Peruana ha emitido un documento titulado “La ideología de género: sus peligros y perspectivas” escrito por el R.P. Oscar Alzamora Revodero S.M. La misma que motiva nuestros objetivos de abordarlo desde la perspectiva del ACD y demostrar que se trata de una ideología homofóbica en relación a la homosexualidad.
INTRODUCCIÓN.
La IV Conferencia de las Organización de las Naciones Unidas sobre la Mujer, que tuvo lugar en Pekín en septiembre del año 1995, fue convocada como un llamado para crear un mundo pacífico y justo, humano y equitativo, basado en los derechos humanos y las libertades fundamentales, con inclusión del principio de igualdad para todas las personas. Uno de los temas de agenda fue el hecho común que afecta a las mujeres de todo el mundo de verse relegadas a una condición desmerecida y muchas veces discriminatoria por la mera razón de su condición de género.
La nueva visión sobre el género que plantearon las feministas radicales, eufemismo usado para designar a los homosexuales y lesbianas en la IV Conferencia produjo reacciones adversas por parte de los miembros de la Iglesia Católica quienes rechazaron la nueva perspectiva planteada. El término género fue enunciado con nuevas connotaciones de significado y sentido, la misma que se usó en la Plataforma de Acción para aludir a las relaciones y la asignación de papeles sociales diferenciados entre hombres y mujeres. El uso de este vocablo invoca dos ideas básicas:
a) Si bien las diferencias biológicas entre el hombre y la mujer parecen sustentar una determinada distribución de papeles en la sociedad para cada sexo, ésta asignación no se desprende directamente de las diferencias biológicas, sino que se construye como un hecho determinado por el contexto social, cultural, político y económico. En este sentido, puede decirse que la diferenciación biológica entre hombres y mujeres ha sido utilizada para cimentar una construcción social que establece dos tipos de personas y modos de vida con formas asociadas de ser.
b) La diferenciación entre hombres y mujeres da lugar a un orden jerárquico basado en la supremacía de los hombres y lo masculino y en la desvalorización y subordinación de las mujeres y lo femenino. Esta se expresa en la construcción de estereotipos de género, en la definición de ámbitos sociales de acción para hombres y mujeres, así como en un acceso desigual al poder, las oportunidades y los recursos.
Durante el 39º periodo se las sesiones de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer, realizado en el mes de marzo de 1995, se decidió crear un grupo especializado con el fin de llegar a un acuerdo sobre la interpretación del término “género” en el contexto de la Plataforma. La conclusión de este grupo fue que 1) el vocablo género se había utilizado e interpretado comúnmente en la Plataforma en su acepción ordinaria, tal como ha sido descrita en los párrafos anteriores y que ya había sido aceptada en otras reuniones y conferencias de la Organización de las Naciones Unidas; 2) no hubo indicación alguna de que en la Plataforma de Acción pretendiera asignarse al vocablo otro significado o connotación, sin embargo, los laicos católicos asistentes a la IV Conferencia exigían mantener un concepto de género dual del varón y la mujer en contraposición del concepto de género propuesto por las feministas radicales. Esta confrontación de discursos e ideologías produjo muchas respuestas posteriores de miembros del catolicismo. Uno de ellos es la publicación de un documento de la Comisión Episcopal de la Iglesia peruana que bajo el título: “Ideología de género, peligros y alcances” basado en las críticas que realiza Dale O’leary[3] desde una orientación católica al feminismo de género, la misma que fue escrito por el sacerdote Óscar Alzamora Revodero S.M. y difundido por diversos medios de información electrónicos y manuales en todo el mundo católico y público.
En este artículo analizamos las características del discurso de la iglesia católica expresado por el mencionado sacerdote. Este análisis se basa en el marco del Análisis Crítico del Discurso, y pretende contribuir al estudio del género y aportar al debate sobre el tema dentro de la sociedad y sus instituciones. Así como nos interesa describir el carácter argumentativo de los discursos citados, su intertextualidad y las contrargumentaciones sobre la misma desde la posición ideológica de la iglesia católica. Sin duda dentro de la Iglesia Católica confluyen muchas orientaciones teológicas pero todas tienen una misma concepción de la idea de los sexos de origen natural. Las opiniones y las ideologías implican creencias o representaciones mentales. Por lo que el enfoque adquiere, una perspectiva cognitiva. Por otra parte, las ideologías y las opiniones de un miembro de la iglesia católica no siempre son personales, sino sociales, institucionales y políticas. Por eso nos centraremos en analizar las estructuras y estrategias de deslegitimación que realiza el mencionado sacerdote a las nuevas ideas de género aceptadas en la IV Conferencia de la Organización de Naciones Unidas para la mujer. Al hacerlo sin duda expresaría homofobia y discriminación a algunos sectores de la sociedad.
Nuestro córpus consiste en el texto “Ideología de género, peligros y alcances” publicado por la Conferencia Episcopal Peruana en América Latina[4] y consta de 11 páginas que constituye un discurso institucional de la iglesia católica peruana.
IDEOLOGIA Y DISCURSO
El marco teórico que apoya nuestro análisis es el Análisis Crítico del Discurso, sobre todo el triángulo conformado por las dimensiones discursivas, sociales y cognitivas de un problema específico (van Dijk, 1993, 2003) y enfocado en el análisis de las ideologías implicadas en conflictos sociales de grupo con distintos intereses (van Dijk, 1998). Nos interesará el funcionamiento de las ideologías como principios que sirven a unos intereses y la manera como están implicadas en la explicación de la noción de género. Así como la dimensión normativa de las mismas ya que resumen lo que los miembros del grupo piensan y si están planteadas desde la perspectiva de la dominación, qué y que no deben hacer los integrantes de la sociedad. En suma, un análisis de las representaciones sociocognitivas de las creencias básicas evaluativas, que sirven a los intereses de la iglesia católica y la manera como analizan a otras ideologías de otros grupos como el movimiento de homosexuales y lesbianas o feminismo radical.
La definición cognitiva de ideología (van Dijk, 2003) parte de las cogniciones sociales compartidas por los miembros de grupo. La dimensión social explica qué tipo de grupos se establecen y cuáles son las relaciones que se entablan entre los grupos y las instituciones que participan en el desarrollo y la reproducción de las ideologías. La dimensión del discurso explica como marca las ideologías los textos y las conversaciones de cada día, cómo entendemos un discurso ideológico y qué relación existe entre el discurso y la reproducción de la ideología en la sociedad. Las ideologías son creencias sociales compartidas y no opiniones personales; generalmente hacen referencia a aspectos políticos y sociales importantes para un grupo y para su existencia, como el caso que nos ocupa: la homosexualidad.
Las personas no sólo poseen creencias personales de las experiencias personales; también comparten creencias más generales con los demás, con los miembros del mismo grupo. A estos conocimientos compartidos se les denomina “conocimientos socioculturales” en los que se basan los principios de interacción individual, social e institucional. Estas creencias compartidas forman la memoria social. El conocimiento sociocultural se convierte en un sistema central de representaciones mentales en la memoria social. Las ideologías en cambio están restringidas a ciertos grupos o movimientos sociales. Es decir, a diferencia del los conocimientos socioculturales compartidos suelen generar diferencias de opinión, conflictos y luchas. Esta claro, que un grupo ideológico se define porque sus miembros comparten más o menos la misma ideología como ocurre con los miembros de la iglesia católica o el movimiento feminista radical.
Las relaciones cercanas entre ideologías y creencias evaluadoras, como las actitudes, hacen que también exista una relación directa entre ideologías y valores. De hecho, los dos factores son fundamentales para la memoria social. Mientras que las ideologías aparecen con frecuencia en grupos y generan conflictos o confrontaciones dentro de ellos, los valores tienen una función cultural más general, pero la interpretación de los valores de una manera específica, en función de los grupos y de sus intereses, establecen los principios los soportes de las creencias ideológicas.
Según van Dijk (2003) las ideologías no se organizan arbitrariamente, según él es probable que tengan una naturaleza similar a los “esquemas”; es decir, que surjan de unas categorías convencionales. Las categorías que definen el esquema ideológico derivan probablemente de las propiedades básicas del grupo social. Es decir, si las ideologías fundamentan las creencias sociales de un grupo, la identidad y la identificación de los miembros de éste han de seguir un esquema más o menos fijo de categorías básicas, junto con unas normas de aplicación flexibles que en el presente artículo empleamos como pautas de metodología a seguir para analizar el discurso homofóbico de la iglesia católica.
Por otro lado, las aproximaciones al entendimiento de las ideologías en las prácticas sociales nos conducen a la idea del discurso. Las ideologías determinan nuestras prácticas sociales y de la reproducción discursiva. Los discursos considerado como un acto con significado y como un proceso cognitivo es una parte intrínseca de un marco de interacción y de un contexto social más amplio. Es decir, los discursos funcionan dentro de un contexto, y las diferentes funciones están señaladas a menudo en las estructuras textuales. Muchos significados y funciones se derivan específicamente del hecho de que el discurso se use en un contexto público o privado, en un contexto informal o institucional, etc. La interpretación del discurso se lleva en ese marco y precisamente un análisis profundo intentará las propiedades estructurales del texto con los significados cognitivos del texto y con los sociales y culturales.
EL DISCURSO DE LA MORAL CRISTIANA DE LA IGLESIA CATOLICA.
La homosexualidad como tópico[5] es uno de los temás más inquietantes para los miembros de la iglesia católica, sobre todo en la reproducción discursiva de la homofobia y discriminación contra las minorías de gays y lesbianas. Por ejemplo Llamas (1998) sostiene que la supuesta bondad de la iglesia católica y demás variantes del cristianismo, se sustenta en una teórica racionalidad de la ley y en un pretendido consenso sobre la administración de la justicia y de la moral. Las líneas maestras del pensamiento de la diferencia sexual propugnada por las iglesias cristianas y desde los poderes legislativos y judiciales han instaurado un régimen hostil basado en la moral cristiana. La moral cristiana entendida como un conjunto de valores fundada en la Biblia y los preceptos religiosos, establecen reglas de actuación y comportamiento que se proponen o se imponen a las personas que viven en una comunidad. Por tanto, referirnos al discurso de la iglesia católica y demás iglesias cristianas implica pues dar relevancia a los sistemas articulados de valores que una moral excluyente con otros grupos que sustentan una concepción de moral diferente a los del cristianismo.
Por otro lado Llamas (1998) también señala asociar los discursos establecidos en torno afectos y placeres entre hombres o entre mujeres con las doctrinas de las iglesias cristianas no deja de ser una convención. Pero su influencia ideológica es innegable en nuestra sociedad, tanto así que pauta el desarrollo de las actitudes y valores dentro de los grupos y las personas que aceptan el cristianismo como norma. Llamas encuentra las siguientes características del discurso de la moral cristiana de la iglesia católica: frente a las aproximaciones científicas y frente al lenguaje popular, se caracterizan por una sorprendente parquedad terminológica; en lo que a su contenido se refiere, observa la recuperación y reformulación de argumentos morales propios y de otras tradiciones. En lo que a la especificidad de sus formulaciones se refiere, establece el mantenimiento de un precario equilibrio entre las escasas referencias que pudieran considerarse condenatorias en los textos “sagrados” y la connivencia con otros sistemas de control social y de elaboración de discursos.
La ideología de la iglesia católica por otro lado, es sistemáticamente presentada como única, objetivamente válida para todo el grupo de fieles y los grupos ajenos a él. Según la Iglesia católica cualquier sistema moral que aspire a postular la validez general de sus principios necesita, para ser tenido en cuenta, apelar a principios tan universales como la propia realidad del deseo. Existe una última razón para considerar la visión que tiene la tradición eclesiástica para considerarse “más moral” que otras posibles. Esta razón no es otra que el privilegio que gozan sus argumentos a la hora de establecer normas de control, censura, represión y exclusión implementadas por terceras instancias desde supuestos de coherencia e independencia. Los sistemas morales cristianos presentan postulados absolutos, pero reconocen inevitables rupturas en cuanto a su cumplimiento. Si el ideal de existencia moral tiene sus referentes simbólicos precisos, por ejemplo para la iglesia católica, la vida de Jesús, de María o del amplísimo catalogo de santas, beatos y mártires, según esa tradición, la Humanidad es, desde Eva portadora de pecado y pecadora.
METODOLOGÍA
En el análisis del discurso ideológico perteneciente a la Iglesia Católica nos detendremos en el conjunto de estrategias retóricas y argumentativas que sirven como formulas de deslegitimación de la posición ideológica del feminismo radical. El formato que nos ayudará a dilucidar la estructura de la misma (van Dijk, 1998) es el siguiente:
Pertenencia: ¿Quiénes somos? ¿De donde venimos? ¿Qué aspecto tenemos? ¿Quién pertenece a nuestro grupo? ¿Quién puede convertirse en miembro de nuestro grupo?
Actividades: ¿qué hacemos? ¿Qué se espera de nosotros? ¿Por qué estamos aquí?
Objetivos: ¿por qué hacemos esto? ¿Qué queremos realizar?
Valores / Normas: ¿Cuáles son nuestros valores más importantes? ¿Cómo nos evaluamos a nosotros mismos y a los otros? ¿Qué debería (o no debería) hacerse?
Posición o relaciones de grupo: ¿cuál es nuestra posición social? ¿Quiénes son nuestros enemigos, nuestros oponentes? ¿Quiénes son como nosotros y quienes son diferentes?
Recursos: ¿Cuáles son los recursos sociales esenciales que nuestro grupo tiene o necesita tener?
Estas categorías formuladas por van Dijk (1998) parecen ser los elementos de evaluación de los grupos sociales y las condiciones de su existencia y reproducción. En conjunto definen la identidad como los intereses de grupo. De modo que el esquema nos servirá para analizar las representaciones de las propiedades básicas de los grupos y sobre todo las creencias ideológicas.
Así mismo identificaremos las estrategias básicas para el análisis del discurso ideológico a partir de las formulaciones: Poner énfasis en Nuestros aspectos positivos. Poner énfasis en Sus aspectos negativos. Quitar énfasis de Nuestros aspectos negativos. Quitar énfasis de Sus aspectos positivos.
Además Teun van Dijk (1996) presenta un esquema que nos ayudará a la descripción o atribución positiva para corroborar los aspectos antes señalados:
Descripción / atribución de acción positiva
Grupo de pertenencia (ingroup)
Grupos ajenos (outgrup)
Énfasis
Aserción
Hipérbole
Topicalización.
- Oracional (micro)
- Textual (macro)
Alto, posición prominente
Poner en encabezado, resumir.
Descripción detallada
Atribución a la personalidad
Explícito
Directo
Ilustración narrativa
Soporte argumentativo
Control sobre la imagen.
Sin énfasis
Denegación
Subestimación
De-topicalización
Bajo, posición no prominente.
Marginación.
Vaguedad, descripción general.
Atribución de contexto.
Implícito.
Indirecto
Sin narración
Sin soporte argumentativo.
Sin control sobre la imagen.
Por otro lado, prestaremos mucha atención a las estrategias de deslegitimación que pueden sustentarse en las estrategias de presentación negativa del otro, y las implicaturas[6] religiosas, políticas, globales y locales, derivadas de la macroestructura y microestructura, y otros procedimientos de deslegitimación. Los actos de legitimación y deslegitimación son casi siempre discursivos, por lo que intentaremos considerar las características lingüísticas, discursivas y comunicativas. Así como los actos de legitimación se realizan a través de discursos persuasivos y manipulativos, consideramos que los actos de deslegitimación recurren a los mismos procedimientos, mostrando las acciones censurables o controvertidas y su justificación en base a una moral, a la que prestaremos mucha atención.
DEFINICIÓN DE LA SITUACIÓN.
El Discurso se inicia con la Definición de la situación, que es una categoría esquemática inicial muy común en discursos ideológicos. Esta categoría es importante porque marca el punto de partida para deslegitimar las ideas del adversario u oponente, y sobre todo porque la manera de describirlas nos permite dilucidar algunas implicaciones sobre las causas, motivos, consecuencias y evaluaciones. Además, con esta categoría se busca realizar una contrargumentación a los argumentos con lo que un determinado grupo social legitima a través de la institucionalización o normativización de una reinvindicación o conquista social. En el caso que nos ocupa, el movimiento feminista radical o grupo de homosexuales y lesbianas logra legitimar la noción de género la misma que es concebida como una construcción sociocultural, y lo hace ante un organismo internacional como es la Organización de las Naciones Unidas. Tal legitimidad significa la institucionalización y la oportunidad de abandonar la situación invisible en que se encontraban los mismos. Lo que para la Iglesia Católica promotora de un modelo de género dual del varón y la mujer de origen natural, significa un rompimiento de las doctrinas, normas, reglas que sustentan la noción de familia, el placer, cuerpo y los compromisos afectivos, y no sólo eso; sino también las libertades y los derechos individuales, la integración y la justicia social, la moralidad y la tolerancia, la salud y el bienestar físico y psicológico. Y lo hace recurriendo a las estrategias de “Poner énfasis en sus aspectos negativos” sobre la idea de género y las implicaciones morales para la sociedad. Para ello lo hace aprovechando la “autoridad” que corresponde a la iglesia católica.
(1) “Se ha estado oyendo durante estos últimos años la expresión “género” y muchos se imaginan que es sólo otra manera de referirse a la división de la humanidad en dos sexos, pero detrás de la palabra se esconde toda una ideología que busca precisamente hacer salir el pensamiento de los seres humanos de esta estructura bipolar”
Puesto que la iglesia tenía y tiene tradicionalmente la función de señalar lo bueno de lo malo, lo correcto de lo incorrecto, en esta parte podemos realizar una primera inferencia y es que para el catolicismo la nueva noción de género como construcción sociocultural, es un pensamiento equivocado, negativo, hereje porque no guarda relación con los postulados eclesiales. Luego al hacer referencia a la posición de la nueva noción de género deslegitima al movimiento de homosexuales y lesbianas o grupo feminista radical, al no mencionarlo directamente y utiliza el eufemismo: “los proponentes de esta ideología” y muchos otros más que van apareciendo a lo largo del discurso. Para seguidamente usar una forma sumamente persuasiva la expresión “quieren rebelarse contra esto” lo que trae consigo muchas otras inferencias: que la iglesia como institución con poder debe oponerse a este nuevo modelo porque choca frontalmente con sus intereses, que los miembros de la iglesia, incluidos laicos, fieles y demás creyentes no se dejen persuadir por esas nuevas posiciones, que se atenta contra la moral defendida por la iglesia, que lo permitido y prohibido de acuerdo con esta nueva noción como consecuencias religiosas son peligrosos para sus credos y que el lenguaje que se usa para explicar la nueva realidad del género es equivocado, etc. La forma como se desarrolla la presentación tiene las características de una advertencia es decir para que ese discurso no se filtre en la sociedad y que en ese afán la iglesia cumpla su misión de tomar una posición sobre el peligro que implica para la sociedad. En suma diremos que son las implicaturas religiosas del discurso y una definición global de la situación o problema.
Luego el sacerdote Oscar Alzamora emplea la cita literal de “los proponentes de esta ideología” específicamente un discurso citado directo, la que corresponde a un procedimiento de cita, un discurso reproducido de Judith Butler, conocida feminista radical, del libro “El problema del género: el feminismo y la subversión de la identidad”, y esto nos llama la atención en nuestro análisis porque generalmente las citas se realizan recurriendo a la autoridad del autor para apoyar un argumento, o expresar deferencia, respeto y veracidad; pero en este caso las numerosas citas usadas de las ideas de los miembros del feminismo radical, por lo que podemos cotejar (38 citas en total) se emplean para guardar distancia y duda y señalarlos como procedentes de autoras controvertidas y cuya inferencia inmediata es de lectura no recomendada por la iglesia católica.
Para comentar la cita de Butler el sacerdote emplea la comparación y lo hace como tomado de un cuento de ciencia y ficción, esta forma de deslegitimar asumiendo que esas lecturas sólo son admisibles en los cuentos de ficción, muestra la intolerancia de la iglesia a las ideas contrarias a sus doctrinas y reflexiones teológicas. Luego acompaña las imprecisiones como “desde hace varios años” o “prestigiosas universidades norteamericanas” que es otra estrategia de significado denominado “vaguedad” una expresión difusa, acerca de la identidad y el número de las instituciones universitarias implicadas en la difusión de la nueva idea de género. Lo que nos permite interrogarnos sobre su propósito: ¿no implicarse en debates con el mundo académico universitario norteamericano? ¿Falta de información sobre las universidades y el tiempo de existencia de las ideas contrarias?
La polarización y categorización de la iglesia católica y el grupo de homosexuales y lesbianas o feminismo radical, se puede verificar desde el principio del discurso: para referirse a ellos mismos se emplea las expresiones: “muchos” (adverbio de cantidad) (nosotros) y para el feminismo radical (ellos) se usa: “los proponentes de esta ideología”, “otros”, “feministas del ‘genero’”, “promotores de esta perspectiva”, etc. La finalidad de la estrategia es que el lector advierta la suposición de que los que están en desacuerdo con las ideas del feminismo radical son mayoría en cambio “ellos” son una minoría. Estrategia muy común en las tareas de deslegitimación en temas de importancia pública y general, donde se deja entrever que esas ideas no tienen consenso.
Por otro lado se hace referencia de la IV Conferencia Mundial de las ONU sobre la Mujer realizado en setiembre de 1995 en Pekín como el escenario de inicio de la campaña de difusión de la “nueva perspectiva”. La alusión a la IV cumbre tendría muchas motivaciones: una de ser ilegítima porque las ideas de la iglesia católica no han sido aceptadas por la mayoría de asistentes, porque como organismo mundial de las naciones unidades reivindica y convierte como norma legítima por lo tanto sujeto de derecho para los homosexuales, o por qué las resoluciones, acuerdos, prerrogativas, de esa cumbre no deben tomarse en cuenta sobre todo en países en vías de desarrollo, etc.
PRESENTACION NEGATIVA DEL OTRO: DESLEGITIMANDO DEFINICIONES.
En esta parte la estrategia de presentación negativa del otro es general, así como escoger citas con argumentos de la posición feminista radical para luego contra argumentarlos con el propósito de deslegitimarlos, también se emplea la estrategia de tipificación específica para demostrar la preocupación de la evaluación de las consecuencias de los cambios que sugieren la nueva noción de género, como veremos a continuación: el sacerdote Oscar Alzamora emplea la narración de los sucesos de Pekín con el propósito de mostrar ejemplos e ilustraciones y presentar cómo los delegados procedentes de países católicos y de Santa Sede fueron sorprendidos por los difusores de la nueva perspectiva, asumiendo de este modo la posición de víctimas de manipulación. Por otro lado la definición de género de la Directiva de la conferencia de la ONU fue:
(2) “El género se refiere a las relaciones entre mujeres y hombres basados en roles definidos socialmente que se asigna a uno u otro sexo”
La misma es descalificada como “confusa”, “temeraria” y acompaña esas afirmaciones con una cita directa sobre la nueva noción de la feminista radical Bella Abzug, ex diputada del Congreso de Estados Unidos, descalificándola de este modo y quitándole legitimidad, y la alusión directa como habíamos sostenido al comienzo de este análisis es con el propósito de identificarla como no aceptada para la iglesia.
Las definiciones que no guardarían armonía ni relación con los preceptos de la iglesia católica y difundidas en la cumbre según el sacerdote Alzamora son: Hegemonía entendido como construcción social, Deconstrucción como tarea de denunciar el lenguaje hegemónico, Patriarcado como institucionalización del control masculino sobre la mujer, Perversidad polimorfa, sexualmente polimorfo con el que el deseo sexual puede dirigirse a cualquiera, Heterosexualidad obligatoria donde se fuerza a pensar que el mundo está dividido en dos sexos que se atraen mutuamente, Preferencia u orientación sexual entendido como diversas formas de sexualidad y la homofobia concebida como temor a las relaciones de personas del mismo sexo. El parafraseo de estas definiciones se muestra como “peligrosa agenda” cuyas implicaciones significativas son que sobre esos tópicos deben prestar mayor atención la iglesia porque atentan con las doctrinas católicas por un lado, y por el otro para quitarle legitimidad. Recordemos que este texto ha sido redactado como una respuesta a los acontecimientos de la IV Cumbre de Pekín, y por lo tanto el público lector al que está dirigido es preferentemente cristiano y que necesita alguna orientación sobre temas contrarios a los preceptos religiosos. Y se añade la fuente: “Re-imagen del Género” texto empleado en “un prestigioso collage norteamericano”.En esta parte nuevamente la vaguedad es empleada como recurso discursivo sin mayores explicaciones. Así como las cita consiguiente que es tomado del libro de Adrienne Rich que no es citada en el mismo texto como ocurren con los demás textos citados hasta el momento, sino colocado a pie de página arbitrariamente, pero igualmente la estrategia es de descalificarla.
TEMAS “QUE SE PROPAGAN CON MAYOR FUERZA”
Se emplea la frase “suficientemente reveladoras” a los intereses de la iglesia las citas y tópicos hasta ahí esgrimidos por los “otros” y hace alusión a otros postulados que se “propagan con mayor fuerza” cuyas implicaturas religiosas negativas cotejamos a continuación: se cita el texto de Lucy Gilber y Paula Webster, de quien abstrae la noción de clase y la suposición de desigualdad como motivación para deconstruir el género como un preámbulo para abordar los temas con un nivel de descripción específica, por lo que inferimos que son preocupaciones esenciales para la iglesia católica, y son “feminismo de género”, “Neo marxismo”, “Cuando la naturaleza estorba”, “Una buena excusa: la mujer”, “Roles socialmente construidos” y otros donde el autor del texto recurre a la estrategia del contraste porque son tópicos que son conflictivos, y muestran una lucha de dominio sobre los mismos, y la mejor forma de hacerlo es descalificándolo como se había advertido hasta el momento; debido a que son definiciones y conceptos no compartidos; sino no que gracias a la IV cumbre tienen legitimidad como norma y están amparados nada menos que por la Organización de las Naciones Unidas; y al estarlo, la iglesia católica busca desconocerlo en todas las instancias y en todos los ámbitos sociales posibles; porque su aceptación significaría perder el poder que mantienen hasta los tiempos actuales, por ejemplo como consecuencia la aceptación del matrimonio de homosexuales.
Para cumplir sus objetivos de deslegitimar al grupo de homosexuales y lesbianas o feminismo radical, el sacerdote peruano Oscar Alzamora hace un contraste con el feminismo de equidad. La comparación según se puede cotejar, es necesaria según las ideas de Christina Off a cuyas citas recurre para diferenciarlo del otro modelo, porque los postulados de este modelo, son concordantes con los postulados de la iglesia. Con ese propósito parte de una interrogante y procede a evaluar los postulados de cada uno de ellos y la misma cita de Off sirve para concluir la validez moral y igualitaria del postulado del feminismo de equidad en contra de los “otros” y el discurso subyacente es recurrente a las ideas antes inferidas: género como construcción sociocultural de las “feministas de genero” y “mujer” como sustitución de “género” en la perspectiva del “feminismo de equidad”. Y se hace una especificación al borrador del “Programa de acción” del 27 de febrero, calificando de ambiguo, siendo otra estrategia de deslegitimación.
En relación al tema “Neo Marxismo” cita a Dale O’leary confiriéndole autoridad sobre temas feministas, y claro, esta autora señala que el “feminismo de género” tendría un origen neo marxista, sobre todo en el empleo de las nociones de “lucha de clases”, y dos expresiones sumamente importantes semánticamente: opresor y oprimido, y le brinda a dicha lucha un carácter bélico, al usar el sustantivo “batalla” para reconstruir la sociedad. Y por otro lado emplea las ideas de Frederick Engels como el precursor de las bases de la unión entre marxismo y feminismo, al sostener que el primer antagonismo en la historia es del hombre y la mujer y la primera opresión de una clase por otra. Y luego hace referencia a la feminista radical Shulamith Firestone quien afirma la necesidad de destruir las diferencias de clases y de sexos. Estas paráfrasis argumentativas que en retórica son usados como aparentes argumentos de autoridad, le sirven al sacerdote autor del texto, para hacer notar una implicatura muy importante para sus fieles: la vieja confrontación entre marxismo y la iglesia. Las ideas marxistas como sabemos, en el seno de la iglesia católica son proscritas por sus tesis ateas, y asociar el feminismo de género con el marxismo es una estrategia eficaz de deslegitimación.
Cuando abordamos la estructura temática de “cuando la naturaleza estorba” desde el subtítulo, se plantea el carácter “contranatura” de la tesis feminista radical. El argumento escogido es el que corresponde a la misma Shulamith Firestone cuyo contenido básico es: no se puede justificar la discriminación de clases por sexos sobre la base de orígenes en la naturaleza. Identifica sus consecuencias usando la metáfora “una guerra a la naturaleza” y enfatiza la no existencia de sexos sino “orientaciones sexuales” como argumentos identificados en relación al mencionado grupo y la naturaleza. Además de la diferencia identificada o calificada como “enemiga” en la ideología en cuestión. Este énfasis puesto en el tópico le sirve al autor para contraargumentar con una paráfrasis bíblica: sobre la creación del hombre y la mujer a imagen y semejanza de Dios y sus diferencias naturales. Según la doctrina católica citar la Biblia aunque sin mencionarlo es un argumento de peso y de autoridad, y la justificación de sus implicaturas los conocemos ampliamente. Este contrargumento puede ser considerado incluso como una respuesta teológica contra “el ataque a la naturaleza” otra metáfora bélica usada en el texto. Enseguida se hace alusión a reflexiones estadísticas para poner énfasis en las diferencias naturales del varón y la mujer. Así mismo presenta muchas referencias de los postulados de los “otros” y para el efecto cita a Ann Ferguson y Nancy Folbre cuyo argumento general es: establecer una cultura feminista revolucionaria fuera del patriarcado. Y para cuyo fin plantean cuatro claves de “ataque”. Nuevamente como se puede advertir se emplea el verbo “ataque” que no se específica si corresponde a las expresiones de las autoras feministas o un empleo de la expresión en la construcción oracional del autor, pero cuyo significado tiene relación directa a las acciones bélicas. Las cuatro claves son reivindicativas para el movimiento homosexual. La misma expresión puede ser inferida como un “ataque” a los intereses de la iglesia católica.
En relación al subtítulo “Una buena excusa: la mujer” empieza calificando de “peculiar” y colocando entre comillas “la agenda feminista” y usa como argumento de autoridad de Dale O’leary para parafrasear sus ideas y plantear las consecuencias de las ideas del movimiento cuestionado como es separar a la mujer del hombre y no mejorar a la mujer. El grado absoluto de autoridad conferida a Dale O’leary es enfatizado con la denominación de “experto” y hace alusión a los objetivos feministas radicales que no buscan objetivos menores sino mayores. Se recurre a la cita de Heidi Hartman de quien enfatiza sus argumentos con la finalidad de deslegitimarlo sobre todo la idea: las causas de desigualdad sexual entre mujeres y hombres, y del dominio masculino sobre la mujer. Y el énfasis es recurrente cuando cita a Valerie Raymond quien reclama abordar los temas de la mujer “desde la óptica de de género”. Como se puede apreciar, la noción de genero es descalificada desde el principio con las ideas recurrentes y reiteradas en el discurso homofobico de Oscar Alzamora. El procedimiento es el mismo que en los casos anteriores citar las ideas fuerza de las feministas representativas para luego emplear el argumento de autoridad de una de las defensoras del catolicismo femenino como es Dale O’leary y enfatizar sus ideas como contraargumento válido y respaldado por la iglesia católica. En este caso emplea el verbo “propulsar” que es sinónimo de empujar, impulsar, empujar la agenda homosexual, lesbiana, bisexual, transexual en contra de las ideas de “mujeres comunes”. En esta parte diremos que usa estratégicamente el contraste de mujer presentada como común y la categorización específica de las distintas formas de género es presentada fuera de lo común.
Para abordar el contenido temático bajo el epígrafe de “Roles socialmente construidos” hace referencia a un volante que circuló en el Comité preparatorio de Pekín. Las inferencias de presentar sucesos de agitación y propaganda, y narrarlos como hechos o ejemplos que ilustran, tiene efectos persuasivos relacionados con el conflicto y la violencia por lo tanto las consecuencias que se pueden inferir como violentas. Este contraste es importante porque se opone al pacifismo y pasividad mostrada tradicionalmente por la iglesia católica. Luego realiza una variación denominativa y emplea el adjetivo “partidarias”. La asociación es interesante entre “volantes” y “partidarias” para demostrar esa actitud de agitación y violencia. Por lo que el grupo feminista radical es presentado como un movimiento de agitación y violento. Para ser recurrente una vez más en la idea de género al que cuestiona. Por otro lado presta mucha atención a la palabra “rol” que según él mismo “distorsiona la discusión” y una vez más recurre al argumento de autoridad para citar a Dale O’leary dándole la razón. La palabra rol según esta autora es teatral y por consiguiente artificial. Emplea además algunas propiedades de los actores como “vestida especialmente” “maquillada” “representa un papel de acuerdo a un libreto escrito” para minimizar una expresión básica del lenguaje feminista: “roles socialmente construidos” la misma que es calificada de teatral. ¿Qué implicaciones tiene esta forma de deslegitimación para los homosexuales? Sin lugar a dudas muchas, en primer lugar que son considerados como artificiales, y en segundo lugar; que las acciones de este movimiento son teatrales. No es casual por tanto el empleo de la palabras “escenario” cuando el autor del texto, el sacerdote Oscar Alzamora hace referencia a la IV cumbre. Luego viene estratégicamente planteado el contraste con una palabra de empleo frecuente en la iglesia católica como es “vocación” y esta es interpretada como parte de la identidad, la autenticidad. Este contraste también puede ser verificada desde la relación argumento – contraargumento. En suma: la estrategia de autopresentación positiva basada en los fundamentos religiosos, y como sinónimos de autenticidad, vocación son contrastadas con las de la presentación negativa del otro que son calificadas de artificiales y teatrales. Un argumento de peso que se emplea en seguida para corroborar lo planteado es un ejemplo de Dale O’leary y corresponde a la experiencia de la Madre que concibe un hijo. “Ella no esta representado una madre. Es una madre”.
DECONSTRUIR ROLES SOCIALMENTE CONSTRUIDOS.
Usando una expresión muy utilizada dentro del movimiento feminista radical u homosexual “deconstruir” el sacerdote Oscar Alzamora ironiza la misma para hacer alusión a tres categorías, y los presenta como argumento de consecuencia. Para el efecto los argumentos están redactados en presente de indicativo: Consideran, dicen, pretenden. Las proposiciones están organizados en torno a tres temas: Masculinidad y feminidad; Relaciones familiares: padre, madre, marido, mujer; ocupaciones profesionales. El nivel de descripción específica y la importancia conferida a estos tópicos nos permite inferir que en realidad son preocupaciones de la iglesia católica y se inicia tipificando las proposiciones con la finalidad de poner énfasis en las ideas negativas de acuerdo a los postulados religiosos de la iglesia católica. Por ejemplo: en primer lugar, la masculinidad y feminidad son presentados como construcciones sociales, en segundo lugar; el nacimiento neutral de los hombres para luego ser socializados en hombre o mujer. Esta estrategia de tipificación busca poner énfasis como ideas negativas del grupo o movimiento que lo preconiza. Lo mismo sucede con las Relaciones familiares: donde se tipifica detalladamente los postulados feministas para luego restarles importancia usando un argumento de autoridad con la misma referencia recurrente: Dale D’Oleary. Aquí mismo es aplicable la estrategia de argumentación y contra argumentación. Finalmente en relación al tema ocupaciones o profesiones, se da el mismo tratamiento de tipificación específica. Estos tópicos antes esgrimidos son considerados como “repertorio de las feministas de género” expresión descalificadota por antonomasia.
El sacerdote Oscar Alzamora, así mismo con la misma estrategia de tipificación específica agrega el tema de la reproducción humana, empleando el verbo irregular en presente indicativo “según dicen” y agrega como causa “determinada socialmente”. Y utiliza una vez más un argumento de la feminista Heidi Hartman cuyo fundamento básico es que la especie se propaga socialmente. La inferencia que hacemos de la estrategia es invitar al lector cuyo modelo mental es generalmente la idea de la reproducción como fruto de la unión del varón y la mujer, a asumir una posición contraria a la premisa básica. El discurso citado es explícito en su argumentación sobre la reproducción humana diferente a la preconizada por la iglesia.
MÁS TEMAS PREOCUPANTES PARA LA IGLESIA
Sociedad
Las estrategias empleadas para abordar los temas que preocupan a la iglesia católica, son la tipificación específica, procedimiento empleado en los anteriores tópicos, dicha tipificación se realiza usando el criterio de evidencialidad ya que se recurre al discurso argumentativo citado y por lo tanto reproducido de textos feministas, y luego realizar el proceso de contra argumentación con el propósito de deslegitimarlo, descalificarlo o ironizarlo. En primer lugar, se identifica la meta del movimiento feminista radical u homosexual, que es llegar a una sociedad sin clases de sexo.
Los discursos citados son argumentos de consecuencia de la noción de género como construcción sociocultural. El discurso citado reproducido del curso de Re-imagen del Género, señala las siguientes premisas argumentativas y la conclusión:
Premisa1: el género implica clase.
Premisa 2: y la clase presupone desigualdad y es básico al patriarcado.
Conclusión: acabar con el género que es lo mismo que acabar desigualdades, injusticias en nombre del mismo.
En la misma perspectiva de citaciones se utiliza las ideas sobre Susan Moller Okin de su artículo “soñado futuro sin géneros” cuya noción básica es la igualdad de hombres y mujeres en todas la esferas de la vida. Así como las ideas de la presidenta de Islandia Vigdis Finnbogadottir que señala que hay que deconstruir la educación y la misma como estrategia para el cambio sobre los roles del hombre y la mujer.
¿Cuáles son los propósitos del sacerdote Oscar Alzamora con esta forma de presentar las citas?
Lo que podemos inferir es que con estos argumentos de consecuencia, el autor busca alertar, advertir como el mismo lo señala en la presentación del discurso, que sus objetivos son las de señalar los peligros y alcances de la nueva noción de genero. Por lo que el mismo autor presupone que el lector creyente comprenderá de las implicaciones de las ideas feministas de género de acuerdo a su contexto cognitivo, que básicamente responde a una ideología católica. Y también la presuposición que si se muestra una tipificación detallada de un argumento contrario es con el propósito de refutarlo, contrarrestarlo, deslegitimarlo con ideas de la fe cristiana. Porque sólo para la última idea de Vigdis Finnbogadottir agrega un comentario que analizamos a continuación: Se parte del empleo de la preposición “para” más el apocope ello, para hacer referencia a las metas u objetivos feministas, seguido de la categorización o eufemismo “defensores de la perspectiva de genero” y la perífrasis “urge desconstruir” acompañado de los tópicos siguientes: la familia y la educación. Cuando se señala que las niñas deben ser orientadas a áreas no tradicionales inferimos por oposición o antonimia que deben estar orientadas a áreas modernas. Quiere decir, por lo tanto que según la autora las ideas del feminismo de género son signos de la modernidad o la posmodernidad, o tal vez otra forma de sociedad, porque nos da motivo a especular. Lo mismo podríamos señalar con relación a la expresión no se debe exponer a la imagen de madre o mujer por el mismo procedimiento de oposición podemos inferir que entonces hay que exponer a la imagen del varón; la misma estrategia nos sirve para analizar la afirmación de no involucrar en actividades femeninas tradicionales, es decir, hay que involucrarlas en ¿actividades modernas? Esta ambigüedad presentada por el sacerdote es planteada a propósito con el fin de deslegitimar la idea feminista o efectivamente consigue encontrar ambigüedades o vaguedades en las ideas del movimiento identificado con el eufemismo “feminismo de género”.
Familia.
La extensión de páginas dedicadas a la familia por el carácter de descripción específica de los discursos argumentativos citados del “feminismo de género” nos hace entrever que el tema de la familia es el que más preocupa a la iglesia católica. Desde el título podemos inferir un lenguaje del “ataque”, “primer blanco: la familia”. Al principio recurre a la cita de Alison Jagger para calificarlo de “hostil” frente a la familia. El contraste entre el modelo de relaciones que plantea el movimiento feminista de género es frontalmente diferente al modelo de familia católico. Lo que es enfatizado por el sacerdote. Este énfasis permanente en las ideas feministas como negativa y contraria a los intereses religiosos de la iglesia, busca además escandalizar a la sociedad actual que en su gran mayoría maneja una concepción de familia de origen cristiano, en cambio los conceptos de nueva familia son diríamos emergentes, por lo que el efecto persuasivo que se busca es el escándalo. Esta suposición no es gratuita. Uno de los temas que más inquieta a la iglesia es la relación de origen natural y sexual del varón y mujer como fuentes de la familia y la reproducción. Y por supuesto como ha venido ocurriendo últimamente, las exigencias y conquistas de los movimientos homosexuales fue el matrimonio gay y lesbiana, y el temor de esa consecuencia se puede advertir recurrentemente en el texto de Alzamora. Esta explicación global de las ideas del texto nos sirve de preámbulo para ingresar al análisis local.
Una dilucidación atenta a la cita de la feminista anteriormente referida nos permite constatar una argumentación de consecuencia relacionada con que el lesbianismo y las relaciones sexuales extramaritales que no serán vistas como alternas sino como algo común. Cita escogida por que efectivamente el argumento escandaliza a la religión católica que maneja una idea de moral excluyente. Luego como un collage se combinan las citas una a una con breves comentarios, la cita escogida adrede a continuación es la que tiene como argumento de consecuencia: las mujeres no darán más a luz. Idea que es premonitoria por la forma de presentación de una catástrofe moral. Y el autor como habíamos señalado anteriormente busca la reacción de los creyentes fieles, y su indignación por la novedad que implican. Y usa luego un lenguaje modalizado de especulación: “al parecer” para luego hacer referencia al rechazo feminista a la familia, e indaga las causas para esa actitud, y acompaña con una frase hecha “institución básica de la sociedad” con el fin de poner énfasis de su esencia: sistema de clases sexo / género. Se apoya en esta afirmación, usando otra cita de Christine Riddiough. El argumento de esta feminista señala que la familia brinda las primeras lecciones de ideología de clase. Y una vez más de manera recurrente aparece en una cita indirecta las ideas de O’leary Dale para hacer sinonimia de diferente con desigual y por lo tanto opresor. En suma: el procedimiento recurrente de argumentos citados específicamente y la misma fuente empleada para refutarlos se hace monótona.
La asociación de ellos con “los que tiene visión marxista” es enfatizado una vez más para recordar al lector sobre el antagonismo de la iglesia con el marxismo. Luego el autor usa el contraste como estrategia para deslegitimar la idea de igualdad preconizada por las feministas de género. Y una vez más la circularidad recurrente es usada para poner énfasis en la deconstrucción de la familia como tópico central de los intereses feministas y el estatuo quo como parte de la esclavitud. Usar el verbo “esclaviza” es hacer una referencia a la edad media y a los sistemas de esclavitud. Esta comparación es usada como una paráfrasis sin la referencia o fuente evidente. La siguiente cita elegida de Nancy Chodorow cuya idea básica es la reorganización fundamental del cuidado de los hijos es tomada para enfatizar las responsabilidades de la familia como enemigas para la realización de la mujer.
La metáfora “propulsores de género” es empleado como eufemismo del movimiento homosexual. Sin duda sus efectos semánticos son negativos. Luego se enfatiza el entorno privado como secundario y se emplea el verbo “carga” que también vienen a ser un tópico de carga, para señalar a la familia y el trabajo de hogar que afectan negativamente los proyectos profesionales. Podemos inferir que los énfasis permanentes en la novedad de los planteamientos feministas u homosexuales buscan deslegitimarse desde una postura cristiana, muy difundida de los valores católicos. Y luego, se recurre al argumento de autoridad de una norma universalmente reconocida para completar los contraargumentos o refutaciones. Nuevamente se emplea reiteradamente la frase metafórica “ataque declarado contra la familia” para realizar el contraste con el artículo 16 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de la ONU del año 1948 donde se hace referencia a la familia y al matrimonio. Esta alusión es también un argumento de autoridad por lo tanto una falacia a fin de demostrar consistencia en la exposición de ideas a favor del catolicismo.
Luego se presenta a los homosexuales como “artífices de la nueva propuesta de género”. Y el argumento es reiterativo es decir enfático en los mismos planteamientos anteriores sobre la deconstrucción de la familia. Luego contrasta con la autopresentación positiva que realiza sobre su concepción ideológica, presentando a los suyos como “comprometidos con la defensa de la vida y los valores familiares” y usa retóricamente la expresión “principales naciones” para aludir que el pensamiento cristiano es central en contra del pensamiento homosexual que sería según inferimos periférico, por lo tanto intrascendente de acuerdo con el pensamiento eclesial. Luego se emplea la cita de Barbara Ledeen a quien le brinda legitimidad al usar la expresión “ampliamente reconocida” para concluir que:
(3) “El documento está inspirado en teorías feministas ultrarradicales, de viejo sello conflictivo, y representa un ataque directo a los valores de la familia, el matrimonio y la femineidad”
Lo que viene a continuación es la recurrencia a argumentos de autoridad, una relacionada con las ideas de Juan Pablo II la que es contrastada con una cita del Consejo Europeo para la Plataforma de Acción de Pekín. En esta parte la contraposición entre las figuras prominentes una como es de la máxima autoridad de la iglesia contra el Consejo europeo busca usar el contrapeso como argumento de persuasión. ¿Quién tiene razón? Un “Santo Padre” o “los miembros del Consejo” que muy bien podrían ser sólo los fieles. Siendo así una estrategia eficaz de deslegitimación.
Salud y Derechos Sexuales Reproductivos
Se usa la expresión “en la misma línea” para aludir la coherencia global y local de las ideas de los homosexuales y se especifica con un entrecomillado de la “libre elección” de la reproducción y estilo de vida. El autor hace referencia a estas ideas para emplear nuevamente el argumento de autoridad, por lo tanto una falacia, de Dale O’leary para asociar el aborto como consecuencia de la misma y no sólo eso, sino el entrecomillado “estilo de vida” para promover el homosexualismo, el lesbianismo fuera del matrimonio. Las inferencias que podemos abstraer son de una moral excluyente de fundamento religioso. La eliminación de la práctica del aborto es una vieja lucha de la iglesia católica y la inseminación artificial también como práctica proscrita de los cánones religiosos. Y los llama “aberraciones” y el empleo del argumento de honestidad “en honor a la verdad” busca enfatizar la credibilidad que deben brindar a la embestidura de un sacerdote cuando hace referencia a la “verdadera salud” que es aquella que proscribe el aborto, y también como una forma de autopresentación positiva.
Hay una asociación más que realiza el sacerdote: al grupo homosexual se le relaciona con los ambientalistas y poblacionistas por su interés común por el aborto. La estrategia de agrupar a todos los oponentes a las doctrinas cristianas es interesante porque puede significar muchas inferencias: una advertencia, una identificación de los oponentes a los postulados de la iglesia, etc. Nuevamente para presentar una cita con la finalidad de descalificarlo, usa la palabra “volante” asociándolo con grupos de agitación, la misma que corresponde a la Comisión Internacional de los Derechos Humanos de Homosexuales y Lesbianas. Además cita a Rebecca J. Cook docente de leyes de Toronto, a quien usa para escandalizarse sobre “los sexos que ya no son dos sino cinco” y claro también para descalificarla y mostrar su censura para eso recurre al argumento de autoridad de la ciencia sin especificación de las pruebas científicas.
Ataque a la Religión.
Nuevamente la metáfora “ataque a la religión” nos muestra una expresión belicista. Se hace un recuento de los demás temas objeto de “ataques” para calificar con el adjetivo de “especial” la deconstrucción de la religión como causa principal de la opresión de la mujer, lo que en retórica se llama argumento de causa. Y se realiza alusión a ONGs acreditadas ante la ONU, una identificación no casual, sino como parte de la lista de los oponentes o los “enemigos” en el enfoque belicista con que aborda el sacerdote en mención. La categorización de “fundamentalistas” es enfatizada para agrupar a todas las religiones en general. Esta postura es interesante destacar, puesto que la iglesia católica opositora frontal de las ideas musulmanas y protestantes, judías, etc. Se agrupada en un mismo bloque. ¿Y cuál es la finalidad? Podemos inferir que existe la necesidad de buscar unirse frente a los “ataques” de los homosexuales. Las citas parten de una cita mayor de Judith Lasch:
(4) “Nada ha hecho más por constreñir a la mujer que los credos y las enseñanzas religiosas”
Y las demás referencias y citas directas con el propósito de descalificarlas, deslegitimarlas y evidenciar a las autoras y presentarlas como conflictivas y controvertidas, y sobre todo para guardar distancias respecto de ellas, son: “Informe de las Estrategias Globales para la Mujer”, Carol Christ, Elisabeth Schussler Fiorenza, Joanne Carlson Brown y Carole R. Bohn, Rhonde Copelon y Berta Esperanza Hernández. Luego usa la vaguedad de la palabra “mayoría” para sostener que la mayoría de mujeres en el mundo defienden sus tradiciones religiosas, y la expresión “agradecidas” respecto a las creyentes y fieles sobre las enseñanzas y credos acerca del matrimonio, la familia y la sexualidad y el respeto por la vida humana, es el mejor ejemplo de la autopresentación positiva.
CONCLUSIONES.
Las conclusiones a las que hemos arribado son las siguientes:
Se trata de un discurso homofóbico de respuesta a las conquistas legítimas del grupo homosexual, a los que se les identifica con muchos eufemismos, dichas conquistas fueron alcanzadas ante organismos internacionales como la ONU y otros; y el autor miembro de la iglesia contraria a las ideología de este grupo emplea muchos argumentos y estrategias discursivas de deslegitimización basados en una moral excluyente y de fundamento religioso.
Las estrategias usadas son básicamente el empleo del discurso citado, o reproducido del movimiento homosexual o feminismo radical, para realizar una tipificación específica a fin de descalificarlo o presentar contra argumentos. Así mismo, la lista de autoras feministas son enfatizados con inferencias de lectura no recomendada para los creyentes católicos.
Como es habitual en este tipo de discursos es fuertemente ideológica y con una intertextualidad manifiesta, y la polarización es uno de los rasgos que más lo caracteriza.
Existen una cantidad de temas y tópicos que son analizados con detalle porque constituyen parte de la preocupación esencial de la iglesia y restando importancia en todo momento a las ideas de homosexuales y lesbianas.
PARA SABER MAS:
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[1] Agradezco a Teun van Dijk por sus sabios aportes a mejorar el presente trabajo en el marco del curso “Discurso y Sociedad” en la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona.
[2] Cita empleada por el sacerdote peruano al principio de su texto: “ideología de género: peligros y alcances”.
[3] Dale O’leary en su libro: “The Gender Agenda: Redefining Equality” desde una visión laica y católica denuncia los excesos ideológicos del feminismo de género y su fuerte presencia en la cumbre de Pekin (1995) y describe además cómo las promotoras de la “perspectiva de género” consideran que la masculinidad y la feminidad son construcciones sociales, según ellas, el ser humano nace sexualmente neutro y luego es socializado hasta convertirse en hombre o mujer. Esta socialización, dicen afecta a la mujer negativa e injustamente. Por ello, su objetivo es reconstruir todos los modelos de comportamiento individual y social, incluidos las relaciones sexuales y familiares. Dale O’leary además sostiene en el mencionado texto que las feministas radicales creen que las mujeres que desean casarse y tener hijos han sido seducidas y engañadas por los hombres y no saben lo que es bueno para ellas. Las mujeres que no desean ese tipo de cosas se han liberado de tal engaño. Esas mujeres libres tratan de liberar a su vez a las demás mujeres de sus deseos de familia y maternidad, les guste o no.
[4] También disponible internet.http://www.iglesiacatolica.org.pe. y www.ucalp.edu.ar/G%83NERO.pdf
[5] No ha habido debate sobre la masturbación, la prostitución, anticoncepción, el divorcio, las relaciones de pareja o la pornografía donde las iglesias cristianas no hayan dejado oír su voz o no hayan sido consultadas.
[6] Existe una distinción entre implicaciones e implicaturas, las primeras son todas las inferencias que pueden derivarse de una afirmación a partir de un conocimiento general. La segunda puede derivarse de una afirmación según el conocimiento de una situación local específica, especialmente referida al contexto actual del hablante y sus receptores. Véase: Van Dijk, Teun: (2004) “Retórica belicista de un aliado menor, implicaturas políticas y legitimación de la guerra de Irak por parte de José María Aznar” pp. 202.
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LOS CAMBIOS QUE LOS SACERDOTES IRLANDESES, LOS OBISPOS AUSTRIACOS Y LA ASOCIACIÓN DE RELIGIOSAS (USA, LCWR) EXIGEN A BENEDICTO XVI, DEBERIAN SER APROBADOS DE INMEDIATO, YA QUE SOLO SON UNA CUESTIÓN DE FORMA Y NO DE FONDO, QUE TIENE COMO FIN ADECUAR LAS PRÁCTICAS IMPUGNADAS A LA MODERNIDAD, sobre: el uso de anticonceptivos y condones, el aborto, el divorcio, la eutanasia; el celibato, el matrimonio de sacerdotes y religiosos consagrados, el sacerdocio femenino, el derecho a recibir los beneficios y prestaciones que otorga la Ley Federal del Trabajo a los empleados de cualquier institución; y que tiene por objeto reivindicar la dignidad los sacerdotes y religiosos consagrados. __LA CUESTIÓN DE FONDO ES, LA REVISIÓN DE LOS CADUCOS CIMIENTOS DE LA FE QUE IMPUGNAMOS LOS LIBRE PENSADORES CRITICANDO LA DOCTRINA JUDAIZANTE DE LA IGLESIA, POR QUE ES EL VERDADERO CÁNCER QUE HAY QUE EXTIRPAR, SI SE QUIERE ACTUALIZAR Y REVITALIZAR EL CRISTIANISMO__ La importancia de la crítica a la doctrina judaizante de la Iglesia, radica en que nos aporta los elementos de juicio necesarios para visualizar nítidamente __la felonía moral que cometió San Pablo al omitir intencionalmente en su cristología la vida, ejemplo y enseñanzas de Cristo hombre, en su afán de convertir en religión, el movimiento cristiano inicialmente laico (Cristo, ni sus apóstoles, fueron sacerdotes). Privando al cristianismo de la doctrina de la trascendencia humana (instruida e ilustrada por Cristo) que se alcanza practicando las virtudes opuestas a nuestros defectos hasta adquirir el perfil de humanidad perfecta (cero defectos), dándonos acceso a las potencialidades del espíritu a medida que nos vamos desarrollando espiritualmente__ Y la urgente necesidad de retornar al cristianismo laico (sin clero, ni dogmas, ni Antiguo Testamento) centrado solo en la vida, ejemplo y enseñanzas de Cristo para motivar a sus seguidores a vivir una vida digna y abnegada al servicio de los más necesitados practicando el altruismo, el misticismo y el activismo social intensos, a fin de alcanzar la trascendencia humana y la sociedad perfecta. http://es.scribd.com/doc/73578720/CRITICA-A-LA-CRISTOLOGIA-DE-SAN-PABLO
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