lunes, julio 19, 2010
Las “Chullunis” de Socca.
Walter Paz Quispe Santos.
Cuando nace una niña en Socca, la madre coloca en la cabeza de la recién nacida una kantuta tejida. Así se inicia uno de los ritos de la femineidad hasta el momento del matrimonio, donde deberán bajarse de la cabeza esta prenda para colocarse un sombrero. Este rito de paso, es singular en los procesos de crecimiento de la niña hasta su llegada a la adolescencia y juventud. Así se ha concebido las muy conocidas “chullunis” de Socca.
Mirar como las mujeres jóvenes y mayores diseñan y tejen los “chullus” tal como la madre pachamama los presenta en los kantutales es una chacana relacional que afirma la continuidad y correspondencia entre la forma y el color, y los hermosos diseños que la creatividad femenina agrega para todas las edades de la mujer aimara. Ellas al usarlo representan el mejor acto comunicacional de la naturaleza y el atuendo. Es que en el mundo andino la mujer no está al margen de la pachamama, es parte de ella, es su mayor expresión, es su flor humana.
Las chullunis de Socca, son la mejor muestra de la predominancia de los valores femeninos sobre los masculinos en el mundo aimara. Las formas de relacionalidad entre la mujer y la pachamama, el encuentro que deberá tener posteriormente con el varón para cumplir con uno de los ritos de la fertilidad para abandonar el uso de la kantuta tejida son la forma más variadas de la filosofía andina que se prefiguran y configuran en nuestras prácticas socioculturales cotidianas.
Cierto. La chaqueta que acompaña a la chulluni, ahora bordada con motivos de la naturaleza andina, fue traída por los españoles de Andalucía. La misma pollera con sus ribetes y demás rasgos se corresponden más con las mujeres campesinas del medio rural de la península ibérica, pero nuestras chullunis conservan algo que pertenece a nuestra cultura puquina y aimara: las kantutas tejidas. Y como sabemos, las huestes de Toledo como Garci Diez de San Miguel en el año 1567 para tener una cobranza eficaz de los impuestos, obligaron a nuestras mujeres a ponerse la vestimenta a la usanza de la mujer española con algún rasgo diferenciador. Sino miremos como viste hasta ahora la mujer puquina de Capachica: tiene la misma chaqueta y montera andaluza y ha aprendido la lengua quechua.
La mujer aimara, ha reinterpretado muchos de estos atuendos andaluces en nuestra realidad. Así como el sombrero italiano que está muy arraigada en la vestimenta de los andes. Pero lo que no ha logrado olvidar para siempre es el uso del chullu femenino. La kantuta tejida, ornada de más flores, una flor con más flores, y es la expresión de la concepción femenina de las cosas y los hechos en el mundo andino.
Socca tiene dos Kantutas en la actualidad. Las kantutas que la pachamama nos ha regalado para ornarse y las kantutas humanas que dan soplo y existencia a la vida para alegría de nuestras grandes civilizaciones.
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