lunes, agosto 30, 2010

Churata: el vanguardista del siglo XXI




Entrevista de Camilo Sanchez Serruto

Riccardo Badini, profesor e investigar italiano, natural de la bella villa de Toscana, de los verdes valles vineros, estuvo en Puno a presentar el libro inédito durante mucho tiempo de Gamaliel Churata, Resurrección de los muertos.

¿Riccardo, de dónde nace tu inclinación hacia los estudios literarios latinoamericanos, y más concretamente a desandar las huellas andinas de nuestra literatura de esta parte del Altiplano?

Todo empezó cuando era estudiante de universidad. Empecé con clases de literatura española. Me di cuenta que con la lengua española podía ingresar a un mundo mucho más grande, y quizás proviniendo de una ciudad medieval, una ciudad muy cerrada, por cierto muy bella que aún tiene su muralla. Sentí la necesidad de irme lejos. La legua española me involucró a esta partida. Me encontré con la cultura peruana porque en ese entonces mi profesor era un peruanista, Antonio Mellis, y creo que me contagió su interés por el Perú. Y desde ese entonces sigo encontrando al Perú un país culturalmente rico.

Y ahí es donde poco a poco encuentras…

En los cursos que hice sobre Guamán Poma de Ayala, José María Arguedas, José Carlos Mariátegui. Esos autores me dieron una ruta que delinearon mi interés. Pero también estaba muy interesado en la traducción. Me encanta la traducción. Traduje la poesía de Carlos Oquendo de Amat. Lo que me sedujo de la traducción es cómo puedes traducir un mundo tan lejos de la lengua occidental, esa cuestión de la lógica de cómo puede tener espacio, por ejemplo, la andina, dentro de la escritura occidental que ya tiene definida su lógica dentro de la escritura. Y ahí es donde encuentro a Churata.
De Churata leí un escrito de Cornejo Polar que me pareció interesante. Así le comenté a mi profesor, y le hable de la posibilidad de realizar una tesis. Bueno, los intereses eran comunes. Es entonces que inicio la búsqueda de Churata. En ese momento se contaba con un casi inexistente material bibliográfico de Churata. Empecé con Historia del vanguardismo puneño de José Tamayo Herrera.

¿Pero qué fue lo que te cautivó para que te interesaras en este autor?

En esencia, creo que me pareció interesante el hecho de que en la década del 20, acá en Puno, una zona no central, una zona, digamos, marginal se diera un fenómeno tan rico culturalmente como el Grupo Orkopata. Y él, en este movimiento fue importante dentro del vanguardismo latinoamericano. Es uno de los casos muy raros de fusión de vanguardismo con indigenismo. Hasta los años 80 había una tendencia en la crítica literaria de considerar la vanguardia latinoamericana un poco como un epifenómeno de la vanguardia europea, pero con el Grupo Orkopata se le da vuelta a esta percepción. Hay casos felices como los antropófagos brasileños. Entonces, Churata que le quita la paternidad occidental a la vanguardia. La vuelve a bautizar dentro del fenómeno de la entraña americana. Churata encuentra que dentro de las lenguas indígenas ya tenían una forma parecida de metaforizar. Y lo que hizo Churata es que mientras miraba hacia el pasado miraba el futuro. Siendo antiguos se vuelve a hacer modernos.

Todo este mundo te va capturando conforme lo vas conociendo, y es dónde decides tomar a Churata.

Sí. Ese mundo me cautiva. Siempre me parecieron interesantes los contactos culturales, más que todo cuando hay la posibilidad de quitarle una forma hegemónica que siempre tuvieron. Una forma de rescatar su mundo producto de la marginación. En este momento de vanguardia, de inquietudes, de intercambio es como una forma de rescate que hace Churata del mundo andino.
Cuando hice mi primer viaje a Perú, a finales de los años 80. Ahí empecé de manera fuerte mi investigación sobre Churata. Pero después me doy cuenta que leyendo, o tratando de leer El Pez de Oro, porque es una obra bien difícil, como también lo es Resurrección de los muertos, pero me di cuenta que ya empezaron a aparecer autores a interpretar, a dar su interpretación crítica de El pez de oro. Y por las características de este texto tan abierto, tan susceptible a múltiples perspectivas o enfoques interpretativos, y como decía Churata, que había inéditos. Y pensé que lo importante en ese momento era buscar esos inéditos, a fin de que se pudiera entender más la obra de este autor. A fin de establecer algunos puntos fijos en su discurso, en su imaginario, y ahí empezó la búsqueda de los inéditos.

Realmente te propusiste una tarea enorme conseguir sus inéditos, teniendo en cuenta que la familia de Churata ya no está más en Perú hace décadas.
Así es. Entonces el reto era descubrir si realmente existieran esos inéditos, y las condiciones en que se encontraban, y si era posible editarlos.>¿Cuál es la primera pista que sigues para dar con estos inéditos?


Lo primero fue que obtuve el nombre de tres de los hijos de Churata. Antes ya hice mis pesquisas en bibliotecas, de todo lo relacionado al grupo Orkopata, a sus integrantes, a Churata. Cuando estuve en Puno, por la biblioteca puneña, indagar de cuáles fueron los libros que pedía Churata en el momento en qué era director de la misma. También lo importante era establecer cuáles fueron las fuentes del pensamiento de un autor, así tan particular como Churata. Y las pesquisas de los inéditos no iban a pasar por bibliotecas. Y en quiénes podían estar esos inéditos era obviamente la familia. Y más concretamente los hijos. Entonces con esos tres nombres me di a la tarea de buscarlos. Empecé con el buscador web de la época: Altavista, y me dio la dirección y número de teléfono de Fedor Peralta. Así me puse en contacto con Fedor, llamándolo por teléfono a Nueva York. Fue muy amable desde el comienzo cuando yo le dije que era un investigador italiano que estaba investigando la obra de su padre, él se animó muchísimo, y quedamos que cuando yo pudiera lo visitaría en Nueva York. Así lo hice un año después.

Entonces haces contacto con los hijos de Churata.


Me encuentro primeramente con Fedor que me invita a vivir a su casa y que me recibe realmente como a un hermano. La sensación es la de sentirme hermano. Fedor me habla que los inéditos los tiene Amarat, y que vive en Miami. En este viaje no pude recopilar los inéditos. Espere dos años, mientras trabajaba en su bibliografía, cuando tuve la oportunidad de hacer un viaje, me fui a Miami. Amarat, me recibió con la misma gentileza y calor de Fedor. Me prestó su carro para ir a fotocopiar los escritos de su padre. Me dio todos los inéditos, le saqué copias a todo el baúl donde tenía las cosas de su padre. Me quedé dos días encerrado en la fotocopistería con el brazo adolorido pero feliz. Me di cuenta de ese hallazgo era tan fuerte, de mucha responsabilidad, y estaba preocupado de cómo manejar tamaña responsabilidad.

¿Cuánto fotocopiaste?

Fueron más de mil copias las que saqué.

¿Y ahí estaba Resurrección de los muertos?

Sí, ahí estaba. Pero había tres versiones. Una más integras que las otras que ya tenían cierto trabajo filológico. Porque un hijo de Gamaliel Churata que se llamaba Teófano, Churata tuvo dos hijos llamados Teófano, uno que murió en los años 20, y después otro hijo Teófano, que se sabe muy poco. Churata tuvo varias señoras. Varios compromisos que fueron importantes en su vida. Teófano estaba en silla de ruedas, pero fue el único hijo que tenía la capacidad de trabajar sobre la obra del padre, y se propuso reeditar los inéditos. Entre estas tres, encontré una versión que tenía numeración. Es decir, había sido enumerada a mano con un lapicero. Y me encontré con una versión trabajada por Teófano y otra más o menos paralela a esta que presentamos, pero que difieren. Otra versión muy pequeña. Todo esto estaba entreverado. Había que seguir ese trabajo de separación, y son tantas páginas y además con la escritura de Churata, es para volverse loco, que no es una escritura lineal que cuando acaba una página tu estas seguro como sigue el discurso en la siguiente. Esto fue un trabajo difícil. Emergió una versión pequeña, teatral de Resurrección de los muertos, de más o menos 150 páginas. Es una versión destinada a la interpretación teatral. Esta dividió en doce actos. Tiene un lenguaje más cercano a la perspectiva escénica, con más ironía, con más juego lingüístico, y con bastantes acotaciones. Este texto también es importante editarlo y en eso estoy.

¿Encontrarse más escritos de Churata en ese baúl?


Claro. Tiene poesía. Es de imperiosa necesidad editar su poesía. Churata tenía esa actitud, podemos decir, vanguardista de abarcar todas las expresiones artísticas. Una actitud muy moderna. Por ejemplo, dentro de esta versión teatral de la que te hablaba, se encuentra como si fuera un personaje, el ecran, la pantalla, una perspectiva de mezclar distintos códigos. El cine dentro del teatro. De mezclar los niveles de representación de la realidad. Algo que se ve hoy, pero en ese entonces muchos no entendieron a Churata. Por ejemplo, recién hoy se puede apreciar esto en el grupo teatral Yuyachkani que se puede decir son los más vanguardistas del teatro peruano. Churata, anteriormente ya había pensado una experimentación muy fuerte.
Entregué a los Yuyachkani esta versión teatral de Resurrección de los muertos, a Miguel Cayo, que es puneño, que vive y trabaja con ellos. Ellos me regalaron una actuación estupenda en la presentación de Lima. Un poco para quitarle ese academisismo porque Churata era muy anti académico.

Lo que muchos puneños no han podido concretar en más de 40 años, has conseguido rescatar, recuperar y publicar uno de los libros inéditos de Gamaliel Churata “Resurrección de los muertos” del que en Puno se hablaba y comentaba que existía, pero del que nunca se pudo encontrar huella ni rastro. ¿Cómo te sientes al haber alcanzado solo y sin mayor apoyo, lo que todo un pueblo, supuestamente culto y emprendedor, no pudo lograr?


Tengo que decirte que no me he sentido solo en este viaje. Los puneños me han ayudado. Los hijos de Churata. Más me siento partícipe de una comunidad. Claro, después hice mi trabajo duro, pero en cierto momento me sentí solo, allá en Italia, sin nadie con quien hablar de Churata. Tengo que decir que mi novia me apoyó muchísimo y se apasionó mucho con Churata. Tampoco tenía otra opción, pobre de ella, muchos sábados o domingos estaba con Churata no con ella. Pero me ayudó muchísimo; aparte de eso siempre encontré en los puneños una actitud benigna y generosa hacia mí. En Puno sigue viviendo Churata y sobre todo en los jóvenes.

¿Cuánto te ha “desordenado interiormente” Churata?


Me ha enseñado que es importante tratar de desmoronar parte de nuestro mundo lógico. No puedes desmoronar todo, tenemos necesidad de unas bases en nuestro pensamiento. Me ha enseñado que nes un ejercicio que se puede hacer. Tratar de desmoronar algunas bases del pensamiento, eso te da la capacidad de hacer un espacio donde puedes escuchar otra lógica, por ejemplo, la lógica indígena. Churata no es indígena fue indigenista, pero tuvo la capacidad de poner los dos mundos en relación de manera tan profunda, y de provocar este vacío en mi lógica occidental. Ahora esto me ayuda a enfrentar la producción indígena. Ahora que me voy a la Amazonía donde me encuentro con algunos aspectos del pensamiento amazónico y no me suena completamente nuevo. Todo esto lo he percibido estudiando a Churata.
Churata se tomaba en serio las contradicciones sobre un mundo ágrafo como el mundo andino. Aun hasta con su ironía, era muy irreverente, iconoclasta.

¿Luego de estos años e indagar y estudiar de cerca a Churata, qué crees que quiso decir con todos esos escritos tan lejanos, tan difíciles?


Es difícil sintetizar a Churata. Porque es un autor que tiene una actitud enciclopédica hacia el conocimiento. Nos da confianza en que a través de la escritura se puede cambiar la realidad, se puede cambiar los ejes profundos del pensamiento occidental. Entonces tenemos un autor que desde una realidad marginal que era la de Puno, se yergue como un Titán frente a la tradición, y la cambia completamente.

¿Su intento no era reivindicar el mundo andino, esa cultura y gente sojuzgada y perdida por la invasión española?

Su afán era lo universal. Su afán parte de lo andino para ir hacia lo universal.

¿Crees que ese fue el gran mérito de Churata?

Claro. Universaliza el pensamiento andino.


DE SU PADRE

“Tenía muchos recuerdos de su padre. Me comentó varias anécdotas de su padre. Por ejemplo, de la vida bohemia de su padre, del tiempo de Orkopata, de Gesta Bárbara, y el recuerdo del niño de que siempre escuchaba el golpeteo incesante y continuo de la máquina de escribir de su padre. Eso fue lo que más recuerda Fedor. Churata era un escritor febril, volvía sobre los textos ya escritos, para corregirlos. Fedor encontraba a su padre siempre sobre los escritos, corri-giendo. El recuerdo de su primera esposa que la había rebautizado con el nombre de Brunilda, y que tenían dos hijos: Teófano y Clemencia los que murieron en los años 20. Este fue un evento que traumatizó a Churata. También dentro de su obra Resurrección de los muertos, influye estos elementos personales de la pérdida de los dos hijos y la esposa. Pero Churata tiene la capacidad de transformar este casi monumento fúnebre en una obra densa de vitalismo y de mucho de visionario.”

“Fedor me contaba que tenían en la casa un altar dedicado a Brunilda, su primera esposa, y que la siguiente esposa tenía que rendir homenaje a Brunilda. Churata, siempre les hablaba de la Brunilda a Fedor y Amarat.”

“Un hijo de Churata quería ingresar al seminario, y el otro quería ser militar. Y Churata, a los dos les dijo: “Miren hijos, en mi casa, nada de sotanudos ni uniformados”

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