lunes, marzo 13, 2006

La imaginación poética de “Cinco Metros de Poemas” de Carlos Oquendo de Amat




Walter Paz Quispe Santos

Si hay un libro puneño que obliga a tomar una posición dentro de la poética actual, ése es “Cinco Metros de Poemas” de Carlos Oquendo de Amat. Resulta imposible ignorarlo: ilumina con intensidad y profundidad la literatura peruana, hispanoamericana y universal que uno no puede sustraerse de ella. Es un libro tan vivo y actual, lúcido y torrencial, cineástico y sintético que sigue irradiando su sobrecogedora belleza. Cierto que fue desconocido y olvidado por mucho tiempo, pero la oportuna reivindicación de Mario Vargas Llosa al obtener el Premio Rómulo Gallegos no solo nos trajo su reconocimiento mundial sino que mostró a uno de los poetas mayores cuya incisiva expresividad no solo revela sino inquieta sobre el devenir de la poesía actual. Y hoy que se cumple el centenario de su nacimiento, este texto resurge con más fuerza que nunca y ha marcado buena parte de las tertulias literarias del siglo pasado y el presente.

Carlos Oquendo de Amat es uno de pocos poetas universales y de aquellos que forma parte de la conversación en la literatura universal. Oquendo conoció el dolor de la prisión y el desarraigo, la pasión política, el llamado de la Guerra Civil española que también libró “una guerra de poetas”, la soledad, la pobreza y la enfermedad. Reconstruir en etapas sucesivas su vida y poética, mas allá de las estampas consagradas por la posteridad no deja de plantearnos muchas interrogantes, a pesar de los estudios de Carlos Meneses, Omar Aramayo, Jose Luis Ayala y otros que han abordado su vida y obra desde ámbitos diferentes y diferenciados.


El asedio interpretativo que, desde diferentes frentes ha conocido los “Cinco Metros de Poemas” fue identificado por la mayoría de críticos literarios como vanguardia tomando en cuenta el lenguaje rupturista, es decir, un hecho del lenguaje que nos obliga a pensar en términos de renovación. Esa constatación, hace suponer que no sólo se refiere como señalan muchos al agitado movimiento de las aguas en la superficie caligramática del lenguaje; sino que fue ante todo, una manifestación que, en las profundidades, animaba la mencionada agitación. La experiencia vanguardista de Oquendo no fue una experiencia efímera sino que deja huellas en las sucesivas generaciones de poetas, no sólo como fusión o sincretismo de los “ismos” sino también como reinterpretación de formas de concepción de la poesía. La vanguardia oquendiana por lo tanto, no sólo emerge como el lenguaje de una ruptura con la tradición sino como la inauguración de un lenguaje de una nueva era, del industrialismo, de la “galaxia gutemberg” en la época de la dictadura de la máquina, y la imposición del cine como arte integrador, en la que los afanes esperanzados de futuristas y las obsesiones surrealistas, dadaistas se reconcilian; como la inauguración de un lenguaje en el que la lectura del mundo se realiza a través de un “pensar more geométrico”

La poesía de Carlos Oquendo de Amat se afirma además en la novedad de sus técnicas y sobre todo, en que representa la mejor concepción de la poesía como espacio abierto capaz de percibir y expresar un anhelo estético y una gran emoción ante el mundo, ante la vida, ante el destino del hombre. El lenguaje cineastico y la mirada del niño inocente que preside la poética oquendiana nos proporciona los materiales mas adecuados para la “lectura” de un espacio textual visual que se presenta como un libro acordeón enmarcada en una concepción cinematográfica cuyas páginas se deben de leer como quien extiende una película. Esa rica gama de procedimientos técnicos hacen de “Cinco metros de poemas” una poesía visual y sonora a la vez. Sin embargo la preeminencia de lo visual une hasta nuestros días la literatura con la tecnología, que expresan una preocupación de apropiación de los mecanismos mercantiles de la era industrial hasta la época de la información que vivimos con el fin de insertarse o actualizar la modernidad, no olvidemos que el creador al concebir su propia modernidad y valerse de ella, concibe muchas veces la modernidad social.

Finalmente, existe en la obra oquendiana una poesía experimental o innovadora en la forma, y luego tiene que ver mucho con la conciencia y también con el trabajo subconsciente o inconsciente de la mente humana, donde los acontecimientos externos, es decir, objetivos, esenciales para la poética, está disminuida en alcance y dimensión o presentada selectiva y oblicuamente, para dar lugar a la introspección, análisis, reflexión y ensueño. Se encuentra que a pesar de que el mecanismo inicial de la memoria es metafórico, la expansión y exploración de toda la memoria dada es esencialmente metonímica.

Con Oquendo y leyendo y releyendo Cinco Metros de Poemas diremos que es hermosamente humilde y confiante, vivificador y profundo sentir que el corazón es un botón mas de una camisa de fuerza, o que nuestros ojos visten pantalones largos porque las calles están mendigas de pasos, o que tengamos prendidos un cine en nuestras mejillas, y que nuestras mujeres sean mapas de música, claros de ríos, o fiestas de frutas, sentirnos bajo el fuego creador oquendiano, impelido, llevado, conducido, mezclado, ruborosamente arrastrado y que pensemos que el paisaje salía de nuestra voz, y ver que las nubes dormían en las yemas de nuestros dedos, observar que de nuestros ojos cintas de alegría cuelgan la mañana, ver que los vestidos encienden las hojas de los árboles, observar que en tren lejano va sentado la nostalgia, mirar que el campo voltea la cara a la ciudad. Que mas da, salud Oquendo en tus cien años.

Barcelona, abril del 2005


Poemas
Carlos Oquendo de Amat


Poema del manicomio

Tuve miedo
y me regresé de la locura

tuve miedo de ser
una rueda
un color
un paso

PORQUE MIS OJOS ERAN NIÑOS

Y mi corazón
un botón
más
de
mi camisa de fuerza

Pero hoy que mis ojos visten pantalones largos
veo a la calle que está mendiga de pasos.


Compañera

Tus dedos sí que sabían peinarse como nadie lo hizo
mejor que los peluqueros expertos de los transatlánticos
ah y tus sonrisas maravillosas sombrillas para el calor
tú que llevas prendido un cine en la mejilla

junto a ti mi deseo es un niño de leche

cuando tú me decías
la vida es derecha como un papel de cartas

y yo regaba la rosa de tu cabellera sobre tus hombros

por eso y por la magnolia de tu canto

qué pena
la lluvia cae desigual como tu nombre


Poema

Para ti
tengo impresa una sonrisa en papel japón

Mírame
que haces crecer la yerba de los prados

Mujer
mapa de música claro de río fiesta de fruta

En tu ventana

cuelgan enredaderas de los volantes de los automóviles
y los expendedores disminuyen el precio de sus mercancías

d é j a m e q u e b e s e t u v o z

Tu voz

QUE CANTA EN TODAS LAS RAMAS DE LA MAÑANA


Madre

Tu nombre viene lento como las músicas humildes
y de tus manos vuelan palomas blancas

Mi recuerdo te viste siempre de blanco
como un recreo de niños que los hombres miran desde aquí distante

Un cielo muere en tus brazos y otro nace en tu ternura

A tu lado el cariño se abre como una flor cuando pienso

Entre ti y el horizonte
mi palabra está primitiva como la lluvia o como los himnos

porque ante ti callan las rosas y la canción.


Campo

El paisaje salía de tu voz
y las nubes dormían en la yema de tus dedos

De tus ojos cintas de alegría colgaron
la mañana

Tus vestidos
encendieron las hojas de los árboles

En el tren lejano iba sentada
la nostalgia

Y el campo volteaba la cara a la ciudad.

(de Cinco metros de poemas)



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