jueves, julio 24, 2008
Docencia y explotación en instituciones privadas
Walter Paz Quispe Santos
Hay un aspecto que se oculta sin misericordia en las instituciones educativas de gestión no estatal, se trata del bajo sueldo con que se paga al docente. Ahora que se aproxima las celebraciones por el día del maestro, no existe sensibilidad ni buena voluntad de los promotores de los centros educativos privados por mejorar el salario del docente que dedica gran parte de su tiempo en mostrar una imagen competente del centro educativo a la sociedad.
Esta modalidad de ejercicio de la docencia en estas instituciones al margen de las leyes hace que la informalidad sea un rasgo común de la gestión y administración educativa privada. Docentes recién egresados de los institutos pedagógicos y las universidades no tienen otra opción que someterse a una de las formas de explotación más extrema, por la falta de trabajo en el sector estatal.
Se tratan de instituciones educativas que desembolsan una gran inversión en la propaganda y se arrogan de supuesto prestigio, pero si de pagar bien a los docentes se trata, están en la edad de piedra, atentando de este modo con los derechos laborales de los educadores. Los mismos que no tienen derecho a una sindicalización, a reconocimiento de algunos beneficios laborales como el seguro social, y son puestos al servicio de la institución educativa en un marco informal y de falta de respeto con el verdadero rol de la docencia.
Por lo demás, en la región Puno las diferencias entre las instituciones de gestión no estatal y las estatales no son significativas. Las estadísticas de ingresantes a las instituciones de formación universitaria y no universitaria así lo demuestran. En otras realidades el rol de estas instituciones es la de diferenciar a una determinada clase social, sin embargo, en la región Puno al no existir una clase alta, el rol que cumplen son las de distinguir el apellido o el color de la piel. Es decir, ficciones y artificios sociales.
Una forma de respeto al docente y de transparentar la gestión no estatal sería exhibiendo los salarios que se pagan, la locación de servicios que suscriben y por lo tanto una manera más coherente de demostrar que son instituciones serias en el trato a los educadores y educandos. ¿Alguno lo hará? Cuan insensibles somos cuando de pagar al docente se trata y mayor aún cuando cobramos mensualidades exorbitantes al padre de familia. La situación es incomprensible cuando existen instituciones que tienen apoyo estatal, es decir, docentes que son pagados por el Estado.
Esas modalidades de fomento de la iniciativa privada en la región Puno son caricatura de las verdaderas formas de desarrollo empresarial en el sector educación. Por eso los promotores tienen el reto de demostrar una verdadera inversión y no hacer pandemonio de la educación regional. Es decir, instituciones como pretextos para cobrar, ganar, explotar y no promover inversión en el desarrollo humano y educativo de las generaciones de escolares que tienen derecho a una educación de calidad.
La docencia debe ser revalorada con prácticas coherentes en las instituciones de gestión no estatal, eso supone un mejor trato salarial, mayor fomento en la capacitación y formación permanente, mejores oportunidades de desarrollo profesional. Pero, si alguno de los promotores leyera este artículo y si de verdad lo comprometería con una acciones nobles y de profundo respeto al maestro, ese día la iniciativa privada habrá dado un paso más, y sino habrá mostrado una vez más su miseria humana.
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