viernes, setiembre 01, 2006
Como el cangrejo: reculadas institucionales de la educación regional.
Walter Paz Quispe Santos
Como el cangrejo.
El Gobierno Regional es una vaca sagrada en cuanto a decisiones de políticas públicas para el sector educación, a pesar de que es un monumento a la ineficiencia, una receta para el atraso, el estancamiento educativo y ejemplo escandaloso de falta de rendición de cuentas. ¿Es acaso el cangrejo el animal totémico que podría muy bien representarlo? El cangrejo tiene los movimientos retrógrados y se dice de él que impide el progreso de sus congéneres. Si juzgamos el rol que cumplen en la sociedad puneña a partir de una evaluación de sus acciones comprobaremos que son más los retrocesos que los avances orientados a resolver los problemas sociales y educativos, a satisfacer las demandas y expectativas de la población. La gente está harta de un gobierno regional que gasta más y presta menos servicios, frustrada por una burocracia sobre la que no tiene ningún control, y cansada de las políticas sectoriales improvisadas y la corrupción de algunos de sus funcionarios.
MARQA y el Proyecto Educativo Regional.
Entre trilladas consignas como “autonomía de quechuas y aimaras”, felices de prodigar una retórica untuosa, vacía, rácana la actual clase política regional cual aprendices de brujo que receta brebajes milagrosos y medicinas caducas emprende de manera irresponsable la construcción de un proyecto educativo regional; es decir, el destino de la educación puneña. Y aunque parezca increíble lo hace de la peor forma: ordenan que la Dirección Regional de Educación lo “haga” y asumen como es habitual en ellos una actitud fiscalizadora sin que les tiemble el pulso y cuestionan el proyecto educativo en mención. Ponen en ridículo a la otra institución que depende de ellos, a la que debieron orientar, patrocinar, dirigir, capacitar, monitorear, etc. Pero no. Recurrieron a lo más fácil como es “lavarse las manos”. Conocemos de muy buena fuente que el proyecto educativo lo elaboraron dos profesores en la DREP mediante destaque de personal y claro con las limitaciones de comprensión de la complejidad de la realidad educativa puneña, hicieron lo que pudieron: “un dossier monográfico” de la educación de Puno.
La Región tiene una basta experiencia educativa y con buenos resultados que el mal llamado proyecto educativo ignora y desestima. Para quienes elaboraron el mencionado proyecto no sirven de nada las ideas de Telesforo Catacora, María Asunción Galindo, José Antonio Encinas, José Portugal Catacora, Emilio Vasquez, hasta el mismo Gamaliel Churata; la actualidad del pensamiento de estos puneños ilustres está más que demostrada.
Un gobierno Regional que se ufana de reinvindicar la “autonomía” quechua y aimara, carece de políticas culturales; y por tanto, la educación regional no responde a reflexiones antropológicas, sociales y políticas de la multiculturalidad. Las culturas altiplanicas y de ceja de selva no son el soporte ni andamiaje de la escolaridad, ni la pedagogía, ni el bilingüismo, ni nada. Las políticas y el proyecto educativo regional por lo tanto, son verdaderos cuentos chinos elaborados con elocuentes paráfrasis y eufemismos y extrapolaciones abusivas de algunas modas educativas actuales y calco de otros proyectos regionales del país. Mencionaré algunos aspectos centrales que requieren decisiones inmediatas: el analfabetismo desde hace mas de dos décadas que no se reduce, la desnutrición infantil sigue condicionando el desarrollo humano de la región, las lenguas quechua y aimara han entrado en un proceso severo de extinción, la vinculación de los centros educativos y los sistemas productivos, y la monografía llamado proyecto obvia esas necesidades. Sólo un abordaje multidisciplinario hará coherente cualquier esfuerzo de construcción de un proyecto educativo legítimo y consensuado, esto en términos prácticos significa que Agricultura, Salud, y Educación se sienten juntas en una mesa y discutan como se articularán en torno a la idea del puneño que se busca para el futuro.
¿Y la corrupción de los militantes?
Un tema que se aborda sutilmente o no se quiere abordar con la energía suficiente es la corrupción del militante del movimiento o partido de gobierno. Cualquier ciudadano siente inmediatamente una profunda irritación cuando escucha la palabra “corrupción” y asocia a ella todo abuso de poder. Un acto de corrupción implica la violación de un deber posicional. Quienes se corrompen transgreden, por activa o por pasiva, o provocan la transgresión de algunas de las reglas que rigen el cargo que ostentan o la función que cumplen. Las denuncias constantes del actuar de algunos directores de UGELs tal es el caso de Lampa, o el caso de Azangaro, por citar algunos ejemplos demuestran que el gobierno regional no tiene voluntad política para combatirlo; y claro, porque están ocupados por militantes de MARQA. Es lamentable decirlo, para el gobierno regional sólo el clientelaje político es prioridad.
La corrupción en la administración pública provoca impotencia y frustración sobre todo entre los funcionarios honestos porque los hay muchos – y no todos por supuesto-, y ya sea porque la corrupción es un elemento contagioso o sea debido a que resulta muy difícil combatirla muchos de ellos deciden sumarse a esas prácticas o abandonar la administración. Se pierde así a los mejores integrantes del sector público. Además, muchas acciones corruptas no permiten la ejecución eficaz de muchas políticas públicas.
El gobierno regional: descrédito que cala hondo y la necesidad de reinventarlo.
El gobierno regional es el mecanismo que empleamos para adoptar decisiones que afectan a la comunidad, sobre todo en temas educacionales: ¿qué tipo de educación impartir a nuestros hijos? Es la manera en que proporcionamos servicios en beneficio de nuestro pueblo, por ejemplo la aspiración de una educación de calidad; también la manera como resolvemos problemas colectivos con que nos enfrentamos como por ejemplo el analfabetismo y ¿Cómo resolveremos estos problemas? Mediante la acción colectiva y a través de un gobierno.
El gobierno regional con sus extensas burocracias centralizadas y estandarizadas y sus servicios “de la misma magnitud para todas las cosas” no está a la altura de los desafíos que exige la sociedad actual. La confianza en el gobierno regional ha caído a niveles desconocidos, basta con verificar las distintas encuestas de opinión de los medios de información para comprobar que la falta de credibilidad y el desprestigio son lugares comunes en la institucionalidad regional y sectorial.
Un aspecto central a redefinir es su papel tradicional, y la mejor forma de hacerlo es convertirse en catalizador. Necesita redescubrirse más en la definición de problemas educativos y de reunir luego recursos para que otros los utilicen en la solución de estos problemas. Por eso era necesario su liderazgo en la elaboración del Proyecto Educativo Regional y no desentenderse del mismo. Como dicen algunos, la tarea del gobierno consiste en llevar el timón de la nave no en remar. Prestar servicios es remar, y el gobierno regional no es bueno remando. Que lo realicen otros, para eso puede dar concesiones, asistencia técnica, convenios, asociaciones público privadas, corporaciones, etc. Así como manejar la idea de un gobierno regional como propiedad de la comunidad puneña ayuda a entender que es mejor facultar que servir directamente, es decir, sacar la propiedad de la burocracia y llevarla a la comunidad, luego se necesita inyectar competitividad en la prestación de servicios: la ventaja más evidente de la competencia es una mayor eficiencia, mejor aprovechamiento del presupuesto público.
Sin duda un gobierno regional inspirado en objetivos y dirigido a los resultados es más eficiente que los gobiernos organizados en torno a reglas. Lo que se observa es que los programas burocráticos, es que, a pesar de todas sus reglas y de todo papeleo, tienen muy poco contacto con lo que verdaderamente le sucede a la gente a la que sirve. Así un proyecto educativo sólo sirve para justificar su existencia en el gabinete o en una base de datos. Es mejor financiar los resultados que los datos.
Por otro lado necesitamos un gobierno regional inspirado en el educando puneño, para satisfacer sus necesidades y no las de la burocracia. Eso supone el conocimiento de las necesidades e intereses de la población puneña, así como su naturaleza ecológica, histórica, socio cultural, por eso partir de la elaboración de un diagnostico de necesidades es vital para empezar toda tarea de planificación y previsión del devenir educativo.
Necesidad de una cultura de la evaluación.
Las políticas educativas y un proyecto educativo regional necesitan evaluarse. Eso supone practicar una cultura de la evaluación, porque permite conocer qué esta ocurriendo dentro de ella, si en sus programas se están logrando o no, las metas deseadas y cuál es la adecuación e impacto de su acción para su mercado. La finalidad de una evaluación es ayudar a quienes tienen la responsabilidad de planificar y tomar decisiones, a favor de mejorar y potenciar el gobierno regional y los programas o las políticas educativas. También se fundan en la necesidad de la propia continuidad de las políticas públicas para la formulación y el desarrollo de nuevas políticas.
Por ejemplo si asumimos un gobierno regional inspirado en objetivos es importante practicar la evaluación de los objetivos previstos, y también los imprevistos. Evaluar los efectos causados en la población objeto de las políticas y programas nos ayudará una evaluación de resultados y también es importante medir el impacto del mismo. La evaluación de la efectividad es decir, la consecución de los efectos que se buscaban y la evaluación de la eficiencia, es decir el logro de los objetivos en relación a la asignación óptima de recursos nos brindará la idea de la funcionalidad del proyecto educativo.
También no debemos olvidar sobre todas la cosas, la evaluación económica: la de coste – beneficio que ayuda a evaluar monetariamente el objeto, o la del coste – efectividad que nos permiten evaluar los costes del objeto y la efectividad y también la evaluación coste – utilidad que nos permiten verificar los resultados en relación a unas categorías de utilidad. Hay muchas evaluaciones más: de seguimiento, de cobertura, de necesidades, de indicadores, de calidad, de personal y una metaevaluación.
Finalmente, no escribo para zaherir funcionarios públicos, sino para dar cuenta de cómo se encuentra el gobierno regional en temas educativos, y cómo los trata. Y la figura del cangrejo es la que mejor expresa su actitud frente a ellos. La educación regional por así decirlo, sigue siendo la cenicienta que espera su oportunidad. A veces se piensa que la batalla es contra los burócratas, no son en verdad ellos nuestro objetivo sino las burocracias. Conozco a muchos funcionarios con los que compartí verdaderas experiencias educacionales, y eran personas responsables, talentosas, dedicadas, pero atrapadas en sistemas arcaicos que frustraban su creatividad y absorbían su energía. Creemos que esta situación puede cambiar y sobre todo cuando se expresa una voluntad política y se tiene amor por los niños y adolescentes. Y sobre todo cuando los políticos regionales se sacudan de sus viejas imposturas y dejen de actuar con alevosía y ventajismo y desde los intereses de un movimiento político.
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